El pasado 11 de septiembre fallecía el sacerdote Antonio Mesa Jarén a los 89 años.
Natural de Villamartín (Cádiz), fue ordenado en la Archidiócesis hispalense en el año 1956.
El primer cargo que se le encomendó fue el de vicario parroquial de Ntra. Sra. de Consolación, de Osuna. Al año siguiente desempeñó esta función en la Parroquia de San José, en Montellano. Más tarde, en 1962 sería nombrado cura encargado de San Pedro (Coripe), y finalmente, desde 1970 desarrolló su ministerio sacerdotal durante más de cuarenta años en la parroquia de Olivares, Santa María de las Nieves, de la que fue párroco emérito desde 2013.
Los feligreses de Olivares destacan de él “su carácter firme pero siempre servidor”, así como “su entrega y dedicación” por la comunidad parroquial y recuerdan que “siempre escuchaba a las personas en cualquier momento, era un hombre sin horarios”.
La Archidiócesis agradece a Dios la vocación, vida y testimonio de este sacerdote y ruega por el eterno descanso de su alma.