La exposición, que estará abierta hasta el 5 de enero del año próximo, recorre a través de más de medio centenar de documentos fechados entre el siglo XV y el siglo XX, una panorámica que aborda las fiestas religiosas hispanoamericanas y el entorno en el que se celebraban.
La Archidiócesis de Sevilla, el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla y la Fundación Caja Rural del Sur han suscrito un convenio de colaboración por el que Caja Rural se convierte en colaborador del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebrará en Sevilla del 4 al 8 de diciembre de 2024.
La firma del convenio celebrada en el Palacio Arzobispal la mañana de este lunes 28 de octubre ha contado con la participación del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, el presidente de la Fundación Social y Cultural de la Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez y el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez.
En estos días previos a la solemnidad de Todos los Santos y el día de los Difuntos, el Obispo de Jaén, Monseñor Sebastián Chico Martínez, bendecía el columbario del Convento de Santa María Magdalena, un proyecto que ha sido llevado a cabo por la Comunidad de Agustinas Recoletas en los últimos años.
En los últimos años son muchas las personas que muestran su deseo de, tras su fallecimiento, ser incineradas y que sus cenizas reposen en un columbario, bien del un camposanto o de, como es este caso, ubicado en un convento, un santuario o una parroquia, como algunos de los que ya existen en la Diócesis.
Monseñor Chico Martínez recorrió las instalaciones de este nuevo columbario que se pone a disposición de los baezanos y que cuenta con unas cuidadas instalaciones.
Durante su intervención, el obispo de la Diócesis de Jaén ha destacado que esta iniciativa no solo facilitará el recuerdo de los difuntos, sino que también contribuirá al mantenimiento de la comunidad agustina, que ha preparado este columbario con esmero y atención a los detalles, haciendo que este momento sea más llevadero para los familiares.
En este sentido, Don Sebastián indicó: “En la fe cristiana, la muerte no es el final, sino el camino hacia la vida eterna en Cristo. Al bendecir este columbario, reafirmamos nuestra convicción de que los cuerpos que aquí reposarán esperan la resurrección gloriosa y la promesa de vida eterna en la casa del Padre”. A la vez que subrayó: “Este columbario es un lugar de paz, donde los restos mortales descansarán mientras sus almas ya han sido acogidas por el amor de Dios. Jesús mismo, en el pasaje del Evangelio, nos invita a no temer, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Aquí, en este lugar sagrado, recordamos que nuestro destino final es estar con Él, en el banquete celestial”.
Para finalizar, el Prelado jiennense mostró la certeza de que los difuntos gozan de la misericordia de Dios, que es amor, y a la vez pidió que este lugar “sea un espacio de oración y paz, donde recordemos la promesa de vida eterna y renovemos nuestra fe en la resurrección. Que la Virgen María, nuestra Madre, interceda por nosotros y por todos los que aquí descansen, para que un día podamos reunirnos con ellos en la casa del Padre”.
Además, el acto ha incluido la bendición de la sede de la Asociación Amigos de Sor Mónica. Esta asociación, muy activa en la ciudad, organiza actividades mensuales con el objetivo de divulgar la vida y obra de Sor Mónica.
La inauguración del columbario ha contado con presencia de representantes del consistorio baezano, algunos sacerdotes y muchos ciudadanos de Baeza que quisieron acompañar al Obispo y a las Hermanas Agustinas y mostrar su testimonio del compromiso con la comunidad y apoyar este gran proyecto que ve la luz.
Más de 2.000 jóvenes de las diócesis del sur de España se dieron cita en Caravaca de la Cruz en un encuentro que incluyó un festival de música y oración.
«Querido joven, no apartes la mirada de quien te mira, él está aquí; hoy Jesús te dice: tú eres la Iglesia, la Iglesia cuenta contigo». Estas palabras resonaban en la vigilia que se celebró el sábado por la noche en el Encuentro de Jóvenes del Sur, en la que una multitud de jóvenes permanecía de rodillas ante el Santísimo en uno de los momentos del festival Camino a la Cruz, camino de esperanza.
Se trata de un encuentro que reunió a más de 2.000 participantes de las diócesis del sur de España, que se desplazaron desde Andalucía, Alicante y también desde distintos puntos de la Región de Murcia para vivir un encuentro con Dios y con otros jóvenes en Caravaca, en el marco del Año Jubilar de la Vera Cruz.
Los jóvenes peregrinaron el sábado desde Cehegín hasta el Santuario de la Vera Cruz, donde participaron en la Misa del Peregrino. La celebración estuvo presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca, acompañado por el obispo de Jaén, Mons. Sebastián Chico; el de Guadix, Francisco Jesús Orozco; y el de Almería, Mons. Antonio Gómez; y en ella los peregrinos pudieron encontrarse con la Vera Cruz y ganar el jubileo.
