El Obispo de Jaén ha presidido, en la Catedral, la fiesta de la Sagrada Familia, en un año en el que los mayores han cobrado protagonismo en el seno de la Familia de Nazaret. “Los ancianos, tesoro de la Iglesia y de la sociedad”, ese es el lema escogido este año para celebrar esta fiesta que pone en el centro a la Sagrada Familia y con ella a todas las familias cristianas, y que se celebra en el primer domingo después de Navidad.
Al primer Templo de Jaén han acudido los directores del Secretariado diocesano de Familia y Vida, Isabel Sánchez Gómez y Juan de Dios García Bonilla, junto con el resto de las familias que forman este Secretariado y su consiliario, el sacerdote D. Rogelio Garrido Checa. Los miembros del Secretariado han sido los encargados de hacer la monición de entrada, la lectura y la oración de los fieles.
Homilía
Don Amadeo Rodríguez Magro ha comenzado su homilía saludando al consiliario y a los responsables y el equipo de Familia y Vida de la Diócesis.
“Hoy, de nuevo, contemplamos de nuevo el misterio de la Encarnación. Unir la presencia del Dios con la naturaleza humana para que hubiera ese intercambio entre lo divino y lo humano”, ha precisado el Obispo. En este sentido, el Prelado jiennense ha afirmado, “No lo olvidemos que en la Encarnación del Hijo de Dios y en toda su presencia en medio de nosotros, es el ser humano el que gana la divinización y en ser enriquecido cada vez que celebramos con fe este misterio”.
En la fiesta de la Sagrada Familia, el Obispo ha pedido mirar a la familia de Nazaret para “contemplarlo como ejemplo para imitar su conciencia doméstica y su unión en el amor, en su modo de ser, en su estilo, y lo hacemos para que nuestra propia familia al parecerse a la familia de Nazaret sea una iglesia doméstica en la que podamos adoptar un estilo de vida como el del Evangelio”. Asimismo, el Obispo ha insistido en que “La iglesia en este día quiere invitarnos a que tengamos en cuenta algún problema o situación que no está del todo destacada. En este año en el que la pandemia se ha cenado con la COVID-19, ha expresado Monseñor Rodríguez Magro, la Iglesia ha querido poner en el centro a los mayores, ‘nuestro tesoro’, después de una vida de trabajo y servicios a la sociedad”.
Respecto al valor de los ancianos, el Prelado jiennense ha expresado que “muchos mayores son valorados como un tesoro, pueden compartir con su familia esa memoria de la que son depositarios. Esa memoria de vida y de vida cristiana. En cambio, muchos otros muchos viven en la marginalidad, viven solos… Es una llamada de atención a valorar, respetar, dignificar la vida de los ancianos”.
Por último, dirigiéndose al equipo de Familia y Vida los ha animado a seguir trabajando con ilusión e imaginación y a vivir este año dedicado a San José en el que el Santo Padre ha convocado un año dedicado a las Familias.
La celebración eucarística que ha estado solemnizada con los hermosos cantos del grupo músico-litúrgico, EscuchArte, ha concluido con una versión del tradicional villancico, “Dime, Niño de quién eres”.
El Obispo, ya en la Sacristía ha recibido al equipo del Secretariado de Familia y Vida donde los ha felicitado por la Navidad y los ha animado a seguir caminando, junto con sus familias, en esta área de la Diócesis que promueve la Familia y la Vida como parte nuclear de la sociedad.