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«La sociedad, la preocupación de la Iglesia»

Francisco Javier Guzmán Lucena (Coín, 1966) ha recibido el nombramiento del Sr. Obispo, Jesús Catalá, como presidente diocesano de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica). Esposo, padre de cuatro hijos, trabajador en un centro tutelado de menores de Torre del Mar y miembro de Izquierda Unida Málaga, afronta esta nueva etapa con ilusión, dispuesto a seguir «transmitiendo el tesoro de la fe en Jesucristo».

Escucha la entrevista el domingo 20 de septiembre, a las 9.45 horas, en Iglesia Noticia, COPE Málaga 89.8 FM

Le llega el nombramiento en mitad de una pandemia y una crisis económica, ¿todo un reto?

Efectivamente, todo un reto. Siempre es importante y un reto a afrontar, pero en este momento aún más todavía. Vivimos unas circunstancias que todo el mundo conoce: un presente preocupante y un futuro muy incierto; ahora mismo el reto es mayúsculo.

¿Tiene mucho que decir y hacer la Iglesia en el mundo obrero?

La Iglesia tiene todo por hacer en el mundo obrero pues es parte de nuestro amor fraterno, como nos recuerda el papa Francisco en su exhortación apostólica “La alegría del evangelio”: «¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!», y nos habla de nuestra llamada a vivir ese amor fraterno en comunión con todas las personas. Por lo tanto, la preocupación que hay en el mundo del trabajo, la preocupación que hay en la sociedad en general tiene que ser la preocupación de la Iglesia. Nuestra misión es fundamental dentro de la sociedad.

Francisco, en esa misma exhortación nos dice el Papa que «la comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás», de ahí que los cristianos estemos llamados a “meternos”, para llevar el Evangelio, en los partidos de izquierdas, de derechas, los sindicatos, el AMPA y cualquier asociación, ¿no es así?

Es parte de nuestra identidad y nuestra coherencia. Somos cristianos las 24 horas del día, en todos los ámbitos en los que participamos, ya sea en la familia, en el barrio, en el colegio o en cualquier asociación política o sindical en la que participemos. No podemos parcelar un lugar de nuestra vida para vivir la fe, somos cristianos y nuestra identidad tiene mucho que decir, nuestra fe tiene mucho que decir en las situaciones que vivimos. Es un reto, no solo para la HOAC, sino para toda la Iglesia.

Al conocerse la noticia de tu nombramiento, desde Izquierda Unida Málaga publicaron este mensaje: «Queremos felicitar a nuestro compañero Paco Guzmán tras su elección como presidente de HOAC Málaga. No hace falta describir a nuestro compañero, que fuera nuestro Coordinador Local hasta finales de 2017, ya que su trayectoria en defensa de los más desfavorecidos y su compromiso social es más que conocido y está más que demostrado, incluso traspasando fronteras. No tenemos ninguna duda de que su labor en esta nueva responsabilidad será estupenda, llena de éxitos y un orgullo para nuestra organización. ¡Enhorabuena, compañero, aquí estamos para lo que necesites!». Sin duda, una preciosa carta de presentación.

(Sonríe) Muy agradecido también a ellos. Se trabaja con las personas y con las organizaciones y tenemos que ser lo mejor de nosotros mismos, con nuestra fe, con nuestros errores y nuestros aciertos, tenemos que ser nosotros mismos. En mi paso por la organización política he intentado hacerlo lo mejor posible, siempre desde mi identidad cristiana, cosa que todo el mundo ha respetado. Han tenido siempre claro que la condición de cada cual es fundamental y también lo es el respeto hacia las personas y las ideas. Un respeto que nos lleva también al debate, pero sin perder de vista la dignidad que tenemos.

¿Qué retos se plantea la HOAC en el día a día de este tiempo que vivimos?

Son muchos los retos. Recuerdo, de forma especial, una frase de Guillermo Rovirosa, quien inició la HOAC en 1946, uno de sus lemas era “ahora más que nunca”. Y lo decía porque había que dignificar el mundo en el que estábamos viviendo, en ese momento, ante las dificultades y la situación que sufren las personas y las familias y el despoje de los derechos más básicos, que no les deja ser ni vivir con la dignidad de hijo de Dios. Retos, para empezar, estar presente, yo creo que es fundamental estar presente en el mundo, apostando por el amor y el bien común, como nos dice el papa Francisco, quien nos recuerda que la cura del mundo ahora mismo es el amor y el bien común y actuar cada día, en nuestro trabajo, en nuestra familia, en el ámbito en que nos desarrollamos.

Tenemos retos infinitos y ahora más que nunca, como decía Rovirosa, es fundamental acompañar a nuestros compañeros de trabajo en los sindicatos, los partidos políticos, en el barrio… y plantearnos con ellos, no solo plantearnos nosotros, sino plantearnos con ellos, qué podemos hacer para que este mundo sea un poco más justo y más humano. Tenemos que apostar por un proyecto de humanización desde nuestra opción fundamental que es Jesucristo, optando por la comunión frente al individualismo, la solidaridad frente a la competitividad y por el ser frente al tener. Yo creo que son retos importantes y, para que sean posible, tenemos que transmitir el tesoro de la fe en Jesucristo, que es clave para la reconstrucción de las personas y del mundo hoy día.

Encarni Llamas Fortes

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