Array

José Luis Puche: «La belleza es uno de los grandes bálsamos»

José Luis Puche es uno de los artistas malagueños con más proyección internacional. De su obra destaca el dibujo y el propio proceso de creación de la obra. Su seña de identidad es la experimentación con materiales como el carbón graso y el agua. Entre sus obras más recientes se encuentran el cartel de Semana Santa de Málaga 2020 o el mural ubicado en el vestíbulo del Teatro Soho de Málaga.

¿Quién dice la gente que es José Luis Puche?
La gente suele unificar a la persona y al artista, somos indisociables porque como persona pienso constantemente en el arte y como artista pienso en mi persona, realizando normalmente un trabajo de introspección, sobre mis experiencias, vivencias, estados de ánimos, fe… Mi persona es un reflejo de lo que se ve en mis trabajos, siempre digo que estamos hecho de la misma materia que el dibujo, el cual a veces es melancólico, otras alegre y también satírico. Lo que se ve después de todo ello imagino que será una mezcla de circunstancias y según a quien preguntes te puede contestar de una manera u otra, según si la persona es más cercana o más alejada.

Y tú, ¿quién dices que eres?
Soy una persona de costumbres, ordenada y disciplinada, intentando acertar en cuantas acciones me vea involucrado y mantener una cierta armonía con mi mujer, familia, amigos, el propio mundo y el arte, aunque el arte ocupe la mayor parte de mi tiempo y mis pensamientos. Me preocupa la honestidad y la mediocridad, esta última especialmente porque se está apoderando del grueso de la sociedad, si la sociedad es mediocre los nuevos ídolos o héroes también lo serán y creo que todo ello se puede combatir poniendo en valor la honestidad, un activo tanto como persona como artista. Creo que es un pilar básico donde construirse, a partir de aquí todo lo que llegue siempre he tenido claro que es para bien, teniendo en cuenta que no se vislumbrará a corto plazo, más bien a medio o largo, pero el tiempo no es una preocupación para mí, no rápido es señal de debilidad, lo lento de fortaleza y perdurabilidad.

¿Salvará la belleza al mundo?
Ya nos ha salvado, metafóricamente hablando, de muchas cosas, a mí sin duda. Estudié en una ciudad como Roma, rezuma belleza por los cuatro costados y eso en unos años en lo que todo era incertidumbre para mí sin duda me salvó. Porque la belleza nos conduce al estudio, nos suscita interrogantes, va más allá de la mera apariencia física, hay todo un entramado intelectual que acaba en la forma. Si no nos salva de nada al menos todo lo mitiga, es para mí uno de los grandes bálsamos, ya sea a través de la música, la lectura o contemplación de una buena obra de arte. Detrás de la belleza hay un artífice que la ha hecho posible, el hecho de saber que hay personas preocupados por ello siempre me hace pensar que hay esperanza en el futuro, que todo seguirá yendo bien porque es un bien común, una necesidad básica en nuestro día a día. Por eso invito a todo el que pueda a que consuma arte o cultura, ya sea en un teatro, un concierto, el cine o teniendo obras de arte de su gusto en casa, no hay nada físico más reconfortante en casa que obras de arte con dosis de belleza, no sólo anima al espíritu, también al intelecto, tiene aquel efecto mitigador.

¿Es el arte terapéutico?
Sin duda. Hoy día en el arte hay estudios más determinados y específicos como la Arte Terapia, obras realizadas ex profeso para personas con ciertas dificultades sobre todo psíquicas y que a causa de las formas con las que están creadas activan mecanismos que sirven como terapias. De todos modos eso es muy específico pero podemos tener una imagen más global, creo que toda buena obra de arte contemplada nos libera de los problemas que podamos tener encima aunque sea por unos instantes. Por desgracia a medida que hemos ido aprendiendo a leer la escritura hemos dejado de aprender a leer las imágenes. Es una suerte que la población esté completamente alfabetizada, ello nos ha hecho más inteligentes, pero por desgracia hemos dejado de usar el instinto primario de leer lo que vemos y eso provoca rechazo en la personas ante objetos y obras de arte que no comprende. El arte es mucho más libre que aquello que los artistas o críticos nos dicen que tenemos que pensar sobre esas obras, la interpretación es acto de libertad, no nos privemos de ello porque es esencial para afrontar nuestro día a día y caer en ciertos problemas.

¿Cambiaría nuestro confinamiento si tuviésemos más obras de arte en los hogares?
Absolutamente. Ahora que no hay museos, ni galerías ni instituciones abiertas donde poder contemplar obras de arte tener en casa alguna o algunas lo cambia todo. Tengo amigos y conocidos que estos días ocupan sus redes haciendo un recorrido por su colección, yo en casa también tengo la mía propia, pequeñita pero de la que disfruto mucho. Ahora que tengo y tenemos más tiempo podemos volver a observarlas más detenidamente, vamos a descubrir siempre en ellas algo que antes no habíamos visto, esa capacidad de sorpresa nos lleva a un disfrute totalmente necesario en este confinamiento. Por ello, y disculpad que incida, es muy necesario tener en nuestras casas obras de arte, en la medida que se pueda, no todo el mundo puede comprar una pieza por ejemplo de Neo Rauch, pero por ejemplo en Taller Gravura hay muy buenas obras gráficas de magníficos artistas por menos de 100€, merece la pena.

