Bajo el título ‘Momento actual y retos para la presencia y misión de un laicado evangelizador’, se han celebrado en Madrid las XXXVI Jornadas de Delegados Diocesanos y Presidentes Nacionales de Apostolado Seglar los días 24 y 25 de octubre. Este encuentro estuvo presidido por mons. Javier Salinas, Obispo de Mallorca y presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS). También estuvieron presentes mons. Antonio Algora, Obispo de Ciudad Real; y mons. Francisco Cases, Obispo de Canarias. El director del Secretariado de la CEAS, mons. Antonio Cartagena, actuó como moderador de las mismas y por parte de la Archidiócesis de Sevilla participó el delegado diocesano Enrique Belloso.
Al comienzo de las jornadas mons. Javier Salinas señaló el contexto de los 50 años del posconcilio y los cambios que supuso para el papel de los laicos la pérdida paulatina de fuerza hasta el nuevo impulso al que el Papa Francisco nos invita hoy. Mons. Salinas destacó «la formación, la espiritualidad y la corresponsabilidad en el trabajo con los pastores» como nuestra mayor herencia. Su exposición puso en valor el decreto Apostolicum Actuositatem sobre el apostolado de los laicos del Concilio Vaticano II, recordando la esencia y vocación de los laicos.
La segunda ponencia estuvo a cargo de Guzmán Carriquiry, secretario encargado de la Vicepresidencia de la Comisión Pontificia para América Latina y ex-subsecretario del Consejo Pontificio para los Laicos. Desde su experiencia, destacó la importancia de integrar al laico en la vida de las comunidades parroquiales en una actitud de salida, así como que esta toma de responsabilidad y corresponsabilidad supone una mayor formación y capacidad para dar razón de la fe. «El contexto actual necesita un apostolado más fuerte y vivo, en una nueva fase de evangelización en la que se nos convoca a acercarnos a todos y, en especial, a los más pobres», señaló.
Durante las jornadas intervinieron también representantes de diversas organizaciones como Acción Católica General, Juventudes Marianas Vicencianas y el Movimiento de Focolares, que destacaron la importancia de la integración en las parroquias, el desarrollo de itinerarios de fe y formación estables y la capacidad de dar respuesta de forma inmediata a las realidades actuales. El segundo panel de experiencias estuvo a cargo de las delegaciones diocesanas de Bilbao, Toledo y Aragón, cuyos miembros explicaron diferentes modelos de organización territorial diocesana e interdiocesana que les permiten trabajar de forma efectiva e integrando todas las realidades diocesanas.
La ponencia de Luis Oviedo, doctor en Teología y profesor de la Pontificia Universidad Antonianum de Roma, versó sobre «cómo promover un laico formado y responsable para una presencia viva en la sociedad actual». En su alocución hizo hincapié en cómo estamos presentando la propuesta del Evangelio y cómo lo estamos viviendo. Tras un repaso breve sobre el contraste que encontramos entre la visión de la fe y la Iglesia desde el tiempo del Vaticano II hasta nuestros días, el profesor Oviedo propuso tener en cuenta los nuevos factores culturales, comprender los procesos de pérdida de fe, poner en valor la utilidad de la fe y mostrar la pertinencia de la Iglesia como institución para mitigar la crisis de confianza que se percibe. Todo ello como ideas para orientar la formación del laicado.
Finalmente, el presidente de la CEAS expresó la relevancia de este evento por el valioso intercambio de experiencias y por la revisión de nuestro pasado, para ampliar nuevos horizontes. Además, destacó la necesidad de abrir la formación de los laicos a los grandes desafíos actuales para impulsar una formación fiel a la fe y significativa para el mundo actual, abriendo a los creyentes a «reconocer los signos de los tiempos» para discernir el mejor modo de plantear y proponer el mensaje de la fe.