El nuevo Delegado de Misiones de la Diócesis de Asidonia – Jerez, D. Antonio Sizuela Naranjo, de la orden de los Padres Blancos, con motivo del Día Mundial de las Misiones ha enviado a la Delegación de Medios de Comunicación Social de su Diócesis, un informe sobre lo que es el Catecumenado en las misiones, que transcribimos a continuación:
“Las primeras comunidades cristianas llamaban a la Eucaristía “fracción del pan” (cf. Hechos 2, 42). Y era el fundamento de una comunidad unida que compartía sus bienes entre los más necesitados, según las necesidades de cada uno.
En las misiones, los cristianos, durante el Catecumenado (= aprendizaje para ser cristiano), se preparan durante varios años a conocer y amar a Jesús y vivir dentro de la comunidad de los hijos de Dios, como hermanos. Una vez aceptados por la comunidad cristiana y admitidos al Bautismo, cada domingo o fiesta cristiana, recorren kilómetros y kilómetros para encontrarse en comunidad con los demás cristianos, y participan en la Eucaristía comunitaria, donde se alimentan con el Cuerpo de Cristo y con la caridad fraterna de la iglesia local. La Eucaristía acabada, se marchan alegres y convencidos de ser los testigos del amor de Dios por la humanidad, que deben hacer conocer en su entorno.
En mi experiencia misionera en el Mali (África Occidental), durante 30 años, he sido testigo de la presencia del Espíritu en esas jóvenes comunidades cristianas, minorías que viven entre la gran mayoría musulmana y gentiles. Estos cristianos se sienten levadura en la masa. Su comportamiento cristiano cuestiona a los no cristianos, por su generosidad y solidaridad entre sus paisanos. Colaboran al bienestar de su pueblo en todo lo que pueden. De esta manera, cuentan con la admiración de los no cristianos, que son atraídos por la comunidad cristiana, y algunos se convierten al cristianismo.
Puedo decir que ellos me han “ampliado” la comprensión del Evangelio y su práctica en mi vida.
Me explico: las palabras acoger y compartir, virtudes evangélicas, vividas por un africano cristiano, superan en mucho a la manera de practicarlas aquí por los cristianos europeos. En el Mali, puedes ir de visita a una casa de alguien a cualquier hora del día o de la noche, y siempre te acogerán bien; y si vienes de lejos, te darán agua para beber y una de las señoras de la casa te calentará agua para que te laves, y después te prepararán algo de comer, sin pedirte nada a cambio. Esto me ha interpelado siempre.
Una gran pena que tiene la Iglesia, y que tenemos todos los misioneros es que, aún hoy, en nuestro siglo XXI, hay más de 5.000 millones de personas de nuestro mundo que no conocen a Jesucristo, que no saben que son hijos de Dios, y que Dios tiene un proyecto de felicidad y de amor para ellos. Están privados de la Eucaristía, alimento para sus vidas y viático para el caminar de cada día.
Los misioneros, envejeciendo y siendo menos, nos encargamos de hacer llegar este proyecto de Dios, la Buena Noticia de la Salvación, a todos en todos los lugares del mundo. Tratamos de ser “pan partido para el mundo”. Y eso lo podemos con vuestra ayuda, tanto material como espiritual, muy necesarias.
El DOMUND es una ocasión de ayudar a la Iglesia Universal a realizar el proyecto de Dios para sus hijos. Sabed que vuestra ayuda llega a los misioneros/as, catequistas, clero nativo, escuelas, internados, dispensarios, hospitales, comunidades pobres… En resumen, TU PAN COMPÁRTELO con los más necesitados del mundo. Sed pues generosos y solidarios en esta jornada del DOMUND. Y vosotros, jóvenes, no tengáis miedo a responder a la llamada del Señor a trabajar en las misiones. Gracias”.