¿Es el artista médico en tiempo de pandemia?
Los médicos son los verdaderos héroes de esta pandemia, hay consenso en ello, los artistas mitigamos en cierto modo el golpe, no sólo pintores, escultores,… sino también músicos, cantantes, actores,… Todos estamos poniendo nuestro grano de arena para hacer más llevadero este confinamiento. También como activos de la sociedad tenemos la obligación de ponernos al servicio de instituciones o asociaciones para colaborar ante esta situación, no sólo con los enfermos, sino también con aquellos que más van a sufrir los daños colaterales de la crisis que se avecina. De ahí que varios artistas nos hayamos puesto de acuerdo con asociaciones y fundaciones para realizar obras y con ello recaudar lo necesario para los fines que se necesiten.

¿Cómo ves la situación que atravesamos?
La veo complicada y abstracta. Desde el primer día de confinamiento hemos tenido que vivir con los datos, cada día más y más alarmantes. Al final lo que son número acaban teniendo nombre y apellidos, de algún familiar que ha fallecido o amigos y familiares que han caído gravemente enfermo y que posteriormente por fortuna se han recuperado. Estos días no he parado de trabajar en casa, haciendo pequeños dibujos, aunque la primera semana y media, me costaba realmente concentrarme y sigo sin poder realizar nada de lo que tenía previamente que realizar antes del confinamiento, la cabeza no puede estar lejos del problema que tenemos y por ello sólo acaban saliendo obras que surgen fruto de esta problemática mundial. Me invade una cierta melancolía en ella fruto de una crisis global, pero como artista y persona manifiesto todo ello de manera creativa y con cierta esperanza como mecanismo para transformar este tiempo.

¿La mirada del artista es determinante para adelantar soluciones?
Creo que con todo lo expuesto se ha mostrado que somos parte activa de esta sociedad y con el confinamiento se ha visto que la cultura se ha vuelto en parte indispensable para sobrellevar tantos días en casa encerrados ya sea solo o en familia. El arte siempre ha tenido la capacidad de anteceder a lo que estaba por ocurrir y podemos tener en la mano ciertas soluciones, siempre de cara a mitigar esta situación. El artista será artista sin instituciones que le apoyen o no, contribuye a mejorar la sociedad, a crear un pensamiento libre y crítico, otra cosa es que se le apoye o escuche, pero su trabajo en el caso que sea pictórico estará siempre hablando, la pintura es un parlante incansable y merece la pena que lo escuchemos.

¿Cambiaría el mundo si contemplara más arte?
Creo que sí. Aprendamos a contemplar cuanto miramos, estamos rodeados de arte en los edificios que tenemos en la calle, en un muro donde un artista urbano a pintado, hasta los objetos que tenemos en casa son pequeñas obras de arte, es decir, una silla, un exprimidor de zumos,… todo está hecho con un fin estético y artístico aunque sea un objeto industrial. En mi caso en la visión y en el oído es donde más se enfatiza el regocijo de mis sentidos, aprendo leyendo pero también viendo, no puedo evitar sentirme muchas veces embaucado por algo que veo, a veces sólo en su apariencia física o estética, pero en la mayoría de las veces lo que veo me suscita preguntas para las que no tengo respuestas rápidas y eso me ayuda a comprender mejor tanto mi pasado como mi presente.

¿Podrías ilustras con una obra la situación que vivimos?
En estos días he recordado mucho el gravado «Melancolía» de Albert Dürer. Es un cuadro de suma belleza donde hay un ángel sentado y apesadumbrado. He hablado anteriormente de la melancolía, un estado de ánimo que nos lleva a pensar que aquellos tiempos pasados fueron mejores que lo que tenemos ahora y que antes éramos completamente felices y no lo sabíamos. Pero esta obra también está cargada de una simbología de formas y números que la llena de un intelecto del que hoy tenemos que hacer uso, por aquella carga creativa que tenemos que desempeñar todos/as para salir de esta situación. Tiene nostalgia pero también sabiduría, la primera no está mal si utilizamos la sabiduría para salir pronto de ella y es lo que tenemos que hacer. Es inevitable sentir esa nostalgia, forma parte de este duelo doloroso por el que estamos pasando, pero sabemos que esto tiene fin y cuando salgamos tenemos que estar todos unidos y poner de nuestra parte para que ni haya injusticias y los damnificados sean los menos posibles.

Rafael J. Perez Pallarés

Contenido relacionado

Día de la Madre

Mes de mayo, mes de María. Este primer domingo de mayo...

Convocado el I Concurso Internacional de composición de Música Sacra “Obispo Osio”

El Concurso forma parte del programa de actividades de la Exposición...

Enlaces de interés