Francisco Javier Márquez y Ana María Miranda, padres de tres hijos, pertenecen a la parroquia Santa Marina de Aguas Santas de Fernán-Núñez.
¿Cuáles son los pilares de vuestra convivencia familiar?
Nuestro pilar fundamental es el AMOR, amamos a Dios y nos amamos los unos a los otros. Además, procuramos que en nuestra familia prime el respeto, teniendo siempre como referente a la Sagrada Familia de Nazaret.
¿Qué resulta más complicado en la educación de los hijos en este momento social?
Pensamos que educar a los hijos es muy difícil en cualquier circunstancia, pero actualmente vivimos en la sociedad del “tener” y quizás nos olvidamos de la importancia del “ser”. La sociedad quiere construirse sin Dios destruyendo sus raíces cristianas. Nosotros ante todo queremos que nuestros hijos sean buenas personas teniendo siempre presentes los valores que Cristo nos enseñó. Para ayudarnos en esta labor hemos asistido en alguna ocasión a la Escuela de Padres de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza de Córdoba.
¿Qué instrumentos tiene la familia de hoy para manifestarse cristiana?
Hoy en día podemos y debemos manifestarnos cristianos en todas partes. Las familias somos iglesia doméstica y desde nuestras casas, trabajos, redes sociales, etc. tenemos la oportunidad de evangelizar y a la vez demostrar, con nuestra manera de ser y de vivir, aquello que sentimos y en lo que creemos.
¿Qué significa para Ana ser cofrade y pregonera este año de la Semana Santa de Fernán Núñez?
Para mí ser cofrade va indisolublemente ligado a ser cristiana. No entiendo una cosa sin la otra. Mi amor a la Semana Santa es el resultado de mi amor a Dios y a su Hijo Jesús y por supuesto también a su Santísima Madre la Virgen María.
Pregonar la Semana Santa de mi pueblo es ante todo un privilegio y un honor. Espero que Dios me ilumine y me de fuerzas para estar a la altura.
La transmisión de la fe a los hijos es un reto para todos, ¿cómo lo hacéis vosotros?
Nosotros transmitimos la fe de una forma sencilla y sobre todo intentamos predicar con el ejemplo. Les hablamos de Jesús, desde pequeños les hemos leído fragmentos de la Biblia, rezamos, celebramos juntos la Eucaristía. Hacemos mucho hincapié en el perdón, en la necesidad de recibirlo para estar en gracia de Dios y en la importancia de pedirlo cuando nos equivocamos. También insistimos mucho en dar gracias a Dios por todo lo que de Él recibimos cada día. Pensamos que es fundamental transmitir a nuestros hijos la alegría de creer y el valor de la fe.
¿Cuál es vuestra parroquia?, habladnos de vuestra vida en comunidad.
Antes de casarnos pertenecíamos a parroquias diferentes, Virgen del Camino en Córdoba y Santa Marina de Aguas Santas en Fernán-Núñez. Desde nuestro matrimonio hemos trabajado en la segunda. Pertenecemos y trabajamos para la Hermandad de Jesús entrando en Jerusalén y María Santísima del Rosario y colaboramos en la parroquia en todo lo que podemos: catequesis, cursillos prematrimoniales, etc.
¿Cómo imagináis la Iglesia del futuro?
Pensamos que la Iglesia del futuro son nuestros hijos, por eso debemos trabajar sin descanso irradiando nuestra fe para que se propague como una llama y prenda en el mayor número de corazones posible, evitando que se extinga.
Fecha y lugar del matrimonio: Fernán-Núñez, 10 de Diciembre de 2005.
Número de hijos y edades: 3 hijos, Javier de 10 años, Juan José de 9 y Luis de 2 años y medio.
Un momento de vuestra historia familiar: El nacimiento de nuestros tres hijos.
Una actividad que comparte la familia en su tiempo libre: En verano nos encanta la playa y la piscina y en invierno sentarnos juntos a ver una película, los juegos de mesa o compartir algunos ratos de lectura.
Qué cosas no dejáis de hacer juntos cada día: Cenamos juntos sin televisión y aprovechamos para hablar de todas nuestras cosas.
Qué lugar ocupan los abuelos en casa: Un lugar fundamental, nos ayudan muchísimo en todo, son un referente y un ejemplo en nuestras vidas.
¿Rezáis por algún sacerdote?:
Solemos rezar para que aumenten las vocaciones sacerdotales y por todos los sacerdotes en general, pero no nos olvidamos de Don Carlos Linares que fue nuestro director espiritual durante muchos años.
