Casi 400 personas (voluntarios, religiosos y trabajadores de la institución) participaron el pasado fin de semana en la decimoséptima edición de la Escuela de Otoño de Cáritas Diocesana de Sevilla, celebrada en Pilas con un extraordinario ambiente de encuentro y participación.
Durante las tres jornadas (8, 9 y 10 de noviembre), colaboradores de Cáritas procedentes de todas las zonas de la diócesis, han reflexionado sobre los fundamentos, posibilidades y realizaciones de la esperanza cristiana, convocados por el lema que durante la presente edición ha guiado el desarrollo de los contenidos del encuentro: «Nuestra fe: luz y esperanza para el mundo».
Para ello, han contado con la aportación de tres ponencias de gran nivel y calidad. El viernes 8, el sacerdote, periodista y escritor Fernando Cordero trazó la primera línea de reflexión profundizando en la raíz evangélica de la esperanza, en una penetrante y documentada intervención acogida con entusiasmo por los asistentes. El sábado 9, fue el sacerdote, sociólogo y teólogo Joaquín García Roca quien abundó, de forma especialmente brillante y profunda, en las «actitudes, valores y alternativas para la esperanza». Finalmente, durante la mañana del domingo, la educadora Carmen Castrejón se ocupó de «dar pistas para la acción», con una intervención sobre la «construcción de la esperanza» cargada de dinamismo, de sensibilidad y de sentido de la complicidad con los participantes.
Junto a las ponencias, la escuela ha contado con diversos espacios de celebración, oración, reflexión y convivencia. A la Eucaristía, cuyas celebraciones han sido presididas sucesivamente por los sacerdotes Rafael Muñoz, vicario de la zona Sevilla II, y Adrián Sanabria, vicario para la Nueva Evangelización, se añaden, de este modo, otros momentos vividos con intensidad y alegría por los «escolares» de Cáritas.
Especialmente destacada por su calidad artística y profundidad resultó, en este sentido, la representación de la obra de teatro social «Justo lo que busco», del Clan de Bichos -Susana Sánchez e Ismael Moreno-, que entusiasmaron a los asistentes con su compromiso social, su sentido del humor, y el extraordinario nivel artístico y pedagógico de su propuesta escenográfica.
La tarde-noche del sábado concentró la emoción de los presentes en el recuerdo a Felipe Cecilia, recientemente fallecido, durante un homenaje a su persona en el que no sólo se rememoró su condición de director de Cáritas Diocesana durante los últimos años, sino también su papel como promotor del surgimiento y la consolidación de la Escuela de Otoño desde sus inicios hace 18 años.
Los gestos simbólicos comunes, los espacios de oración y reflexión, y una dinámica permanente de convivencia y encuentro, han cubierto el programa de una escuela que ha sobresalido este año por su extraordinario clima de participación, en intensidad y en número, con «llenos hasta la bandera» en cada momento.