Un año más, cuando el mes de noviembre llega, los sentimientos se avivan y se agolpa a las puertas de nuestro corazón el recuerdo de nuestros seres queridos. Por ello, en todos los pueblos de nuestra diócesis, por pequeños que sean, se va a los cementerios para celebrar la Eucaristía. También en Huéscar, en el día de ayer viernes, 1 de noviembre, tenía lugar la celebración de la Eucaristía en el cementerio.
Aunque el tiempo amenazaba lluvia, un gran número de fieles se desplazó hasta el camposanto para asistir a la Eucaristía y tener un recuerdo y una oración por todos los que se encuentran enterrados allí.
La Eucaristía estuvo presidida por el párroco de Santa María, José Antonio Martínez. En la homilía recordó que hoy y aquí, es posible ser diferente y andar por el camino de la Santidad; que dejarse arrastrar por la corriente del todo vale, además de no ser bueno, nos convierte en vulgares y nos hace perder nuestra propia identidad de bautizados. Hizo una invitación a mirar hacia el cielo y ver en el testimonio de millares de personas que llevaron una vida santa, cordial, caritativa y que, tal vez, pasaron sin mucho ruido por el mundo, pero haciendo el bien, dando un testimonio de santidad.
José Antonio Martínez
Párroco de Santa María