En el calendario litúrgico de este año —afectados por la crisis del «coronavirus» y sus consecuencias— la Iglesia celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad el próximo domingo 7 de junio. Es la festividad escogida para la Jornada Pro Orantibus.
Bajo el lema, «Con María en el corazón de la Iglesia» la iglesia española ora por quienes continuamente lo hacen por nosotros: las personas consagradas contemplativas. Con este motivo, agradecemos a Dios esta forma de consagración que necesita la Iglesia.
La Virgen María y la Iglesia constituyen el marco para la vida consagrada en España este año. Por ello, en la en la Jornada de la Vida Consagrada del pasado 2 de febrero, la consigna fue «La vida consagrada con María, esperanza de un mundo sufriente». Entonces se contemplaba a María como modelo de esperanza para todos los consagrados que tratan de ser cercanos a tantas realidades de nuestro mundo marcadas por el dolor; «ahora, María se ofrece como signo para la vida consagrada contemplativa, que está llamada, como ella, a habitar el corazón del cuerpo místico de Cristo, de la Iglesia que, con amor materno, acompaña a sus hijos e hijas en todo momento, pero sobre todo en la desgracia».
En nuestra diócesis, son tres los conventos de clausura todos ellos ubicados en la capital: las Concepcionistas Franciscanas, las Clarisas y Esclavas del Santísimo Sacramento y la Inmaculada.