José María Mayoral y Paola Mendiburu, padres de una niña, pertenecen a la parroquia de San Nicolás.
¿Cuáles son los pilares de vuestra convivencia familiar?
Antes de responder a la pregunta nos gustaría aclarar que, aunque nos haga ilusión esta entrevista, nosotros no nos sentimos ejemplo de nada. Somos un joven matrimonio que se quiere mucho y que discute también mucho debido a nuestras diferentes personalidades y diferencias culturales que puede haber entre una pamplonica y un cordobés pero que siempre, a través del diálogo, busca puntos de encuentro y se pide perdón mutuamente cada vez que hace falta. Para los dos es muy importante poner a Dios en medio de nuestra relación ya que con Él todo es más fácil. Luchamos por corresponder al amor de Dios y ayudarnos el uno al otro para llegar a la meta del cielo. A diario intentamos ir a misa, hacer oración y rezar el Rosario. Frecuentemente acudimos al sacramento de la confesión para descargar nuestras miserias. Todo esto nos ayuda a sentirnos hijos de Dios y recibir la gracia para afrontar las dificultades que van surgiendo en la vida y nos sirve para aprender a amar a los demás más y mejor.
Por tanto, podríamos decir que los pilares que nos sostienen son el amor a Dios, el diálogo entre nosotros, el perdón y los sacramentos.
¿Qué resulta más complicado en la educación de los hijos en este momento social?
De momento nuestra niña tiene dos años y, por ahora, gracias a Dios, no estamos teniendo complicaciones que no sean propias de su edad pero nos preocupa mucho su educación y nos gustaría formarnos para afrontar cada etapa.
Sabemos que vivimos en una sociedad relativista en la que tienen mucho peso el sentimentalismo, el propio criterio y la búsqueda del placer rápido y constante. Existe obsesión por el culto al cuerpo y por el tiempo libre. Parece como si la felicidad se escondiera en tener un cuerpo bonito y muy bien vestido y una agenda llena de viajes o eventos sociales. Se tiene miedo al silencio y a meditar sobre el sentido de la vida porque aparecen vacíos existenciales ya que se busca la felicidad donde no puede encontrarse.
En este contexto, creemos que lo más complicado es formar el criterio de los hijos para que tengan la capacidad de elegir buenos referentes que les ayuden a crecer como personas y no se dejen arrastrar por dudosos influencers que se encontrarán en sus ambientes, en las redes sociales o en los medios de comunicación.
¿Qué instrumentos tiene la familia de hoy para manifestarse cristiana?
Hoy en día existen muchos instrumentos para manifestarnos como familia cristiana. Si de verdad dejamos trabajar a Dios en nosotros a través de la oración y la participación en los sacramentos habrá un algo que nos diferencie del resto y que llamará la atención. Trataremos a todos como hermanos, llevaremos de una manera sobrenatural tanto las cosas que para el mundo son buenas como las que son negativas y hablaremos con naturalidad de nuestra relación con Dios. Este testimonio se notará en nuestros ambientes y también en cómo nos comportamos virtualmente en WhatsApp y en las demás redes sociales. En las redes sociales la familia de hoy tiene un gran instrumento para manifestarse cristiana. Con esto no nos referimos obviamente a dar la brasa a nuestros amigos y seguidores poniendo párrafos del Catecismo. Nos referimos a cosas muy sencillas como pedir que recen por nosotros cuando lo necesitemos en grupos de WhatsApp, recordar a amigos que estamos rezando por ellos cuando están pasando por dificultades o nombrar con naturalidad a Dios en nuestras conversaciones y en nuestras publicaciones. A nosotros nos gusta escribir “damos gracias a Dios por…” en la descripción de las fotografías de nuestros viajes que compartimos. Animamos a buscar la manera en la que cada uno se sienta cómodo de manifestarse cristiano.
La transmisión de la fe a los hijos es un reto para todos, ¿cómo lo hacéis vosotros?
Sin duda, la transmisión de la fe es de lo que más nos preocupa. Sin embargo, debemos tener en cuenta que no tenemos que preocuparnos de los frutos sino por sembrar con nuestro sencillo ejemplo. Lo único que está en nuestra mano es rezar para que tengan un encuentro personal con Cristo, luchar por dar buen ejemplo y dejar lo demás en manos de Dios. Los padres cristianos de hoy tenemos enfrente un relativismo dominante que choca con lo que nos propone el Evangelio y eso dificulta la transmisión de la fe pero somos optimistas.
