El pasado domingo, 20 de diciembre, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, se desplazaba hasta la parroquia de Santa María de Torredonjimeno para presidir la Eucaristía de apertura e iluminación del Camarín de la Virgen de los Dolores.
La Santa Misa del último domingo de Adviento, que comenzaba pasadas las 19 horas, estuvo presidida por Don Amadeo y concelebrada por el Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas; el párroco de Santa María, D. José Antonio Sánchez; y el párroco de San Pedro, D. Pablo Armero. Asimismo, asistió el Diácono toxiriano, D. Antonio Blanca.
Estuvieron presentes, además, la Delegada del Gobierno andaluz, el alcalde y diversos miembros de la Corporación municipal, la Cofradía de la Santísima Virgen de los Dolores y representantes de otras Hermandades y Cofradías de la localidad.
El acompañamiento musical corrió a cargo del Coro parroquial.
Las lecturas y la oración de los fieles fueron participadas por los miembros de la Cofradía de la Santísima Virgen de los Dolores. El Evangelio fue proclamado por el Diácono.
Homilía
Tras los saludos a las autoridades, el Obispo quiso comenzar su homilía recalcando que “estamos celebrando este acontecimiento en un día muy mariano. Porque hoy, aunque sea un domingo de Adviento, es un domingo muy de la Virgen, como habéis podido escuchar en la Palabra de Dios”. En este sentido Don Amadeo continuó explicando que durante estas semanas de Adviento “hemos esperado el nacimiento del hijo de Dios, de Jesucristo, con unos personajes fundamentales, que nos van ayudando y van removiendo nuestras entrañas espirituales, para ponernos ante Dios, como lo que somos, sus hijos”.
El Prelado continuó afirmando, que este año la Navidad la debemos celebrar manteniendo todas las medidas de seguridad, teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo. “Pero lo que le da sentido al a Navidad es que estamos renovando nuestra vida, esperando la presencia entrañable del niño Dios. Además, en Navidad Dios se humaniza y lo que estamos contemplando y esperando con ilusión es que Dios se acerque a nuestro corazón y a nuestra vida y le dé luz y esperanza”.
El Pastor diocesano, haciendo referencia al Evangelio de san Lucas, de ese último Domingo de Adviento, hacía hincapié en la figura de la Virgen. “Hoy nuestra espera la hacemos a través de la Santísima Virgen. Hoy nos ponemos ante la Virgen como la que prepara el camino de nuestra espera del Nacimiento de Jesucristo. Hemos vuelto a recordar lo que a ella le sucedió para que en su vida se gestara la presencia encarnada de Jesucristo. Hemos vuelto a escuchar un diálogo con el ángel Gabriel. De alguna manera este diálogo resume todo lo que Dios había pensado para nosotros con la encarnación redentora de Jesucristo. Por eso, el corazón de María es un buen modo de preparar la espera de la Navidad”. Así, Don Amadeo explicó que María nos enseña a escuchar a Dios, a poner silencio en nuestra vida y a dejar que nos muestre lo que desea de nosotros y de nuestro mundo. También, nos enseña a no ser indiferentes y a valorar la grandeza de Dios y de su amor. Por último, María hoy nos dice que vamos a vivir un gran acontecimiento y se muestra como el ser humano que asume una gran responsabilidad. La Navidad es un acontecimiento de fe y de gracia. Y nos invita a preguntarnos por qué Dios se sigue manifestando de manera tan maravillosa con el mundo.
Finalmente, el Obispo culminaba pidiendo a la Virgen que nos lleve de su mano y nos proteja. “Que la Virgen nos acompañe en nuestra suplica y nos lleve ante el niño de Belén. Que nos ayude a que este mundo salga renovado de esta situación, tras esta Navidad del 2020, que es la Navidad del COVID-19. Que así sea”.
Palabras del párroco
Antes de concluir, el párroco, D. José Antonio Sánchez, quiso comenzar agradeciendo al Obispo por haber aceptado la invitación a presidir la celebración. Continuó agradeciendo a todos los concelebrantes y los allí presentes por acompañarlos en esa tarde tan especial.
También, quiso tener unas palabras de agradecimiento a su antecesor, D. Enrique Cabezudo, con el impulso de la Cofradía de la Virgen de los emprendió la necesaria restauración. “Por eso, junto con todo su buen hacer pastoral durante seis años, le agradecemos este hermoso legado que deja su paso como párroco de esta comunidad cristiana”, subrayó.
Igualmente, quiso dar la enhorabuena a Ana Infantes y al equipo de restauración por el trabajo realizado y por el magnífico resultado.
D. José Antonio quiso concluir añadiendo: “Está claro que invertir en patrimonio es invertir en mantener viva la memoria de la fe, la huella del Espíritu y la historia de la Iglesia. Por eso, esperemos que muchos toxirianos ahora y en el futuro, al contemplar este camarín y la imagen de la Santísima Virgen de los Dolores, puedan repetir la misma expresión latina que ha sido recogida en la placa conmemorativa de esta restauración: Laus Deo, Virginique matri. Porque para eso fue construido y para eso se ha restaurado: para alabanza de Dios y de su Santísima Madre. Gracias a todos”.
Tras la bendición final, era inaugurado el Camarín de la Virgen de los Dolores, que culminaba con un gran aplauso y unas fotografías de familia.
