El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha presidido la solemne Eucaristía de 12 en el primer templo de Jaén, en la mañana de Navidad.
El Vicario General y Deán de las Catedrales; el Rector del Seminario y algunos canónigos han concelebrado la celebración, que ha contado con la participación en las lecturas y en la oración de los fieles de miembros de la Cofradía de la Buena Muerte.
Con el aforo del 30 por ciento permitido completo, alrededor de 250 jiennenses han querido participar en la Misa de Navidad presidida por el Obispo.
Un hermoso Niño Jesús se encontraba a los pies del altar, preciosamente adornado, el que tradicionalmente se venera al concluir la Eucaristía con un beso, y que por causa de la COVID-19, no ha podido hacerse ese gesto de cariño.
Homilía
El Obispo ha comenzado su predicación deseando feliz Navidad a todos los fieles presentes. “Hoy estamos alegres por el nacimiento del Niño Jesús, a pesar de la pandemia”, ha afirmado Don Amadeo. El Obispo de Jaén ha rememorado la Nochebuena “en la que admiramos la estampa del nacimiento pobre humilde del hijo de Dios en un pesebre”. En este sentido, el Prelado ha expresado, “Dios quiso unir el cielo con la tierra del modo más humano posible. Dios se acerca a la humanidad del hombre, a la pobreza del hombre. Y esa unión llega con el Mesías.
El Mesías vino a traer gracia sobre gracia a la tierra con su venida”.
Asimismo, Monseñor Rodríguez Magro ha recordado que en esta “Eucaristía solemne del día de Navidad, debemos confesar que Jesús es Hijo de Dios, que Dios se hace hombre para divinizar nuestra condición humana”.
Del mismo modo, el Obispo jiennense ha querido transmitir a los jiennenses congregado en la Catedral que “Jesús trae una misión para el mundo, ser el gran consolador del mundo y los que vivimos de la fe podemos experimentar en nuestra vida ese consuelo. En tantas ocasiones y en tantos momentos de sufrimiento, de injusticia, de problemas de enfermedad…”
Para concluir su homilía, Don Amadeo ha recordado que es “la relación personal e íntima con Jesús que es la fe, cambia y transforma la vida porque nos descubre su valor y su sentido”. “Hoy es un día para contemplar a Jesucristo encarnado, hecho hombre y nos ha hecho hijos de Dios”.
La celebración eucarística ha estado solemnizada por las hermosas voces de CEMMEC ENSEMBLE, dirigidos por Cristina García de la Torre, han cantado un repertorio de villancicos con algunos clásicos y otros más novedosos.
Para concluir, el Obispo de Jaén ha impartido la Bendición Apostólica a los presentes con indulgencia plenaria para los que, para todos aquellos que habiendo comulgado y confesado, recen por las intenciones del Papa y tengan el propósito de vivir en comunión plena con la Iglesia.