Hace poco más de una década se creó en la Archidiócesis de Sevilla el Departamento de Pastoral del Sordo, insertado en la Delegación Diocesana de Catequesis. Pero la atención a las personas con sordera o sordoceguera de la diócesis comenzó hace mucho más. Ya en 1990 existía un equipo de trabajo denominado Catequesis Especial, dedicado a adaptar los materiales catequéticos a las personas con alguna “capacidad diferente”. Posteriormente, en 1998, se estableció la Parroquia de San Felipe Neri como centro de referencia en la atención a estas personas. Hoy, esta ubicación ha cambiado y se localiza en la Casa Sacerdotal ‘Santa Clara’ cuyo director, Gumersindo Melo, también fue nombrado en 2017, director del Departamento de Pastoral del Sordo de Sevilla.
A esta pastoral está vinculada desde sus inicios, María de la Peña Madrid, quien ejerció como funcionaria del Estado y se capacitó en Comunicación Avanzada en Lengua de Señas Española en la Universidad de Sevilla. Desde hace más de 30 años está luchando “con perseverancia para que las barreras se conviertan en accesibilidad para las personas con discapacidad”, y advierte que “falta mucho por hacer, pero vamos dando pasos”.
Es miembro del equipo de trabajo, imparte catequesis a personas adultas y acompaña su vida de fe, participa y colabora en todos los encuentros diocesanos y nacionales. María de la Peña, a propósito del Sínodo sobre la sinodalidad convocado por el papa Francisco, exhorta a quienes lean estas líneas, a pensar ¿Cómo acogemos la diversidad en nuestras parroquias. ¿Hay inclusión, comunión y participación de las personas con discapacidad en nuestra comunidad?
Variados son los rostros de las personas sordas que han formado parte de esta pastoral con el correr del tiempo. Mateo González es uno de sus miembros, está casado, es padre de familia y agradece a Dios el don de la fe que le transmitieron sus padres. Desde hace quince años participa del grupo de fe para personas sordas que se reúne en el Arzobispado de Sevilla. Aunque Mateo agradece el trabajo que desempeñan día a día los voluntarios, lamenta que sigan faltando intérpretes en las parroquias “para poder participar de la Santa Misa como las demás personas”.
Para Dolores Franco, su vinculación con la Pastoral del Sordo la llena de vida. “Allí hacemos muchas cosas diferentes, comentamos las noticias, nos explican el Evangelio, nos relacionamos todos los compañeros, vamos a Misa, es muy interesante”, expresa.
Nacida en Coria del Río, Dolores tiene su esperanza puesta en la existencia de Dios, “de encontrarme con él y que pueda intervenir en mi vida para poder recuperar mi vista”, sostiene.
“Desde que nací siempre iba a Misa con mi madre. Ahora asisto a la Parroquia de San Felipe Neri, a la Pastoral del Sordo, una Iglesia sin barreras que se hace accesible para todas las personas sordas, ya que el sacerdote interpreta la ceremonia siempre que es necesario”, afirma Dolores.
La Pastoral del Sordo tiene como objeto dar respuesta a las necesidades humanas y espirituales de las personas sordas y sordociegas. La misión de todos los voluntarios es hacer visible lo que es invisible ofreciéndoles los apoyos necesarios para que su participación sea más real y efectiva. En el Effetá de Jesús se condensa toda una pedagogía de la apertura que, si bien es Buena Noticia para todas las personas de buena voluntad, lo es de un modo especial para las personas sordas y sordociegas.
- María de la Peña Madrid (Córdoba, 1956). Voluntaria de la Pastoral del Sordo.
- Dolores Franco (Coria del Río, 1970). Miembro de la Pastoral del Sordo
- Mateo González (Sevilla, 1947). Miembro de la Pastoral del Sordo
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