El cardenal arzobispo emérito de Sevilla, mons. Carlos Amigo, presidió las exequias del sacerdote y canónigo Francisco Navarro, y celebradas en el Altar del Jubileo de la Catedral.
Junto al cardenal concelebraron el obispo auxiliar de Sevilla, mons. Santiago Gómez; el obispo de Asidonia-Jerez, mons. José Mazuelos; el Cabildo Catedral y unos sesenta sacerdotes.
«Qué mejor tumba y reposo que los corazones de los que te han conocido». De esta forma comenzó su homilía mons. Amigo, quien destacó la entrega de Navarro a los demás en las distintas responsabilidades que tuvo a lo largo de su vida: «Hizo de la Catedral cátedra y escuela, haciéndola manantial de cultura y también casa de los pobres». En esta línea, destacó que «desde la Catedral salieron ayudas para luchar contra el paro, pero todo queda empequeñecido ante lo más grande de su vida: su ser sacerdote de Jesucristo». «Puso su inteligencia al servicio de los demás, a su bienestar. La palabra que recibió de Dios la ha devuelto con mucho fruto. Alimentó a los pobres con el pan que Dios le dio», añadió.
Concluyó la homilía subrayando que «la muerte no nos mata, pero nos deja heridos. La de Cristo es bálsamo que cicatriza esas heridas». Y finalizó con una invocación a la patrona de Sevilla: «el manto de la Virgen de los Reyes es amparo para la Iglesia de Sevilla. Y entre ellos los pobres, y los más pobres son los sacerdotes. A ella encomendamos a nuestro hermano, le habrá recibido a la puerta y le habrá dicho que le ama tanto como a su Hijo, porque es su sacerdote», concluyó.
El arzobispo presidirá la misa el lunes en Los Remedios
Al término de la misa, el obispo auxiliar de Sevilla trasladó a los familiares de don Francisco las condolencias del arzobispo, y avanzó que mons. Asenjo presidirá el lunes 29 de julio a las ocho de la tarde la misa en sufragio del alma de don Francisco Navarro, que se celebrará en la Parroquia de Los Remedios.