Por el momento, nuestra hija Victoria, de dos años, nos acompaña a Misa desde que tenía dos semanas de vida y le hemos enseñado a dar besos a cuadros de Jesús y María que tenemos en casa.
¿Cuál es vuestra parroquia?, habladnos de vuestra vida en comunidad.
Actualmente nuestra parroquia es San Nicolás pero tenemos mucha vinculación con La Compañía, donde celebramos nuestro Matrimonio y el Bautismo de nuestra hija, porque ambos somos hermanos de la Hermandad del Santo Sepulcro.
Acudimos a nuestra parroquia a diario para participar de la eucaristía y, como hemos dicho, Victoria suele acompañarnos. Nos gusta mucho escuchar las homilías de Don Antonio Evans porque enciende nuestros corazones cuando explica las Escrituras. Aunque no participemos de las numerosas actividades que hay en San Nicolás podemos decir que, gracias al cariño y cercanía de Don Antonio y a los buenos amigos que tenemos en la Hermandad de la Sentencia, a la que pertenecen José María y Victoria, nos sentimos en casa en nuestra parroquia.
Como parte de nuestra formación espiritual permanente, acudimos a medios de formación promovidos por el Opus Dei en sus centros y participamos en los cultos organizados por las Hermandades del Santo Sepulcro y Hermandad de la Sentencia. La combinación de la sólida formación que ofrece la Obra con la belleza de la piedad popular que encontramos en las cofradías nos enriquece mucho como cristianos.
¿Cuál es vuestra aportación familiar a la Iglesia Diocesana?
Siendo honestos nuestra aportación familiar a la Iglesia Diocesana actualmente es muy limitada. Ahora nos toca estar enfocados en la crianza de nuestra hija y de los que vengan, si Dios quiere. Es tiempo de sostener a la Diócesis con nuestras oraciones, donaciones y dando testimonio como familia cristiana a la espera de que surjan oportunidades de ayudar más activamente.
Fecha y lugar del matrimonio: 15 julio 2017 en la Parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos (La Compañía)
Número de hijos y edades: Una hija de dos años llamada Victoria.
Un momento de vuestra historia familiar: Es difícil elegir uno. Lo que ha marcado nuestra historia familiar es nuestro noviazgo en Londres donde cada mañana nos veíamos en la Catedral de Westminster, nuestra boda, el nacimiento de Victoria y las despedidas de seres queridos. En 2019 Dios nos enseñó a mirar al cielo y nos despedimos del tío Paco (padrino de José María), del abuelo Pepe (padre de José María) y del bisabuelo Urbano (abuelo de Paola).
Una actividad que comparte la familia en su tiempo libre: Antes del inicio de la pandemia nos encantaba hacer viajes en familia. Subimos a Victoria por primera vez a un avión cuando tenía un mes y ya hemos estado con ella en Londres, Milán, Venecia, Florencia y en varias ciudades de España. Este verano hemos podido hacer alguna escapada por Andalucía.
Por otro lado, disfrutamos mucho haciendo de anfitriones, nos gusta invitar a los amigos a casa y pasar momentos juntos.
Qué cosas no dejáis de hacer juntos cada día: Ambos tenemos la posibilidad de teletrabajar por lo que prácticamente todo lo hacemos juntos, pero a la vez somos muy independientes.
Qué lugar ocupan los abuelos en casa: Victoria tiene tres abuelos en la tierra y un abuelo en el cielo y ocupan un lugar primordial en casa. Sin su amor, su ejemplo y su generosidad nada sería igual.
¿Rezáis por algún sacerdote?: En Misa y en el Rosario rezamos por el Papa Francisco, el Obispo Don Demetrio y el Prelado del Opus Dei Don Fernando. Además de eso, tenemos presente rezar por la santidad de nuestros sacerdotes y seminaristas y pedimos de una manera especial por Don Fernando Cruz Conde, Don Pablo Lora, Don Juan Moreno y Don Antonio Evans.