El prelado celebró la santa misa junto a los voluntarios de Cáritas parroquial en el día de la preparación de los lotes para las familias más necesitadas.
La crisis provocada por el coronavirus está obligando a muchas familias a acudir a diario a Cáritas, hasta el punto que el trabajo que realizan diariamente se ha triplicado, como es el caso de algunas Cáritas parroquiales que en apenas dos meses se han visto desbordadas por las peticiones de ayuda de sus vecinos.
La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en el Parque Figueroa es una de esas parroquias que están a pleno rendimiento como asegura el párroco, Ángel Roldán, quien todos los días recibe a personas que llaman a la puerta de la parroquia pidiendo ayuda. Son muchas las personas que acuden por primera vez a pedir apoyo, incluso dándoles mucha vergüenza, como explica el sacerdote, pero la Iglesia se creó para ayudar al prójimo y así lo está haciendo en estos momentos difíciles dando lo mejor de sí a los demás.
Son muy numerosos los voluntarios con los que cuenta la parroquia para atender a las más de 130 familias que acuden a Cáritas parroquial actualmente, familias con perfiles variados, muchas de ellas sin ningún tipo de recursos y otras sin ingresos al haber perdido su empleo y encontrarse dentro de un ERTE sin cobrar.
A pesar de que los recursos son limitados, la parroquia está intentando dar asistencia a todas las personas que acuden a ella como pudo comprobar el Obispo el pasado miércoles al visitar el templo justo el día en el que el voluntariado se reúne para realizar los lotes de alimentos que serán distribuidos al día siguiente. Monseñor Demetrio Fernández se hizo presente en la parroquia del Figueroa para celebrar la santa misa y mantener un encuentro con estas personas que durante estos meses están dando lo mejor de sí por los demás.