Un año más se ha producido el tan esperado encuentro: la Virgen y Sevilla. La solemnidad de la Asunción de la Virgen, el día de la patrona, se rige desde bien temprano por la secuencia que marca la tradición de siglos, en una ciudad que concede a sus rutinas valor casi de ley.
Todo lo que concierne a esta devoción mariana se ordena de acuerdo a unos parámetros inalterables, y por ello pocas son las novedades que cada año nos traen los ‘días de la Virgen’. El manto, el predicador de la novena, si acaso la institución a la que se dedicará una colecta extraordinaria. Contados apuntes que no han alterado la norma, que ha seguido siendo fiel al mismo guión de siglos, con tardes en la Catedral, besamanos y una estampa de religiosidad clásica y heredada a las ocho de la mañana junto a la Puerta de los Palos de la seo hispalense.
Teodoro León, deán del Cabildo Catedral, alarga esta vinculación entre el pueblo y su patrona a todo el año. En una entrevista publicada en el semanario diocesano Iglesia en Sevilla, en la que rescataba recuerdos de una infancia vinculada a la Virgen de los Reyes, subrayaba el carácter de “santuario permanente de peregrinación” de la Capilla Real. Un lugar al que “se llega para ver y rezar ante la Señora”.
Liturgia devocional de una mañana de agosto
En los albores del 15 de agosto se visualiza una devoción que “está presente en los sevillanos durante todo el año”. Hoy ha amanecido bien temprano en la Catedral, con la llegada de los primeros peregrinos que llegan al templo metropolitano para participar en una de las tres misas que preceden a la procesión de la patrona: a las cinco y media, las seis y las seis y media de la mañana. El cortejo empezó a formarse media hora antes de la salida en el Patio de los Naranjos, comenzando por los niños carráncanos, seguidos de los hermanos de la Asociación de fieles de Ntra. Sra. de los Reyes y San Fernando, una representación del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla y miembros de la Hermandad del Sagrario. Delante del paso de la Virgen ha desfilado la coral de canónigos y la escolanía Virgen de los Reyes, seguidos del Arzobispo, el Obispo auxiliar, el vicario general y las autoridades civiles y militares. Unas trescientas personas aproximadamente, la medida adecuada a la procesión que ha recorrido las gradas bajas de la Catedral en medio de la devoción de quienes renuevan esta mañana una de las tradiciones más hermosas de la ciudad que conserva el título de mariana en su escudo. Nada más concluir el trayecto, el Arzobispo ha presidido el solemne pontifical celebrado en la Nave del Crucero de la Catedral.
Manto rojo del siglo XIX
El cartel de este año ha sido encargado a la pintora Isabel María Castilla, y en él aparece la patrona con el manto rojo que ha lucido esta mañana. Donado por la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón en 1851, duquesa de Montpensier, segunda y última hija del Rey Fernando VII y de su esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, es una obra del siglo XIX bordado en terciopelo rojo de estilo barroco, salpicado de ramilletes de flores en el centro. El manto, uno de los cinco que componen el ajuar de la patrona de Sevilla, fue restaurado el año 1981 en el taller de Esperanza Elena Caro.
Novena, besamanos, octava…
Pero como ha ido informando este medio, todo comenzó mucho antes de que se abrieran esta mañana las puertas de la Catedral para recibir a los peregrinos procedentes del Aljarafe. La novena vespertina a la Virgen de los Reyes, entre los días 6 y 14 de agosto, ha sido predicada este año por Adrián Sanabria, vicario episcopal para la Nueva Evangelización y uno de los misioneros de la misericordia nombrados por el papa Francisco con ocasión del Jubileo. Además, mons. Asenjo estableció que la novena del 12 de agosto tendría una “tonalidad jubilar”, por la que todos los asistentes ganaron la indulgencia habiendo cumplido con los requisitos acostumbrados. La colecta de esta jornada se destinó al Centro Diocesano de Empleo, “como gesto permanente de la Misericordia que nos recordará el jubileo”, en palabras del Arzobispo.
Por otra parte, cada año se celebra una la colecta extraordinaria durante la novena a beneficio de una institución eclesial. En esta ocasión-celebrada el pasado sábado-fue destinada a Regina Mundi, obra ejemplar de la Institución Benéfica del Sagrado Corazón que se encuentra en San Juan de Aznalfarache, bajo el monumento al Sagrado Corazón, y con la que la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes suele colaborar.
Sin embargo, los cultos no acaban hoy. La octava de la Virgen de los Reyes se celebrará en la Nave del Crucero ante el paso de la Virgen, a las ocho de la mañana hasta el 22 de agosto. Ese día se abrirá la urna de San Fernando. Además, los días 20 y 21 de agosto se repetirán los besamanos, entre las seis de la tarde y la diez de la noche el primer día, y de nueve de la mañana a dos de la tarde, el siguiente.
