La Iglesia en Sevilla celebra el próximo domingo la ordenación de cinco nuevos sacerdotes

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La Iglesia en Sevilla celebra el próximo domingo la ordenación de cinco nuevos sacerdotes

La Catedral de Sevilla acoge el próximo domingo, 23 de mayo, a las seis de la tarde, la celebración por la ordenación sacerdotal de cinco diáconos, tres del Seminario Metropolitano y dos del Redemptoris Mater: Antonio Jesús Serrano (40 años), Ignacio del Rey (28) y Guillermo Martín (40 años), y Jesús Medina (28) y Juan José Muñoz (29).

La ceremonia será presidida por monseñor Asenjo Pelegrina, Administrador Apostólico de Sevilla, y como viene siendo habitual en las celebraciones que han tenido lugar en la Seo desde el inicio de la pandemia, el aforo se verá reducido, por lo que todos los ordenandos han pedido a sus comunidades y al pueblo común que se unan a esta fiesta a través de la oración. Asimismo, la Misa se retransmitirá por el Canal de Youtube de la Catedral hispalense.

Emoción, responsabilidad y gratitud

Aunque en un principio las ordenaciones estaban prevista para el mes de junio, la fecha se adelantó, un cambio que, sin embargo, no ha mermado la ilusión de los cincos jóvenes que el próximo domingo darán un nuevo sí a Dios, esta vez de forma permanente y consolidada.

La mayoría comparten este sentimiento “de gran emoción y mucha responsabilidad, pero principalmente el sentimiento más fuerte es de gratitud al Señor”, explica Ignacio. A lo que Jesús añade que “supone un reto por mis taras y debilidades, pero tengo la confianza de sentirme de la mano del Señor”.

Esta confianza es también común en los que se van a ordenar, pues pese a la pandemia, todos han visto la presencia de Dios en sus vidas especialmente en el último año y medio.

En palabras de Guillermo Martín “estamos viviendo un tiempo diferente que pone de manifiesto nuestras fragilidades y límites humanos y la imposibilidad de controlar todas las variables y programar nuestras vidas. Sin embargo, se está poniendo también de manifiesto que necesitamos abrirnos a los demás para crecer y amar desde el don de nuestra persona para los demás, confiando en Dios con la sencillez de sabernos hijos amados por Él”.

De igual forma se expresa Juan José, cuando afirma que éste “ha sido un tiempo de desierto, pero a la vez de aprendizaje, de formación y de conocerse uno más a sí mismo, y, sobre todo, ha sido un tiempo de gran intimidad con Cristo”.

Por su parte, Antonio Jesús Serrano opina que, pese a las limitaciones en la formación durante este año de diaconado, “he aprovechado al máximo, por ejemplo, en la Pastoral de la Salud había muchas cosas que realizar con nuestros hermanos los enfermos; las catequesis han seguido su programación habitual, como la actividad en Cáritas que ha sido intensa porque hay muchas situaciones donde acudir”. Concretamente destaca que “esta Semana Santa se ha vivido con más fraternidad y vida de oración que otros años”, por tanto, “pienso que no ha habido merma en la acción diaconal porque el Señor abre otros campos a trabajar para que evangelicemos con intensidad”.

De igual forma Jesús asegura que “no creo que haya perdido oportunidad de aprender más o crecer en la vocación; siempre se puede aprender y crecer más como cristiano y como llamado al ministerio sacerdotal, pero Dios es el que lleva la historia y sus tiempos son perfectos”.

Una formación humana e integral

Otro punto en el que coinciden los cinco diáconos es en la excelente formación recibida durante sus años como seminaristas, tanto en el Seminario Metropolitano como en el Redemptoris Mater.

Según Juan José, “se recibe una formación integral, primero te forma como persona y, por supuesto, te preparan para ser el sacerdote que la sociedad necesita hoy; nunca podré olvidar a mis formadores y hoy tengo una palabra de agradecimiento para todos mis compañeros, que también me han ayudado en mi formación sacerdotal”.

En esta línea, Antonio Jesús considera que “el Seminario se supera cada año y pone especial atención a que terminemos la formación totalmente entregados a dar la vida por Cristo y la Iglesia, tras haber vivido un proceso de conversión profunda” y señala que tanto la formación humana como espiritual son “claves para ser unos sacerdotes santos”, mientras que Guillermo sostiene que su periodo en esta institución diocesana ha supuesto para él “un tiempo de siembra y forja para aprender y dejarse moldear por el Señor, donde la diferencia de edad y contexto no impide sino que refuerza la fraternidad”.

Por eso, el Seminario no solo se presenta como etapa de crecimiento espiritual y afianzamiento de la vocación, sino que se trata de un periodo de desarrollo personal en un ambiente de familia. Como apunta Ignacio el Seminario “es el lugar donde más me he reído en mi vida. Yo me lo he pasado estupendamente: aquí se ríe, se llora, se crece, se sufre…todo se vive muy intensamente”.

Consejos para el sacerdote de hoy

Los futuros sacerdotes son conscientes de que se enfrentan a un mundo secularizado, que ha quitado a Dios de su horizonte, por eso son muchos los compañeros que les han ofrecido numerosos consejos para convertirse en los sacerdotes que necesita la sociedad hoy.

En primer lugar, a Jesús le han recomendado “que no me deje distraer por los preparativos externos a la situación sanitaria en que nos encontramos, sino más bien que me una más plenamente al Señor en este tiempo, para así más amarle y servirle con sinceridad”.

Por su parte, Juan José resalta que le han pedido “ser una persona de una gran hondura espiritual y muy cercana, especialmente a los más pobres, los enfermos y los necesitados y, finalmente, dar un testimonio creíble de nuestra propia vida”.

Y aunque Antonio Jesús reconoce que “cada sacerdote tiene unas características especiales para que el Evangelio llegue a todas las personas”, sí le han aconsejado que como sacerdotes sean “hombres de oración auténtica con el Señor, cercanos y abiertos al pueblo, moderado en sus formas, alegres y equilibrados”.

Asimismo, Guillermo añade que los presbíteros deben ser “dóciles a lo que nos vaya pidiendo el Señor, cuidando la oración y la caridad, perseverando en el día a día con sencillez y humildad”. Cualidades a las que Ignacio suma la capacidad de “no rutinizar lo extraordinario, sino emocionarnos y sobrecogernos siempre al sabernos elegidos de Dios”.

En definitiva, el próximo domingo concluye un camino de discernimiento y formación que, sin embargo, no ha llegado su meta, sino que la ordenación sacerdotal es, más bien, el punto de partida de una vida entregada a Dios y a la Iglesia. Una opción de vida que estos cinco hombres afrontan con ilusión y valentía y por la que todos los fieles sevillanos debemos rezar.

Primeras misas

Juan José Muñoz: 25 de mayo, a las 20 h, en la parroquia de san Antonio María Claret, de Sevilla.

 

 

 

Ignacio del Rey: 26 de mayo, a las 20.30 h, en la Parroquia de San Sebastián, de Sevilla. 

 

 

 

Jesús Medina: 27 de mayo, a las 20 h, en la Parroquia de San Roque, de Sevilla.

 

 

 

Antonio Jesús Serrano: 28 de mayo, a las 20.30 h, en la parroquia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, de Sevilla.

 

 

 

Guillermo Martín: 31 de mayo, a las 20 h, en la Parroquia  del Stmo. Corpus Christi, de Sevilla.

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