El pasado sábado, 8 de febrero, la comunidad de clarisas franciscanas de Alcaudete se vestía de fiesta porque una de sus jóvenes realizaba su profesión temporal por tres años y se comprometía a vivir su consagración a Dios por medio de los votos de castidad, sin propio, obediencia y clausura.
La ceremonia estuvo presidida por el fraile franciscano fray Joaquín Pacheco y concelebrada por un grupo de sacerdotes amigos de la comunidad.
A la hora establecida, la iglesia estaba repleta de personas. La comunidad de monjas se reunía en la sacristía y comenzaba la procesión de entrada.
El coro amenizó muy solemnemente la celebración y muy en consonancia con lo que se estaba celebrando. El presidente de la celebración nos habló de la belleza de la vida clarisa franciscana y cómo los votos religiosos nos liberan de toda esclavitud para seguir a al Señor en toda su libertad interior. Tras la profunda y bella homilía, toda la ceremonia de profesión en donde la hermana Sor Bernardette pronunciaba su fórmula de profesión ante la Abadesa de la comunidad, ceremonia que viene marcada también con la entrega solemne del velo negro como señal de consagración a Dios, la entrega de las constituciones franciscanas como norma de vida y la medalla de la Inmaculada, patrona de la orden franciscana. Tras la celebración eucarística, una bonita convivencia por parte de los asistentes en donde felicitaron a toda la comunidad y a la neoprofesa.
Pidamos al Señor que siga enviando vocaciones a nuestros monasterios contemplativos y que sepamos entender estas vocaciones de una consagración especial para que, con su testimonio profundo y callado se pueda vivir la belleza de la vida cristiana contemplativa en la espera de encontrarnos un día en el cielo.
Comunidad de Clarisas de Alcaudete