Emili Marles: “El presbítero está llamado a ser sacramento vivo y diáfano colaborador de Jesucristo”

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Emili Marles: “El presbítero está llamado a ser sacramento vivo y diáfano colaborador de Jesucristo”

La Facultad de Teología San Isidoro acogió la mañana de este jueves, fiesta de Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, el retiro para sacerdotes del clero sevillano, impartido por Emili Marles, de la diócesis de Tarrasa.

Las palabras de bienvenida han estado a cargo del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses. Han participado también los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia, así como una buena representación del clero.

Fidelidad a la vocación

Durante su disertación, el sacerdote Emili Marles ha recordado el “gran regalo que supone para el hombre el don del sacerdocio. ¿Qué otra vocación podría haber llenado más nuestra vida?”, se interrogó. Dijo que su intervención no busca ser un tratado sobre el sacerdocio, pero sí “de ofrecer algunas pinceladas sobre este gran misterio de la vida sacerdotal a la luz del Evangelio”.

Reflexionó también sobre la llamada vocacional. “El Señor quiere que seamos transparencia suya, porque toda vocación viene precedida por una llamada que muchas veces nos sorprende a nosotros mismos y aceptarla a veces cuesta”. Exhortó a los presentes a pensar en las primeras etapas “de cuando el Señor nos llamó. Piensa sobre tu llamada y piensa cómo Jesús se ilusiona contigo. Cómo sonríe con ternura cuando te mira, en tu fidelidad, aunque sea imperfecta”. En definitiva, “el Señor nos mira con agradecimiento por entregarle tu vida, por anunciarle el Evangelio”.

Unción sacerdotal

Esta fiesta “nos ayuda a renovar el Misterio de Jesús, Sacerdote, Víctima y Altar en el que se constituye la fuerza y raíz de nuestro ministerio”. En esta misma línea, el predicador manifestó que “al buen sacerdote se le conoce por cómo está ungida su vida, cómo están ungidas sus parroquias. Así, la presencia de Cristo hace que seamos sacerdotes en todo momento y, que la acción sacerdotal abarque toda nuestra vida. Nos vamos llenando de Dios sirviendo a las personas más débiles, más pobres, a las personas con más dificultad”.

Instó a los sacerdotes a “ser sensibles a las fragilidades humanas. Allí está la íntima relación en el ejercicio de su ministerio. Los presbiterios lograrán la santidad ejerciendo la triple función profética, para la enseñanza y una función real para el gobierno”. En conclusión – añadió – “el presbítero está llamado a ser sacramento vivo y diáfano colaborador de Jesucristo, para que las personas puedan descubrir en el sacerdote lo que descubrieron en Jesús”.

Adoración eucarística

La segunda parte del retiro trascurrió en la capilla del Seminario Metropolitano de Sevilla con la exposición del Santísimo Sacramento y un tiempo de oración personal.

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