El Arzobispo de Sevilla presidió la mañana del domingo 29 de enero una Eucaristía en la capilla del Pontificio Colegio Español ‘San José’ de Roma, con motivo de la fiesta del beato Manuel Domingo y Sol, quien fundó el Colegio hace 125 años.
Al finalizar la Eucaristía, monseñor Juan José Asenjo, participó en la bendición de la Casa de Peregrinos ‘San Juan de Ávila’, a cargo de monseñor Ricardo Blázquez, Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española.
125 años apoyando la formación del clero
El Colegio Español es dependiente de la Santa Sede y del Episcopado Español. El Arzobispo de Sevilla es, junto con el de Toledo, patrono del Colegio Español, al igual que el presidente de la Conferencia Episcopal Española.
En él residen sacerdotes de todas las diócesis españolas (y latinoamericanas) que se encuentran realizando estudios en Roma. Actualmente son cuatro los sacerdotes de la Archidiócesis de Sevilla alojados en el Colegio Español.
La Casa de Peregrinos ‘San Juan de Ávila’ son unas instalaciones anejas al Colegio destinadas a prestar un servicio pastoral a las diócesis y parroquias, movimientos, grupos y a aquellos peregrinos que lleguen a Roma y necesitan un lugar para alojarse. Con 96 habitaciones (para uso individual, doble, triple y apartamentos familiares) capilla, salas de conferencias, zona deportiva, piscina, zona de juegos infantiles…, la casa está pensada para recibir a toda la familia, con un servicio personalizado en español y diseñada para personas con discapacidad visual y problemas de movilidad.
Beato Manuel Domingo y Sol
Nacido en Tortosa (Tarragona) el 1 de abril de 1836, desde sus primeros años como sacerdote se preocupó por la formación del clero. Por tal motivo, creó la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, un grupo de sacerdotes que manteniendo la incardinación en sus respectivas diócesis, se ofrecían para dirigir los seminarios diocesanos, cuidando la formación teológica, espiritual y humana de los futuros sacerdotes. Entre sus grandes proyectos estuvo, desde el principio, la creación de un colegio en Roma, viendo en ello la solución a los grandes problemas del clero en España. Buscaba llevar allá docenas de seminaristas jóvenes que se capacitasen a fondo y luego regresasen, como fermento cultural y espiritual, a los seminarios y centros diocesanos.