Día de la Iglesia Diocesana

Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo Pelegrina.

«LA IGLESIA CONTRIBUYE A CREAR UNA SOCIEDAD MEJOR»

18, XI, 2012

Queridos hermanos y hermanas:

El próximo domingo, 18 de noviembre, celebraremos una vez más el Día de la Iglesia Diocesana, una jornada importante en el calendario anual de la Iglesia en España. Su finalidad primera es lograr que todos los fieles percibamos con nitidez que los bienes de la salvación que nos procura la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, nos vienen a través de una realidad más inmediata y cercana, la Iglesia particular o Diócesis, que es una porción de la Iglesia radicada en un territorio determinado y confiada a un obispo para que la apaciente con la colaboración de los presbíteros y diáconos.

En esta jornada debe crecer nuestro amor a la Iglesia diocesana; y como no se ama lo que no se conoce, de la mano de nuestros sacerdotes, hemos de procurar conocer un poco mejor su historia venerable y fecunda, su temprana evangelización, sus profundas raíces cristianas, su amor filial a la Santísima Virgen y a la Eucaristía, la corona de mártires y santos sevillanos de todos los tiempos, los fundadores de familias religiosas, los iniciadores de incontables instituciones sociales, docentes y caritativas de nuestra Archidiócesis, en la que brilla con luz propia la legión de cristianos anónimos que, desde su amor a Jesucristo y a sus hermanos, han divinizado y humanizado esta tierra. De todo ello debemos sentirnos legítimamente orgullosos.

En esta jornada, todos estamos convocados a orar intensamente por nuestra Archidiócesis, por los obispos, los sacerdotes, consagrados, seminaristas y laicos, para que vivamos con pasión nuestras respectivas vocaciones, busquemos con todas nuestras fuerzas la santidad y no desmayemos en el amor y fidelidad a Jesucristo y en el apostolado. En este día hemos de procurar fomentar en nosotros los sentimientos de familia, la comunión con los obispos y entre nosotros, con la conciencia de que más allá de particularismos, carismas y sensibilidades, los otros son alguien que nos pertenecen, hermanos nuestros, hijos de Dios, nacidos a la fe en el seno fecundo de la Iglesia diocesana. Hemos de fomentar también compromisos de corresponsabilidad e implicación de todos en el Plan Pastoral, en la vida parroquial, en los proyectos colectivos y en las convocatorias diocesanas.

El lema de la jornada en este año es «La Iglesia contribuye a crear una sociedad mejor». Así es realidad. En efecto, cumpliendo sus fines sobrenaturales, desde la predicación, la homilía, la catequesis, la clase de religión, los catecumenados de adultos y jóvenes, la Iglesia anuncia el evangelio de la paz, la fraternidad y el servicio desinteresado a los pobres y a los que sufren. Inculcando la moral cristiana, la Iglesia contribuye a formar buenos ciudadanos, respetuosos con los derechos de los demás, atentos al bien común y cumplidores de las leyes justas. No olvido las obras sociales de las Diócesis, en concreto nuestras Caritas diocesanas o parroquiales, y las obras socio-caritativas de los religiosos, los albergues y casas de acogida de transeúntes y ancianos en exclusión, en esta coyuntura más necesarios que nunca; los asilos de ancianos, los colegios, universidades y centros de estudios. Sí quiero decir que la Iglesia anunciando a Jesucristo como salvador y redentor contribuye de una forma destacada a centrar a las personas y a humanizar nuestra sociedad.

Por todo ello, en esta jornada se nos pide que seamos generosos en la colecta del próximo domingo, que tendrá como destinataria nuestra Archidiócesis, que necesita medios económicos para retribuir modestamente a sus sacerdotes, mantener las estructuras pastorales imprescindibles, la Curia y los Seminarios, cuidar con decoro su patrimonio artístico, construir nuevos templos y servir a los pobres. En vuestras parroquias os entregarán un boletín de domiciliación bancaria de cuotas a favor de la Archidiócesis, que pueden ser mensuales, trimestrales, semestrales o anuales, que podréis enviar al Arzobispado, bien directamente o a través de vuestros sacerdotes.

Antes de terminar, pido encarecidamente a los sacerdotes y religiosos con cura de almas que el domingo 18 de noviembre ayuden a los fieles en la homilía a descubrir la naturaleza de la Iglesia particular, la misión de los obispos y el peculiar servicio salvífico y sobrenatural que la Diócesis presta a la sociedad, a los niños y jóvenes, a los matrimonios y a las familias, a los ancianos y a todos los que a ella se acercan en demanda de luz y de esperanza, la esperanza y la luz que destella Jesucristo, el mayor tesoro que posee la Iglesia. Ruego además a los sacerdotes que hagan con interés la colecta, invitando a los fieles a ser generosos.

Que los mártires y santos sevillanos y, sobre todo, la Santísima Virgen, venerada en nuestra Archidiócesis en tantos títulos entrañables, nos ayuden a fortalecer nuestra conciencia de familia, a amar con gratitud filial a nuestra Archidiócesis, a crecer en actitudes de colaboración con ella y a valorar y sentir como algo muy nuestro todo lo diocesano.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

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