«Anunciar a Jesucristo en la Universidad»

Carta Pastoral de Mons. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, con motivo del discurso de Benedicto XVI a los profesores universitarios jóvenes.

Queridos hermanos y hermanas:

La lectura del precioso discurso del Papa Benedicto XVI a los profesores universitarios jóvenes en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial el pasado 19 de agosto, me sugiere dedicar esta carta semanal a la pastoral universitaria, en el marco de una de las cuatro prioridades pastorales de nuestra Archidiócesis para este curso, la potenciación de la pastoral juvenil.

El Santo Padre ha urgido a los universitarios católicos a redescubrir el vínculo que une a la Iglesia con la universidad. La Iglesia, en efecto, creó las primeras universidades, mantiene en todo el mundo un gran número de centros universitarios y sigue presente en la universidad pública a través de las capellanías y la acción de cientos de profesores y alumnos que, a menudo en un ambiente hostil a lo religioso, no sólo no esconden su identidad cristiana, sino que la muestran sin complejos, con valentía y convicción.

La institución universitaria es el ámbito privilegiado en el que se realiza y desarrolla la vocación del hombre al conocimiento y en el que, a través del estudio y la investigación, profesores y alumnos van tejiendo el lazo constitutivo de la humanidad con la verdad. La universidad es, en efecto, como nos ha dicho el Papa en El Escorial, “la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana”.

En la búsqueda de la verdad, queridos universitarios católicos, no os contentéis con ser meros destinatarios de los servicios que la universidad os ofrece. Sed también protagonistas de las actividades que allí se desarrollan. Estáis viviendo una etapa fundamental en vuestra vida, delineando vuestro futuro y el de aquellos a los que tendréis que servir como profesionales. Es necesario, pues, que viváis esta etapa en una actitud de búsqueda de las respuestas verdaderas a las preguntas esenciales sobre la verdad, el sentido de la vida, la felicidad y la plena realización del hombre. Es necesario además que ayudéis a otros jóvenes a encontrar la respuesta a estas cuestiones decisivas.

Con la ayuda de vuestros padres, de los sacerdotes o de grupos y movimientos cristianos, habéis tenido la suerte de encontraros con Aquél que se nos presenta con estas palabras sorprendentes: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Él es efectivamente la verdad para el mundo, el fundamento de todo lo que existe, el sentido y destino de la existencia humana y de la historia. A vosotros que habéis acogido esa verdad como la primera certeza de vuestra vida, os corresponde también dar razón de vuestra fe en el mundo universitario. No releguéis vuestra fe al ámbito de lo privado. Ponedla sobre el candelero para que alumbre a vuestro alrededor. Como cristianos tenéis el deber de testimoniar que la fe en Cristo ilumina con un nuevo esplendor la existencia del hombre y el proyecto divino para el mundo. Demostrad en el ambiente universitario que es posible el diálogo entre la fe y la cultura, que la fe y la razón no son irreconciliables, pues son como las dos escalas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad.

Como discípulos y testigos de Cristo en la universidad, ahondad en vuestra relación personal con el Señor. Para ser cristianos cabales no basta la adhesión genérica a un sistema de ideas y doctrinas o a unas meras tradiciones. Es necesaria la adhesión a la persona de Jesús y la amistad profunda con Él, que fragua en el trato con el Señor en la oración diaria y en la participación frecuente en los sacramentos. Como nos ha dicho el Papa en El Escorial, volved cada día la mirada a Cristo, “en cuyo rostro resplandece la Verdad que nos ilumina, pero que también es el Camino que nos lleva a la plenitud perdurable, siendo Caminante junto a nosotros y sosteniéndonos con su amor”. Amad también a nuestra Madre la Iglesia, sacramento de nuestro encuentro con Jesús. Ella nos permite vivir nuestra fe arropados y apoyados por una auténtica comunidad de hermanos.

No os aisléis en el mundo universitario, con frecuencia difícil. Buscad la ayuda de los sacerdotes y colaborad en las actividades religiosas y formativas que el SARUS organiza. Utilizando palabras de Juan Pablo II en un mensaje a los universitarios católicos en marzo de 2004, os emplazo a "ser constructores de la Iglesia en la Universidad,… de una comunidad visible que cree, que reza, que da testimonio de la esperanza y que acoge en la caridad toda huella del bien, de la verdad y la belleza de la vida universitaria". Contad para ello con todo mi apoyo.

Os aseguro mi oración por vosotros y vuestros sacerdotes. Que la Santísima Virgen, Trono de la Sabiduría, os acompañe, dé fecundidad a los proyectos del SARUS y os ayude a conocer y amar a Jesucristo su Hijo, y a anunciarlo en la vida universitaria.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla  

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