Avanzando el Adviento, presentamos esta singular iconografía del Árbol de Jesé, que representa la genealogía de Cristo y que se encuentra en la Parroquia de Bollullos de la Mitación.
Esta pintura es una obra anónima fechable hacia 1600 y representa el Árbol de Jesé, iconografía que siguiendo a Isaías 11, 1-10 y a la genealogía de Jesús de Mateo 1, 1-17, simboliza las generaciones a partir de Jesé, padre del rey David, que culminan con el nacimiento de Cristo de la Virgen María.
Desde muy pronto, ya en el siglo II lo hará San Justino, se aplica esta imagen del Árbol de Jesé a María. La tradición, con los Padres de la Iglesia y los teólogos medievales, identificarán el Árbol de Jesé con la Virgen ya que, en el siglo V, en la Vulgata se traduce el término latino virga, que puede significar vara, como virgen, de ahí que San Jerónimo identifique la vara con la Virgen y la flor con Jesús. En las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X encontramos esta identificación en el título de la Cantiga 20: “Como loa el rey a verga de Jesse que e Santa Maria”. Posteriormente, una de las iconografías que intenten representar la Inmaculada Concepción de la Virgen María será esta del Árbol de Jesé, cuya simplificación dará lugar a la escena de los tallos o los lirios. Igualmente, el Árbol de Jesé puede significar también la Iglesia, descendiente de María y de su Hijo, así como el paraíso, sin olvidar su relación con el árbol de la cruz de Jesús, donde nace el nuevo pueblo que es la Iglesia.
En la obra conservada en Bollullos de la Mitación vemos en primer término a Jesé recostado en el suelo, postura que alude a que la llegada del Mesías sería el sueño cumplido del padre de David, aunque podría hacer referencia también al letargo en el que Dios hace caer a Adán para formar de su costilla a Eva, presentando así a María como la Nueva Eva. Del costado de Jesé sale un tronco del cual nacen numerosas ramas en las que aparecen los distintos personajes bíblicos: en primer lugar su hijo David, al que le siguen Salomón, Roboán, Asaf, Josafat, Jorán, Ozías, Joatán, Acaz, Ezequías, Manasés y Josías. Tanto Ezequías como Josías, que ocupan las ramas más altas, aparecen mirando a la Virgen y al Niño Jesús que coronan la cúspide del árbol, mientras que algunos como David y su hijo Salomón miran directamente al espectador.
Como señala el mariólogo Álvaro Román, la Virgen aparece con los atributos del capítulo 12 del Apocalipsis que la identifican como la Inmaculada: con la luna a sus pies, la corona de doce estrellas y los rayos que la muestran vestida de sol, además de presentar sus vestiduras los colores primitivos de la Inmaculada. En este caso, además, la Virgen y el Niño sostienen el Rosario.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural