Crónica sobre la Navidad en los centros penitenciarios de Sevilla escrita por el delegado diocesano de pastoral penitenciaria, Aurelio Gil:
Un año más, hemos celebrado con gozo las fiestas de Navidad, el recuerdo del nacimiento de Jesús, hecho uno de nosotros. También en prisión celebramos las mismas fiestas y de manera similar. A la Misa del Gallo en las prisiones de Sevilla, la tarde del 24, nos acompañaron el arzobispo -en la prisión de Sevilla I- y el obispo Auxiliar –éste en la de Morón de la Frontera-. Un buen número de internos participó en cada una de las misas. Una de las fiestas más entrañables en estos días es, sin duda, la de los Reyes Magos. Como es tradicional, la hemos celebrado entre los privados de libertad. Con este motivo, desde la Delegación Diocesana de Pastoral Penitenciaria hemos organizado diversos actos para hacer llegar a los internos un pequeño regalo de Reyes.
Durante un par de semanas, los voluntarios de capellanía han preparado regalos para más de 3.000 presos. Han sido muchas tardes dedicadas a contar y envolver regalos, a hacer paquetes de mantecados y caramelos. Desde estas líneas les agradecemos su desinteresada colaboración. También damos las gracias a las entidades que han colaborado para hacer posible la entrega de un regalo a cada interno: la Caixa, Mantecados La Muralla (Estepa), la Asociación de amigos del Parque del Alamillo, Parroquia Ntra. Sra. de la Oliva (Lebrija) y la Hermandad del Amor.
Previamente, el Cartero Real visitó la Unidad de Madres para recoger las cartas de los niños. La mañana del 2 de enero, los internos del CIS recibieron sus regalos, y por la tarde la fiesta fue en la Unidad de Madres… Y vinieron los Reyes Magos. Montados a caballo, y repartiendo caramelos y regalos. ¡Qué alegría ver las caras de felicidad en esos momentos! Dedicamos la mañana del día 3 a entregar los regalos a los internos de Sevilla I, acompañados por una charanga. Y durante las tardes de los días 3 y 4 recibieron sus regalos los hijos de los internos del Sevilla I dentro de la propia prisión, invitados por la institución para esa jornada de convivencia con familiares. Participaron los internos, sus esposas e hijos. Al menos, una vez al año pueden reunirse todos los miembros de la familia y disfrutar de un poco de alegría; es un regalo de Jesús hecho niño.
