“En una coyuntura de necesidad como la que hemos sufrido se ha puesto de manifiesto la solidaridad de los vecinos del Castillo de las Guardas”. De esta forma resume Federico Jiménez de Cisneros, párroco de San Juan Bautista, la movilización de los cerca de 1.500 habitantes de esta localidad sevillana que ha sufrido uno de los incendios más devastadores del verano”.
El párroco ha subrayado “la conmoción” que ha supuesto el incendio en todos los vecinos, “un siniestro que ha asolado una amplia zona de monte en la que se encontraban varias granjas y que motivó el desalojo de los habitantes de algunas pedanías”. La aldea más dañada ha sido la Alcornocosa, al norte del pueblo.
Nada más conocerse la noticia del incendio, el Arzobispo de Sevilla contactó con el párroco, a quien encomendó que pusiera la parroquia a disposición de las personas afectadas. Mons. Asenjo Pelegrina expresó su “cercanía, solidaridad y oración”, al alcalde, vecinos del Castillo de las Guardas y numerosas personas que trabajaban en la extinción del fuego.
“Sensación de impotencia”
Jiménez de Cisneros ha destacado también “la sensación de impotencia que he podido palpar en mis visitas al colegio donde fueron acogidas las personas desalojadas de diversas pedanías cercanas a la zona quemada”. El párroco ha apuntado que “tenemos que dar gracias a Dios porque no se han registrado desgracias personales”, si bien ha lamentado “la tremenda pérdida ecológica y emotiva” que supone la desaparición de una arboleda que contaba con más de cincuenta años de existencia.
En próximas fechas se celebrará una Eucaristía en San Juan Bautista en la que se pedirá por las personas que se han visto afectadas de alguna forma como consecuencia de un incendio que, según las primeras investigaciones, ha podido ser provocado.
(Foto: elcorreoweb.com).