Por la tarde se desarrollaron las catequesis previstas en distintas ubicaciones de Caravaca, para que los jóvenes escogieran entre tres propuestas: una sobre el noviazgo y la vocación al matrimonio, a cargo del obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla; otra en torno a la vida consagrada, que impartió la fundadora de la comunidad religiosa de Iesu Communio, sor Verónica Berzosa; y una tercera sobre la realidad de los cristianos perseguidos, ofrecida por el responsable en Levante de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España, Sergio Rivas, junto a Naim Shoshandy, sacerdote en Irak.
Terminadas las catequesis, los jóvenes acudieron al recinto donde se celebraría el festival Camino a la Cruz, camino de esperanza, turnándose para portar la cruz y la imagen de la Virgen de Fátima que presidirían el escenario. Allí, una vez congregados los participantes, el creador de contenido Nachter presentó el festival y también a su primera invitada: la artista católica Jaqui Lin, que cantó sus temas más conocidos. Por el escenario pasaron el coro Jóvenes del Mundo de la parroquia caravaqueña de San Francisco de Asís; las Hermanas Pobres; los influencers el Marido de la Rubia y Jeannine, y Hakuna Group Music. En ese mismo recinto fue donde se celebró una vigilia de oración, en la que los jóvenes allí presentes tuvieron un rato de adoración ante el Santísimo.
Al día siguiente, el encuentro se clausuró con la Eucaristía de envío, celebrada en la Parroquia El Salvador.
Un encuentro para «compartir con jóvenes de muchos lugares y realidades»
Entre los peregrinos de este encuentro estaban Antonio, Macarena y Andrea, de Sevilla, que acudieron junto al grupo de la pastoral juvenil de su diócesis para «volver a encontrarse con Jesús». Una experiencia de la que valoraban especialmente el poder compartir con otros jóvenes: «Lo que más me ha ayudado es ver que somos muchos los que compartimos los mismos valores; hay que seguir luchando para que más jóvenes conozcan a Cristo», comparte Andrea.
También participó en el encuentro Inma, de Cádiz. «Cuando surgió la oportunidad de venir a Caravaca para este jubileo tuve muchas ganas de vivirlo con mis amigas, de conocer gente nueva y de reencontrarme con el Señor en otra peregrinación», una experiencia en la que se ha sentido «muy llena y acompañada».
Adriana, Manuel y Daniela también acudieron al encuentro, en su caso junto a su parroquia de Jerez. «Es una experiencia que se vive cada siete años, es algo de mucho valor», destacan, asegurando que no dudarían en repetir como peregrinos.
Otra de las jóvenes es Ana, que llegó con el grupo de 70 personas que se desplazaron a Caravaca desde Jaén «con muchas ganas de disfrutar». Llevaba un tiempo sin poder vivir un encuentro de este tipo y le ha impactado «el poder ver a tanta gente reunida en un ambiente de fe», especialmente en la Misa del Peregrino.
Y, por supuesto, también había entre los participantes jóvenes de la Diócesis de Cartagena, como Pablo, de Lorca, que se apuntó junto a su novia para, además de peregrinar, asistir en la catequesis sobre el noviazgo; o como las yeclanas Inés, Martina y Rocío, que participaron con un grupo de su parroquia y pudieron reencontrarse con otros jóvenes que tuvieron la oportunidad de conocer en el Encuentro Diocesano de Coros Parroquiales, celebrado recientemente. Otro participante fue Alejandro, que se apuntó con algunos amigos de Murcia después de ver el cartel del encuentro. «Hemos hecho la peregrinación y la verdad es que ha sido una experiencia muy bonita, ha sido un momento de compartir con jóvenes de muchos lugares y realidades».
El pasado domingo 27 de octubre, en nuestra querida comunidad parroquial de San Bartolomé de Jaén, pastoreada por D. Domingo Pérez, hemos vivido un encuentro profundo con el amor y la misión en la eucaristía de envío de catequistas. Fue una celebración llena de sentido y compromiso, marcada por la coincidencia significativa de la Jornada de las Personas sin Hogar. Nuestro párroco, con palabras llenas de amor y firmeza, nos recordó que el envío de los catequistas no es solo un acto de compromiso pastoral, sino un llamado urgente y necesario a ser manos y voz de Dios para aquellos que más lo necesitan, los que, como Jesús, no tienen donde reclinar su cabeza. Entendimos que la misión de ser catequistas no es solo enseñar sobre el amor de Dios, sino vivirlo. Que, en el rostro de cada persona sin hogar, está Cristo esperándonos, desafiándonos a amar hasta el extremo.
