El uno de enero marcó en La Palma el inicio de un “Año Lustral de Bajada de la Virgen de Las Nieves”. Por ello, en dicha jornada fue izada la Insignia de María de las Nieves en el “morro” que lleva su nombre en las inmediaciones del Santuario Insular.
A las doce de ese día, el obispo Bernardo Álvarez presidió en el Real e Insular Santuario una eucaristía. En el mismo se encontraban el presidente del cabildo, el alcalde S/C de La Palma y numerosos fieles. Álvarez reflexionó, conformé a la liturgia del día, sobre María, la paz y el cuidado de la creación. “Todos estamos llamados a engendrar a Cristo en el corazón y a darlo a luz al mundo” a imagen de María- señaló. “Todo el que escucha la Palabra de Dios y la pone práctica, es madre de Dios”. Como María guardar las cosas en el corazón supone que nos importan las personas, lo que ocurre- subrayó.
El prelado invitó, en referencia a la Navidad y a la Bajada de la Virgen, a no olvidar la fuente que está en el origen de lo que se hace. ¡Que María siga siendo el centro de la Bajada de la Virgen! Defendamos su fuente y su sentido religioso- exhortó.
Al finalizar la Misa, tras la veneración de la imagen del niño Jesús, acompañados por el grupo de castañuelas de Breña Alta, la comitiva se dirigió al morro de la Virgen. Allí hizo el rector del Santuario, Antonio Hernández, una reflexión sobre dicho lugar patrimonial aborigen y el comienzo de la evangelización de la isla bonita. Posteriormente oraron todos los presentes con el conocido cántico de las criaturas de S. Francisco de Asís.
El obispo y las primeras autoridades procedieron, a continuación, al izado de la bandera de María de las Nieves, mientras sonaban las campanas del santuario y las salvas de honor desde los cañones situados en el lugar.
La Palma inició, por tanto, un año lustral que la conducirá a la 69 edición de la Bajada de la Virgen de las Nieves, que se desarrollará en julio bajo el lema: María, ternura de Dios.