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Guadix arropó con el calor de su devoción a su Patrona, la Virgen de las Angustias

A pesar del frío, miles de accitanos vivieron, el segundo domingo de noviembre, su devoción a la Virgen.

La ciudad de Guadix vivió un día de fiesta, el pasado 10 de noviembre, en torno a la Virgen de las Angustias, Patrona de la localidad. Una Misa pontifical y una procesión solemne fueron los actos principales de una jornada esperada por todos los accitanos, que se vivieron con mucha emoción e intensidad. El obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, ha sido el predicador de la septena y, también, de la Misa pontifical. Con esta fiesta, los accitanos han podido expresar cada tarde en la septena y el domingo en las calles, a pesar del mal tiempo, su devoción a la Virgen.

Ha sido una celebración con la que Guadix, un año más, ha cumplido la tradición de honrar a su Patrona el segundo domingo del mes de noviembre. Una semana antes, la imagen fue trasladada desde su templo, en procesión, hasta la catedral, donde se han desarrollado los cultos de la septena. Cada tarde, a partir de las 19´30 horas, la catedral ha acogido el rezo del rosario, el ejercicio de la septena y la celebración de la Eucaristía, en la que ha predicado, durante los siete días, el obispo de Guadix, dado que este era su primer año de estancia en la diócesis accitana. Y ya viene siendo tradición que el nuevo prelado, al llegar, predique la septena de la Patrona de Guadix. Los antiguos escolanos y la coral Accychorus pusieron música durante las celebraciones.

Y el domingo 10, el día de la Virgen de las Angustias, la ciudad se llenó de esplendor y devoción. Por la mañana, la Misa pontifical, en la que Mons. Orozco habló con emoción de la Virgen, recordando cómo ella es nuestra madre, la madre de la Iglesia, la madre de todos. “Guadix tiene una madre, la Virgen de las Angustias”, les dijo a los accitanos durante la homilía, invitándoles a acogerla en sus vidas, en sus corazones. La solemnidad vivida en la catedral se vio enriquecida por el acompañamiento de la coral Accyda y del órgano, tocado por Rafael Pascual.

Por la tarde, la procesión sacó a los accitanos a la calle para acompañar a la imagen de la Virgen de las Angustias hasta su templo, junto al colegio de la Presentación. A pesar del frío que hacía, fueron muchos los accitanos que la arroparon con el calor de su devoción. Así lo han hecho estos días de septena y solemnidad, y así lo hacen durante todo el año en el antiguo templo de San Diego, donde la Virgen de las Angustias permanece todo el año y adonde acuden los accitanos todos los días, en goteo constante, para hacer una visita a su madre.

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