Miguel Ángel Martín, actor malagueño con dos décadas de trabajo a sus espaldas, se ha convertido en un fenómeno viral en este tiempo de confinamiento gracias a los vídeos que lanza desde sus perfiles en redes sociales donde se le puede encontrar bajo el nombre de «Tú no mandas». Su humor cercano y directo es buen aliado para sobrellevar este tiempo de pandemia.
Con la que está cayendo, hay que tener fe, para reírse de uno mismo. ¿Cómo lo consigues?
En mi caso la fe en mí mismo es la que me ha ayudado siempre a ser lo mucho o lo poco que soy. Reírme de mí mismo forma parte de mi manera ser y mi forma de ver el mundo y me alivia en circunstancias duras. El humor no resta importancia a las situaciones, solo las hace más llevaderas.
Los bebés nacen llorando y pronto empiezan a reír por imitación; ¿Podemos aprender a reírnos de nosotros mismos?
En las ecografías he visto a cientos de bebés sonriendo, así que no estoy de acuerdo con eso de que aprenden por imitación. Antes de ese primer llanto del nacimiento, provocado por un cambio brusco de pasar de un entorno conocido y cómodo al espacio exterior, conocieron la felicidad y la sonrisa.
Mi madre siempre cuenta que a mí me tuvieron que provocar el llanto con unos cachetes para comprobar que todo iba bien, así que imagino que ya venía con el sentido del humor incorporado.
Pero no sólo podemos aprender a reírnos de nosotros mismos, es que debemos obligarnos a hacerlo. Creo que es un ejercicio de autocrítica que todos necesitamos practicar más a menudo.
¿Salvará la belleza al mundo?
El mundo ya es bello desde su origen. Si de algo tiene que salvarse el mundo es de nosotros mismos, que no lo estamos cuidando como debemos y no tenemos otro de repuesto.
¿Hay en el humor belleza?
Es bello todo aquello que te provoca bienestar, que te cambia el estado a mejor. Así que si el humor es de tu agrado y te arranca una sonrisa, es bello.
En la Edad Media había quien afirmaba que la risa venía del diablo ¿Cómo responderías a esa afirmación?
Creo que me hubieran quemado en alguna hoguera durante la Edad Media.
¿Dónde piensas que se encuentra la clave del éxito de tus vídeos?
En la naturalidad. Trata de temas comunes, todos y todas se pueden sentir identificados e identificadas. Nos unen más cosas de las que nos separan y en mitad de esta tragedia estamos encontrando muchos lugares comunes.
¿Somos figurantes de lo políticamente correcto?
Como actor no creo que seamos figurantes de nada, yo quiero ser el protagonista de todo. No sé si será políticamente correcto decirlo.
¿Envidias a los niños y niñas que saldrán a pasear mientras tú te quedas en casa mirando a un teléfono?
¡Afortunadamente no estoy todo el día en casa mirando un teléfono! Me he sorprendido a mí mismo con lo bien que estoy llevando el confinamiento. Tengo tiempo de leer, de ponerme al día con series y películas, de estudiar o de idear cómo profesionalmente puedo sobrellevar todo lo que está por venir. Estoy deseando abrazar a los míos, pero tranquilo, responsable y sereno.
Nuestros pequeños y nuestras pequeñas nos han dado una lección, le hemos pedido una tarea muy dura y la han superado con nota, pero no tienen la capacidad de control emocional y mental de los adultos, entiendo que sean los primeros en esta desescalada. Seré muy feliz oyendo de nuevo a niños y niñas llenar mi calle.
Los cristianos celebran en estos días que Cristo ha resucitado, ¿si estuviese vivo y confinado contigo en casa de qué hablarías con él?
De hacerse viral en tiempos difíciles, supongo que tendría buenos consejos. Y de si podría volver a intentar lo de convertir el agua en vino.
¿Te quedará algo por decir después de estos días de confinamiento?
La vida continuará y nos traerá cosas mejores para todos/as, estoy convencido. La realidad siempre supera a la ficción, así que nos regalará más temas sobre los que hablar. Habrá más historias que nunca para contar. Ojalá pronto me permita hacerlo sobre un escenario y no desde la pantalla de un móvil.
Rafael J. Pérez Pallarés
