El Arzobispo de Sevilla ha enviado una circular a todos los sacerdotes y religiosos de la Archidiócesis con iglesias abiertas al culto, en la que les pide que «pongan un especial interés» en realizar la colecta el Viernes Santo a favor de los Santos Lugares.
Como recuerda Mons. Juan José Asenjo, se trata de una colecta que tiene el carácter de «pontificia e imperada», establecida por el papa Martín V en 1421 y que ha sido confirmada por todos los pontífices posteriores.
Aumento de la colecta el año pasado
La colecta que se realizó en Sevilla el pasado año con este motivo ascendió a 47.359,14 euros, lo que supuso un aumento notable respecto al año anterior. «Se trata de un dato muy alentador, ya que pone de relieve nuestra especial sensibilidad ante las crecientes necesidades de las comunidades cristianas que viven en la tierra del Señor», destaca el prelado.
En la citada carta, Mons. Asenjo recuerda que ya tuvo ocasión de comprobar de primera mano la «difícil situación» que viven los cristianos de Tierra Santa con ocasión de la última peregrinación diocesana a los Santos Lugares que él presidió (en la imagen). El arzobispo llama la atención sobre «la fortísima emigración de cristianos palestinos en los últimos años», así como del riesgo de que «en un futuro no lejano no quedaran cristianos en Palestina que colaboren con los Padres Franciscanos en su admirable tarea de custodiar los Santos Lugares».
Viernes Santo, día de Tierra Santa
Hace casi ciento treinta años, en 1887, el Papa León XIII instituyó la Jornada de oración y ayuda en favor de la Custodia de los Santos Lugares y de la allí presente. El 6 de abril de 2012 será Viernes Santo, día de Tierra Santa. Este año, el lema «Jóvenes de Tierra Santa, esperanza de la Iglesia» quiere ayudar a fijar la atención en la juventud, «esperanza de la Iglesia madre de Jerusalén».
La Colecta pontificia del Viernes Santo hace posible y sostiene en gran medida la obra de la Iglesia y de la Custodia de Tierra Santa. De ello depende que los santuarios cristianos puedan ser conservados y visitados, que sean dignos lugares de celebración de la fe y que el testimonio de caridad se siga expresando en tantas obras sociales y apostólicas.
