Es tradición en la Iglesia Católica conservar la ley del ayuno y la abstinencia el Viernes Santo, en recuerdo de la Pasión y Muerte del Señor, y «como penitencia por nuestros pecados que abra el camino de una auténtica conversión», ha reconocido el Arzobispo de Sevilla.
Sin embargo, mons. Asenjo, conociendo «la dificultad que el modo de la celebración de la Semana Santa en nuestra tierra implica para muchos fieles en orden a cumplir la referida ley» y teniendo en cuenta las circunstancias que concurren, la práctica de años pasados y de otras diócesis del entorno, ha presentado una dispensa del cumplimiento de esta penitencia. No obstante, exhorta a todos los fieles a que mantengan, «si les es posible sin grave incomodidad», el ayuno y la abstinencia tradicionales en esta fecha. «Si no les fuera posible –recuerda-, que realicen alguna obra de caridad con los pobres o cualquier otra obra de penitencia».