El próximo domingo 17 de mayo, VI de Pascua, celebraremos la Pascua del Enfermo bajo el lema que nos ha venido acompañando desde el 11 de febrero pasado, fiesta de la Virgen de Lourdes, «Acompañar en la soledad».
Según declaraciones de D. Manuel Pozo Oller, director del secretariado diocesano para la pastoral de enfermos “Nadie podía imaginar la realidad de muerte, enfermedad y desamparo en la que nos hallamos. En estos meses de incertidumbre hemos experimentado la necesidad que tenemos todos de ser cuidados, de la mutua dependencia, de la necesidad de ser acompañados y consolados”.
“También en esta larga vía dolorosa nos hemos encontrado con muchos “buenos samaritanos”, afirmaba D. Manuel en una carta dirigida a todos los sacerdotes y agentes de pastoral de la salud. “La Iglesia entera reconoce los valores de innumerables personas e instituciones entregadas a la lucha sin descanso contra la enfermedad y sus consecuencias y se une al aplauso y reconocimiento de labor tan altruista y generosa con admiración y gratitud”.
Datos que invitan a reflexionar
En España, con sólo echar una vista a los datos de la soledad nos damos cuenta que tiene las dimensiones de una auténtica epidemia. Según el Instituto Nacional de Estadística, se estima que en España hay 4,7 millones de hogares unipersonales. Dos millones de personas mayores de 65 años viven solas. Más de 850.00 mayores de 80 años viven solos y muchos presentan problemas de movilidad. Solo estas cifras son un dato preocupante. Si además sumamos, entre otras formas de soledad, la de quienes están ingresados en los hospitales o la de las familias con miembros con una enfermedad mental grave, por ejemplo, descubrimos lo acuciante de reflexionar para buscar el modo de aliviar tanta soledad.
