En numerosas ocasiones el Papa Francisco nos ha invitado a compartir nuestros bienes con los más necesitados. Así por ejemplo nos decía en una audiencia general: “el vínculo con Cristo establece un vínculo entre hermanos que converge y se expresa también en la comunión de bienes materiales”.
También nos decía: “La señal de que tu corazón se ha convertido es cuando la conversión llega a tus bolsillos, cuánto toca tu propio interés: allí es donde ves si uno es generoso con los demás, si uno ayuda a los más débiles, a los más pobres: cuando la conversión llega allí, asegúrate de que es una verdadera conversión”.
Haciendo nuestras las palabras del Santo Padre hemos compartido en nuestra comunidad parroquial de La Guardia, con los más necesitados, con aquellas personas más vulnerables e incluso aquellas personas que son olvidadas en muchos momentos de nuestra vida. Personas que se vuelven invisibles pero que no lo son para el corazón de Dios: mujeres embarazadas que en algún momento de su embarazo habían tomado la determinación de no continuar adelante con la vida de ese pequeño o que por circunstancias de la vida, consideraban que no tenían los medios suficientes para sacar adelante a su bebé. Estas mujeres son a menudo olvidadas ya que la “única” solución que se les ofrece a sus problemas pasa por el aborto.
Gracias a Dios no todas las personas son insensibles a estas mujeres y gracias a la Plataforma de ayuda a la mujer embarazada, en concreto a Red Madre se lleva a cabo una campaña de sensibilización en la sociedad y a la vez ayudan a estas mujeres, no solo materialmente, sino moralmente, socialmente y en muchos casos judicialmente.
Durante toda la semana hemos intentado concienciar a los niños y familias de nuestro pueblo con la catequesis del compartir, haciendo entender que nosotros somos unos privilegiados pero no todo el mundo disfruta de estos privilegios, reflexionando sobre lo que tenemos y los demás no tienen, no solo materialmente sino partiendo desde el amor que recibimos de nuestra familia y que muchas veces no valoramos.
Así nos dice el Señor en Mateo 25, 34-36 “venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Hemos intentado hacer vida estas palabras del Señor y para concluir con nuestra semana del compartir, durante el ofertorio de la Eucaristía, oficiada por nuestro párroco D. Juan Pedro Moya Haro, las tres comunidades de La Guardia, Entrecaminos, Altos del Puente Nuevo y La Guardia pueblo, hemos depositado en la cuna del niño Jesús ropa, pañales, alimentos y demás enseres que un bebe puede necesitar en sus primeros meses de vida.
Ha sido muy emocionante ver a todos nuestros hermanos en Cristo hacer este acto tan humilde pero a la vez tan lleno de amor hacia aquellas mujeres y bebés que no conocemos físicamente pero que sí que compartimos sus penas y alegrías.
Gracias a todas las personas que han hecho posible este acto de generosidad y amor y le rogamos a Dios para que nuestro corazón esté bien dispuesto para cuando Él venga.
Parroquia de la Asunción de Ntra. Sra. de la Guardia
