El arzobispo de Sevilla ha escrito una carta pastoral en la que manifiesta su solidaridad y cercanía «con cuantos no tienen trabajo o lo realizan en condiciones precarias o que degradan su dignidad, con los jóvenes, víctimas más directas de la crisis económica, junto con las mujeres y los inmigrantes». En la carta, titulada ‘Por un trabajo decente’, mons. Asenjo Pelegrina cita los retos a los que deben hacer frente hoy los trabajadores: «el desempleo que apenas cesa, los salarios insuficientes, la explotación de los inmigrantes, los horarios excesivos y la dificultad para conciliar la vida laboral y familiar, problemas que mellan la dignidad de la persona y generan exclusión y pobreza».
Más adelante, el arzobispo aporta algunas cifras del último informe Foessa relativas al paro y sus consecuencias en Andalucía: «un 47% de la población se ve afectada por problemas de exclusión en el empleo, mientras que el 33,2% tiene problemas en relación con la vivienda, y en el flanco de la salud, el 24,8% tiene algún tipo de dificultad, todo lo cual genera exclusión social».
Acción Conjunta contra el Paro
La carta se hace pública días antes de la celebración del tercer encuentro de la Acción Conjunta contra el Paro, una iniciativa de la Archidiócesis de Sevilla en la que, según estaca mons. Asenjo en su carta, «hemos ido tomando conciencia de la persistencia de injusticias que afectan a los trabajadores y a sus familias, deshumanizando la vida, precarizando el trabajo, dificultando la vida familiar y los proyectos personales, anteponiendo el beneficio a la dignidad del trabajo y de la persona».
En esta línea, los distintos grupos parroquiales, comunidades y movimientos, han sentido la necesidad, a lo largo de este curso pastoral, de promover y crear «un entorno propicio al trabajo decente, que elimine tantas injusticias y sufrimiento, de acuerdo con las exigencias de la dignidad humana y el bien común». El arzobispo de Sevilla cita a este respecto el discurso del Papa Francisco en el Parlamento Europeo en noviembre del pasado año.
Finalmente, mons. Asenjo destaca que «hacer posible un trabajo decente, corresponde a toda la sociedad, pero es también una tarea eclesial, porque lo que está en juego es la dignidad de la persona y la suerte de los pobres». Por ello, invita a toda la comunidad diocesana a seguir implicándose en esta campaña, que no termina en este curso pastoral, «pues a la reflexión tenida hasta ahora –añade- le queda el paso más importante: actuar».
Puede leer la carta íntegra en este enlace.