En la parroquia de S. Juan de la Cruz se han presentado la nueva campaña de Manos Unidas, “Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú”; el proyecto para este año y se compartió un “pan y aceite solidarios”.
Tras la oración inicial “Oración por nuestra Tierra”, el Delegado Local informó y agradeció a los presentes la recaudación del pasado año con la que se financió totalmente el proyecto adjudicado en Haití y comentó cómo había concluido la celebración del LX Aniversario de Manos Unidas. Ahora hemos entrado en el año 2.020, haciéndonos eco, como nos pide el Papa , de un clamor que cada día suena con más fuerza y al que no debemos ni podemos hacer oídos sordos: el grito dela tierra herida y maltratada y el grito de las personas empobrecidas, que suenan al unísono: “Son los pobres los que están pagando el precio más alto por la devastación del medioambiente”.
Este año Manos Unidas centra su mensaje en el cuidado de la “casa común” y la relación que existe entre el deterioro del planeta y la pobreza de las comunidadesmás vulnerables. Fundamentados en la encíclica “Laudato Si” hemos de reconocer que son inseparables la preocupación por la naturaleza y la justicia con los empobrecidos (LS10).
Finalizaron sus palabras recogiendo unas palabras del Santo Padre en su mensaje al Foro Económico Mundial en Davos. “Somos miembros de una familia (…) hemos decuidar unos de otros”.
Tras visualizar el vídeo de la Campaña y del proyecto, Josefina Lloreda, del Equipo de Manos Unidas de La Carolina, presentó el proyecto de desarrollo en el que trabajaremos los diferentes arciprestazgos de la diócesis. Explicó como Camboya es uno de los países más pobres del Sudeste asiático que vive mayoritariamente de la agricultura de subsistencia. Su actividad económica principal es el cultivo de arroz, muy gravemente amenazado por las largas sequías intercaladas por las temporadas de lluvias torrenciales y graves inundaciones. Además existe el problema de la escasa representación de la mujer en las comunas del proyecto. Manos Unidas lleva trabajando más de doce años en la zona y la propuesta de intervención es para tres años en veintisiete pueblos de la provincia de Siem Reap. Se beneficiarán directamente 3.701 personas de las que 1.859 son mujeres, e indirectamente se favorecerán 14.804.
A continuación, el sacerdote y misionero mercedario, D. Tomás García, dio su testimonio como misionero en República Dominicana. Este joven hombre de Dios, que durante la jornada pasó por centros educativos de Primaria y Secundaria, por la catequesis deniños, participó en la presentación de la Campaña LXI y compartió con un grupo de carolinenses el “pan y aceite solidarios”. Habló de la realidad en la que se vive en este país empobrecido y de la labor que la comunidad de padres Mercedarios realiza. Comentó cómo Manos Unidas le había ayudado en varios proyectos, agradeció la colaboración recibida para devolver la esperanza, la dignidad a estos hermanos. «Juntos –decía- unidos a esta causa que es de todos, que es la causa de Cristo, construimos un mundo mejor que transforma vidas».
Señaló como el trabajo de los voluntarios de Manos Unidas junto a la solidaridad de tantas personas de buena voluntad, amplían los sueños de muchas personas.
Animó a continuar abriendo los ojos y el corazón a los necesitados, pues la fraternidad transforma comunidades y países. Concluían sus palabras dando gracias a Dios por todos los que con su ayuda hacen realidad estos proyectos, este trabajo de Manos Unidas que es reflejo del amor de Dios. Así mismo manifestó su alegría por la siembra que hace Manos Unidas en losniños, esperanza de nuevos voluntarios o misioneros.
D. Carmelo Lara, párroco de S. Juan de la Cruz cerró el acto aludiendo a la oración del Papa Francisco en las que pedíamos al Padre que derrame en nosotros la fuerza de su amor para que cuidemos de la vida y vivamos como hermanos, que Él nos ayude a rescatar a los olvidados y abandonados, que sane nuestras vidas para que seamos protectores del mundo, que reconozcamos que estamos profundamente unidos con todas las criaturas y que nos aliente en la lucha por la justicia, el amor y la paz.
Manos Unidas de La Carolina