Llamamiento urgente desde Fecapa a la reforma de nuestro sistema educativo y a la implicación de todos los agentes sociales.
De nada nos vale lamentarnos por los resultados del nuevo estudio, «Evaluación General de Diagnóstico» realizado por el Ministerio de Educación en el que se pone de manifiesto que el alumnado andaluz es el que presenta mayor tasa de repetidores en 2º y 4º de ESO, o que la tasa de alumnado que logra obtener el título de graduado en ESO sea del 66,9%, frente al 71,5 nacional.
Para Fecapa, lo que estas pruebas de diagnóstico ponen de manifiesto, que corroboran los datos que se repiten tozudamente en cada edición del informe PISA, es el fracaso del sistema educativo, y el fracaso de todos los agentes que intervienen en la educación de los hijos, no solo del alumnado. Lo importante, no es si se obtiene un título académico, si no la formación profesional y la educación de nuestros hijos, y por ende de la sociedad que entre todos estamos construyendo. Este fracaso es directamente imputable no solo al alumnado, si no también a la Administración educativa, al profesorado y a las propias familias. Es decir, el fracaso escolar nos es solo del alumnado es de toda la comunidad educativa. Por eso se hace urgente que ademas de introducir las reformas que exige el sistema educativo, en las que el profesor recupere socialmente su papel de autoridad académica, y de recuperar en el alumnado la cultura del esfuerzo, del trabajo y del sacrificio, se hace necesario también una mayor implicación de las familias en los procesos educativos de sus hijos. Pero también de la clase política, tomándose de una vez por todas en serio la educación con la que construimos la sociedad, que debe quedar al margen de intereses partidistas, pero también de los agentes económicos para que apoyen los procesos de formación profesional del alumnado, y también de todos los medios de comunicación que tienen que favorecer y potenciar la transmisión de los valores que se derivan de la cultura del trabajo u del esfuerzo. No del pelotazo. Por que no es el alumnado el que depende de nosotros, somos nosotros los que dependemos del alumnado.