Este sábado 2 de noviembre ha sido, como todos los años, un día muy especial, dedicado a visitar a los difuntos en el cementerio y, por supuesto, a rezar por ellos con la esperanza puesta en la resurrección. En todos los cementerios, o casi todos, ha habido celebraciones de la Eucaristía para pedir al Señor por los difuntos. También en el cementerio de Guadix, donde se tuvo que celebrar la Misa en la capilla por causa del mal tiempo. Estuvo presidida por el obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, que habló de cómo Cristo es camino de vida y de resurrección, y del mensaje de esperanza que la Iglesia proclama frente al dolor y el sinsentido de la muerte.
El prelado accitano, además, ha realizado una visita al cementerio de la ciudad, guiado por Antonio Herrera, un trabajador del cementerio, y la concejala responsable del mismo, Encarnación Molero. Cabe destacar que este año se ha recuperado la música sacra en el cementerio de Guadix durante estos días tan especiales, con los grupos de cuerda Amabile, Accicorda y Chiave. Durante el recorrido, el obispo ha podido conocer los lugares más significativos del campo santo accitano y ha rezado por todos los difuntos.
El cementerio de Guadix está atendido, durante todo el año, por los hermanos Fossores de la Misericordia, cuya vocación les lleva a cuidar el campo santo, a rezar por los difuntos y a atender a las personas que acuden allí cuando entierran o visitan a un familiar y, por supuesto, a consolar desde la fe. Fray Hermenegildo, superior de los Fossores, ha acompañado al obispo durante su estancia en el cementerio.