La Iglesia celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (JMMR) desde 1914, una ocasión para expresar su preocupación por las diferentes categorías de personas vulnerables en movimiento y para rezar por ellas mientras enfrentan múltiples desafíos. La JMMR se celebra el último domingo de septiembre y el lema elegido por el Santo Padre para esta edición es Hacia un “nosotros” cada vez más grande. Al respecto, el papa Francisco expresó que “para los miembros de la Iglesia este llamamiento se traduce en un compromiso de fidelidad a su ser católicos, cumpliendo lo que san Pablo recomendaba a la comunidad de Éfeso: Uno solo es el Cuerpo y uno solo el Espíritu, así como también una sola es la esperanza a la que han sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo”.