El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, coronará a la Virgen de la Soledad, de Marchena, el 28 de septiembre del 2024, titular de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo, Nuestra Señora y Madre de la Soledad y Triunfo de la Santa Cruz.
“La coronación de nuestra Madre es para la hermandad una ocasión perfecta e histórica de fomentar nuestro obligado compromiso como católicos, siendo responsables con el mensaje de evangelización que creó nuestra corporación hace 450 años, teniendo como medio la devoción hacia nuestra Señora y Madre de la Soledad”, ha expresado María del Carmen Moreno, rectora de la corporación.
Para Moreno, la coronación de la Virgen de la Soledad tiene como principal objetivo la formación, integración y recuperación “para nuestra Iglesia, parroquia y hermandad de todos aquellos feligreses, hermanos y devotos que están más alejados”. En definitiva, “una magnífica oportunidad para todos los grupos de nuestra corporación y para todo el pueblo cristiano de Marchena de poder participar en el programa pastoral y evangelizador con motivo de la coronación, ya que la Evangelización es tarea de todos, como de todos es la tarea de cumplir y mantener en el tiempo las actividades de formación y acercamiento a Dios que pondremos en práctica”.
Sobre la imagen
Aunque la imagen de Nuestra Señora de la Soledad de Marchena ha experimentado numerosas restauraciones y transformaciones a fin de adaptarla al gusto estético de cada momento, todavía pueden identificarse algunos rasgos que aseguran la identificación de la imagen actual con la contratada con Gaspar del Águila, por lo que sería la más antigua de las Dolorosas procesionales de la localidad. Se trata de una Dolorosa de vestir, compuesta de un armazón o candelero, al que se le añaden las manos y el rostro, que son las únicas partes talladas y policromadas de la imagen.
Su impronta general revela ese aire antiguo de aquellas primitivas imágenes de esta advocación que se comenzaron a popularizar entre los años finales del siglo XVI y los comienzos del XVII. “Así, su hierática postura transmite
solemnidad y austero recogimiento. Su rostro, de acusada frontalidad y austera expresividad, con nariz alargada y fina, transmite al espectador toda la carga de angustia de la Madre ante la Soledad por la muerte de su Hijo”.