Como cada año, la Archidiócesis hispalense invita a vivir con hondura espiritual las fechas navideñas, momento en el que la Iglesia celebra la Encarnación de Dios. Se trata de ‘marcar la diferencia’ y vivir una Navidad en la que verdaderamente celebramos la llegada del Salvador, con gestos sencillos y cotidianos que se distingan de “unas vacaciones de invierno”. Entre estos detalles significativos, destacan la bendición del árbol de Navidad o del Belén familiar que habitualmente se colocan en los hogares. Un acto que, además, puede servir para acercar a todos los miembros de la familia. Por otro lado, también se invita a bendecir las cenas de Nochebuena y las comidas de Navidad, tradicionalmente una cita familiar que puede ser un pretexto para “crear puentes” y dar testimonio de la Iglesia doméstica con la que debe identificarse la familia.
Rito de bendición del Árbol de Navidad
Al comenzar la celebración el padre o la madre dice: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/. Que hizo el cielo y la tierra.
Uno de los presentes lee un breve texto de la Sagrada Escritura. Luego, se reza la oración de bendición:
Oremos
BENDITO seas, Señor y Padre nuestro,
que nos concedes recordar con fe
en estos días de Navidad
los misterios del nacimiento de Jesucristo.
Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol
y lo hemos embellecido con luces,
vivir también a la luz
de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo
y ser enriquecidos con las virtudes
que resplandecen en su santa infancia.
Gloria a él por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
Bendición del Belén
Reunida la familia, el padre o la madre dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén
La persona que dirige: Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
La persona que dirige: Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros. Pidamos a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar avive en nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de Navidad.
Uno de los miembros de la familia lee el Evangelio de Lucas 2, 4-7ª.
Oración de bendición
Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste el mundo que nos entregaste a tu único nacido de María la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la comunidad cristiana que está aquí presente, para que las imágenes de este belén ayuden a profundizar en la fe a los adultos y a los niños. Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición de la mesa en Nochebuena
El padre o la madre: Cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre.
El más joven: La Palabra se hizo carne. Aleluya.
Todos: Y acampó entre nosotros. Aleluya.
Bendición de la mesa en Navidad
El padre o la madre: Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendías posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón.
El más joven: Palabra se hizo carne. Aleluya
Todos: Y acampó entre nosotros. Aleluya.
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