La sección semanal «Al trasluz» se centra en la figura de un Maestro de Santos, San Juan de Ávila, como antesala a su festividad.
El 10 de mayo celebramos el día de san Juan de Ávila, doctor de la Iglesia, maestro de espiritualidad, apóstol de Andalucía y patrón del clero secular español. Su figura se agiganta con el paso de los siglos, como antorcha de luz y de celo apostólico. He aquí algunos de los más hermosos destellos de su vida.
Juan de Ávila fue un enamorado de la Palabra de Dios. Predicó no sólo en los templos, sino en los hospitales y en las plazas, con entusiasmo. Se nos dice que «su voz hacía temblar las paredes de las iglesias y el fondo de los corazones. No arrancaba aplausos, sino lágrimas».
Juan de Ávila se vincula a la diócesis de Córdoba. En el Alcázar Viejo reuniría a 25 compañeros y discípulos con los que trabajaba en la evangelización de las comarcas vecinas. Organiza las célebres «misiones de Andalucía», y parte de Extremadura y Castilla la Macha.
Juan de Ávila, en todas las ciudades por donde pasaba, procuraba dejar la fundación de algún colegio o centro de formación y estudio: el Colegio de San Pelagio, el Colegio de la Asunción, la Universidad de Baeza…
Juan de Ávila trabaja incansablemente por una verdadera reforma de la Iglesia y del clero. Su testimonio y doctrina dejaron huella imborrable.
Juan de Ávila dejó impresa en sus discípulos la ilusión por la vocación sacerdotal, el amor al sacerdocio y la vida eucarística.
Juan de Ávila fue el gran apóstol de la comunión frecuente. Su virtud principal fue la caridad.
Juan de Ávila vivió una intensa piedad mariana: «Más quisiera estar sin pellejo que sin devoción a Nuestra Señora».
Juan de Ávila no hizo testamento, porque dijo que «no tenía nada que testar».
Juan de Ávila quiso que su cuerpo fuera enterrado en la iglesia de los jesuitas, a los que tanto había querido en vida.
Juan de Ávila nos dejó su equipaje más hermoso: «Amor a las Escrituras, a la Eucaristía, oración, predicación, fundación de obras apostólicas y sociales, dirección de almas, maestro de santos».