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Posturas corporales en la Misa: estar de pie

La participación en la liturgia ha de ser también exterior, activa. Todos toman parte con las diversas posturas y algunos gestos, según los distintos momentos de la liturgia. La participación, al vivir con devoción la liturgia, se expresa también en los gestos y posturas corporales, es interior y externa a la vez.

Las posturas, que todos adoptan unánimemente en la celebración litúrgica, son expresión clara de participación, de modo que estar de pie, sentado, de rodillas o trazar el signo de la cruz o inclinarse, etc., ayudan a vivir la liturgia y celebrar. Lo interior se hace también exterior: “Formen, pues, un solo cuerpo… Esta unidad se hace hermosamente visible cuando los fieles observan comunitariamente los mismos gestos y posturas corporales” (IGMR 96).

De pie: Es la postura clásica de la oración cristiana.

De pie el sacerdote eleva las oraciones a Dios y así pronuncia la gran plegaria eucarística porque de pie se ofrece el Sacrificio; y de pie asisten y oran los fieles, excepto en la consagración, que estamos de rodillas.

En razón del tiempo pascual y los domingos, los fieles nunca se arrodillarán ni para las oraciones ni para las letanías de los santos sino que permanecen en pie como determinó el Concilio de Nicea (cn. 20).

Durante la celebración eucarística, se participa estando de pie en los siguientes momentos:

“-desde el principio del canto de entrada, o bien, desde cuando el sacerdote se dirige al altar, hasta la colecta inclusive;

-al canto del Aleluya antes del Evangelio;

-durante la proclamación del Evangelio;

-mientras se hacen la profesión de fe y la oración universal;

-además desde la invitación Orad, hermanos, antes de la oración sobre las ofrendas, hasta el final de la Misa” (IGMR 43), excepto durante la consagración.

Si atendemos a la Liturgia de las Horas, todos los participantes estarán de pie:

a) durante la introducción del Oficio (Invitatorio) y la invocación inicial de cada Hora (Dios mío, ven en mi auxilio);
b) mientras se dice el himno;
c) durante el cántico evangélico (Benedictus, Magnificat, Nunc dimittis);
d) mientras se dicen las preces, el Padrenuestro y la oración conclusiva

e) también estarán de pie al canto del Te Deum.

En las celebraciones sacramentales, todos estarán de pie en el rito sacramental (consentimiento matrimonial, imposición de manos, unción del altar, etc.) y durante la plegaria solemne (plegaria de ordenación, dedicación de iglesias, etc.).


¿Siempre tiene que ser la homilía sobre los textos bíblicos?

Como expone el Misal en su número 65, la homilía debe centrarse, sobre todo, en las lecturas, o textos litúrgicos, del día: “Conviene que sea una explicación o de algún aspecto particular de las lecturas de la sagrada Escritura, o de otro texto del Ordinario o del Propio de la Misa del día”.

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