Las velas del Monumento serán “un signo de tu familia” con sólo escribir un comentario al post publicado en su página de Facebook.
Igual que la luz de la vela quiere ser expresión de nuestra oración que se prologa delante del Señor, este año las luces del Monumento serán una llama que simbolice a tu familia y a los tuyos. Esta es la iniciativa lanzada por el grupo de familias de la parroquia de Santa Teresa de Córdobaa la que puede sumarse quienes lo deseen. Solo hay que escribir un comentario al vídeo publicado en la página de Facebook del grupo de familias de la parroquia (https://www.facebook.com/santateresa.cordoba/videos/pcb.3641171542621041/3641169649287897/?type=3&theater) con el texto “Vela Familia” junto a los apellidos de la familia.
“Sabéis que no podemos tener Monumento, ni flores y estaremos en casa confinados. Es por eso que se nos ha ocurrido que las velas y las flores del Monumento van a ser cada una de vuestras familias. Tenéis que poner en un comentario debajo del video los apellidos de vuestra familia y de esa manera nosotros vamos a poner una vela personalizada por familia, que serán las que estén encendidas durante la Hora Santa que tendremos al término de los Oficios de la parroquia”, explica el párroco Antonio Reyes. Por tanto, aquellas familias que deseen tener delante del Sagrario este Jueves Santo una vela encendida, tan sólo tienen que seguir las indicaciones dadas.
Carta de los sacerdotes
Asimismo, el párroco ha querido dirigirse a los fieles de esta comunidad parroquial a través de una carta para alentarles en estos momentos difíciles y recordarles que en estos días Dios no es ajeno a nada de cuanto nos pasa. “La epidemia nos tiene confinados en casa; trabajo telemático; niños que siguen la docencia en plataformas digitales; abuelos encerrados en sus domicilios; y un largo etcétera. Entre ese etcétera no puedo obviar el celebrar la eucaristía con la iglesia vacía o casi cerrada; bancos que en otro tiempo llenaban los fieles, ahora se encuentran desocupados. Y el vacío de esta ausencia hace que el ejercicio del ministerio sea también raro.
Como párroco vuestro no puedo dejar pasar estos días sin dirigiros unas palabras de aliento. Para mí la ausencia física de feligreses me provoca tristeza; pero también me suscita una oración más intensa, porque el no veros físicamente me lleva a acordarme de manera más cordial”, indica. Y recuerda también que nos dejemos en esta cuaresma de 2020 interpelar por lo que Dios nos pide en estos momentos. “El creyente no tiene todas las respuestas, pero conoce a quien sí tiene en sus manos todas las respuestas. Precisamente en este tiempo puede hacerse difícil el acceso a los sacramentos, sobre todo a la Eucaristía. Recordemos, por ello, que la gracia de Dios sigue actuando, aún cuando no podamos acudir a comulgar físicamente”, explica al tiempo que invita a aprovechar la ocasión para que la fe forje una nueva manera de vivirla e inculturarla, es decir, “hacer que la fe verdaderamente incida y actúe en nuestra vida creando una nueva cultura”.