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«Manos Unidas hace posible el verdadero empoderamiento de las mujeres»

Marisela García Reyes (Chiapas, México, 1961) es religiosa de la congregación de las Hermanas del Divino Pastor desde hace 38 años, en los que ha compartido su vida en Angola, República Dominicana y Chiapas. Esta misionera tiene una larga experiencia de colaboración con proyectos de desarrollo de Manos Unidas, protagonizados sobre todo por mujeres.

Estamos en plena Campaña contra el Hambre de Manos Unidas. Desde esta ONG católica para el desarrollo se nos pide colaboración para 14 proyectos concretos, ¿conoce usted los proyectos que Manos Unidas Málaga subvenciona?

Conozco el trabajo que hace Manos Unidas desde 1994, que comenzó a colaborar en Chiapas con proyectos de compra de tierra, que es fundamental para las comunidades indígenas que viven de la agricultura. Y justamente Manos Unidas Málaga ha colaborado con varios proyectos. Uno de ellos es de cajas de ahorro para microcréditos de las mujeres y el fortalecimiento de la economía básica familiar.

¿En qué consisten estos microcréditos?

Es un proyecto bien interesante. Nosotros trabajamos con 650 comunidades indígenas de la región. La economía indígena campesina es de autosuficiencia. Hemos organizado grupos de unas 20 mujeres en cada comunidad que cada mes ahorran lo que pueden de sus recursos, no suele ser más de 1 euro por semana, lo que supone 4 al mes, es un gran esfuerzo para ellas. Cuando acaba el año lo reinvierten en nuevos proyectos pequeños de desarrollo para la comunidad como pueden ser tiendas de autoconsumo, artesanías, cultivos de maíz… lo que supone una gran ayuda. En 2016, por ejemplo, hubo un problema con las plantaciones de café y se perdieron las cosechas de la mayor fuente de ingreso de estos campesinos. Este problema fue causado por el cambio climático que vivimos y la vida de estas comunidades se pudo salvar gracias a estos pequeños recursos de cajas de ahorro ayudados desde Manos Unidas Málaga, para poder reactivar las cosechas.

Entonces, usted corrobora que euro que se dé aquí, se multiplica allá donde llega.

Efectivamente, es una ayuda fundamental para apoyar los esfuerzos que se vienen realizando por las propias comunidades.

El lema de Manos Unidas para la campaña de este año es «Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”. Desde su experiencia, ¿qué significa para usted este lema?

Es muy fuerte escucharlo en Europa porque es cierto el cambio climático lo sufre más quien menos lo ha impulsado. El tipo de industria contaminante, el estilo de vida, el consumo excesivo de los países más desarrollados dañan el planeta, pero las consecuencias se sufren lejos de ellos, en muchas ocasiones en lugares donde los indígenas consideran madre a la tierra y la cuidan. Esto es lo que nos dice Manos Unidas, que quienes menos han dañado a la tierra, quienes tienen menos posibilidades de enfrentarla, son quienes más sufren y entonces los proyectos, los recursos que se reciben, no son solo para llevar agua o comida, sino para proyectos de desarrollo, que es lo que fortalece el futuro y la vida de las personas.

Muchos de los proyectos en los que trabaja están protagonizados por mujeres.

Así es. Por ejemplo, el proyecto que estamos realizando ahora mismo con Manos Unidas Málaga tiene que ver con la formación de las mujeres en cuestiones financieras y de liderazgo, entre otros aspectos, siempre pensando en el futuro que queremos para nuestro pueblo y cómo las mujeres quieren ese futuro y lo construyen. Cada proyecto lo comenzamos con grupos de trabajo en los que ellas comparten su reflexión y las herramientas que necesitan para hacer realidad este desarrollo. Ahí entra Manos Unidas apoyando con los recursos y haciendo posible ese verdadero empoderamiento de las mujeres que miran con el corazón al planeta, a su tierra, a sus hijos, a sus familias y dicen adónde quieren ir.

¿Qué nos aconseja para vivir esta campaña de Manos Unidas?

En primer lugar, orar por el trabajo que hace Manos Unidas en América Latina, Asia, África…, para que estos proyectos de construcción de un mundo distinto vayan adelante. En segundo lugar, acoger la llamada de Manos Unidas a poner medios para el cuidado del planeta, para consumir menos y para cuidar los alimentos que consumimos. Gracias a Dios, en Europa también se ve un movimiento de personas que defienden lo orgánico y están a favor de la detención del cambio climático. Y en tercer lugar, participar en la campaña y aportar recursos económicos que puedan seguir haciendo posible proyectos que den vida a las comunidades. Yo creo que ustedes tienen mucho que hacer. Me parece que estas tres ideas son igual de importante: orar, cuidar el planeta y colaborar con sus recursos.

Gracias por compartir este comienzo de campaña con la Diócesis de Málaga.

Me encantó Málaga, es hermosa, ¡qué luz, qué vida! Me encantó y quiero aprovechar para dar las gracias a este pueblo hermoso que colabora y apoya a Manos Unidas y sus proyectos de desarrollo. Muchas gracias.

Encarni Llamas Fortes

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