“Al obispo diocesano, como moderador, promotor y custodio de toda la vida litúrgica en la Iglesia particular que le ha sido confiada le corresponde la regulación de las celebraciones litúrgicas en su propia diócesis. Por tanto, es de su exclusiva competencia autorizar el uso del Missale Romanum de 1962 en la diócesis, siguiendo las orientaciones de la Sede Apostólica”. Este es el texto del artículo 2 del motu proprio Traditionis Custodes, sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970, que ha promulgado el papa Francisco.
En la carta que acompaña el motu proprio, el papa afirma: “Me entristece el uso instrumental del Misal Romano de 1962, que se caracteriza cada vez más por un rechazo creciente no solo de la reforma litúrgica, sino del Concilio Vaticano II, con la afirmación infundada e insostenible de que ha traicionado la Tradición y la ‘verdadera Iglesia’”.
Puede leer el documento íntegro en este enlace de la web del Vaticano.