La comunidad y, sobre todo, nosotras estábamos atentas al el eco de las palabras del evangelio según San Marcos: el relato del ciego Bartimeo, quien, al escuchar que Jesús pasaba, clamó con todo su ser: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!” En Bartimeo, reconocemos el grito de tantos que, como él, se encuentran al margen, en la oscuridad de la indiferencia y el olvido, clamando por compasión y un lugar en nuestra sociedad. Al ver a Jesús detenerse, escuchar su súplica y devolverle la vista, sentimos la invitación de Dios a hacer lo mismo: a detenernos ante el dolor del otro y ser instrumentos de su misericordia. No podemos vivir un cristianismo cómodo si nuestros hermanos imploran nuestra ayuda.
A continuación, las catequistas nos acercamos al altar. Cada una oró a Dios y recibió la bendición para salir y enseñar, no solo con palabras, sino con gestos concretos de amor y servicio. Esos mismos gestos que pedimos a Dios que nos inspire para llegar a cada niño y cada joven de nuestra parroquia. La misión de un catequista no termina en las salas de San Bartolomé; es ser reflejo de Cristo allá donde más se le necesita, en cada calle y en cada esquina.
Al finalizar la Eucaristía, nos fuimos con la certeza de que, como comunidad, estamos llamados a ser un hogar, un refugio de esperanza y de fe. Que Dios nos conceda ser dignos de esta misión, que nuestra vida y nuestro servicio a los más pequeños sean para su gloria.
Al volver a nuestros hogares, llevamos en el corazón una pregunta que nos seguirá resonando: ¿A quién puedo acercarme para hacerle sentir el amor de Dios? Que esta pregunta nos acompañe, nos transforme y nos impulse a vivir cada día como verdaderos discípulos de Cristo, catequistas de nuestra comunidad.
Catequistas de la comunidad parroquial de San Bartolomé (Jaén)
¡ASÍ ES! Los jóvenes de nuestra Diócesis de Jaén pudimos contemplar, en este fin de semana del 26 y 27 de octubre, que la iglesia cuenta con nosotros, que la juventud somos el futuro de nuestra Iglesia, pero que también somos ya el presente de la misma y que, poniendo nuestra al servicio de ella, continuamos contagiando a los demás nuestra fuerza y nuestras ganas de seguir al Rey de reyes y Señor de señores.
Los jóvenes de las Diócesis del sur de España, hemos compartido un fin de semana lleno de oración, diversión e intimidad con el Señor, siendo el lugar escogido Caravaca de la Cruz que vive su Año Jubilar en torno a la Vera Cruz de Cristo.
El sábado por la mañana, los jóvenes partimos desde Cehegín, pueblo natal de nuestro obispo Don Sebastián, para peregrinar en una marcha hasta la basílica santuario de la Vera Cruz, donde participamos a su llegada en la Misa del Peregrino presidida por el obispo del lugar, Don José Manuel Lorca, una Eucaristía multitudinaria celebrada en la explanada del mismo santuario donde, reunidos como Iglesia en familia, ganamos el jubileo.
Tras el tiempo para comer, los inscritos pudimos asistir a las distintas conferencias que se daban a elegir en los distintos templos de la ciudad. Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, sobre el noviazgo y la vocación al matrimonio; sor Verónica Berzosa, fundadora de la comunidad religiosa Iesu Communio, sobre su testimonio vocacional; y José María Gallardo, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España, que nos ofreció una reflexión sobre los cristianos perseguidos en el mundo.
Al caer la tarde, los participantes nos trasladamos al recinto habilitado para la celebración del festival “Camino de la Cruz, camino de esperanza” que estuvo presentado por el creador de contenido Nachter y en el que actuaron las Hermanas Pobres, el coro de la Parroquia San Francisco de Asís de Caravaca, el testimonio del conocido en redes sociales como “El marido de la rubia” y su esposa, la diseñadora de joyas Jeannine y Hakuna Murcia.
Pero el momento central estuvo presidido por el mayor influencer de todos los tiempos, Jesús de Nazareth, donde con un tiempo para la oración, el Santísimo apareció sobre el escenario para poder poner nuestras vidas, inquietudes y vocación frente a él, un momento de reflexión dirigido por el obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco.
Ya el domingo por la mañana los peregrinos fuimos enviados a la misión en una Eucaristía presidida por nuestro obispo Don Sebastián Chico, quién invitó a todos los jóvenes a ponernos frente al Señor y decirle, como el ciego Bartimeo: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí”.
En su homilía, el Prelado jiennense afirmó, “Ese grito, queridos jóvenes, es el grito de la esperanza. Es el clamor de alguien que, en medio de su ceguera, sabe que hay algo más, que hay una luz que puede cambiarlo todo.
Nosotros también, como Bartimeo, podemos sentirnos a veces en la oscuridad: llenos de dudas, de miedos, de incertidumbres sobre nuestro futuro. Pero en medio de esa oscuridad, la esperanza es la que nos impulsa a gritar al Señor, a pedirle que nos mire, que se detenga en nuestro camino”.
En este sentido, el Obispo de Jaén animó a los jóvenes del Sur de España a poner a Cristo en medio de sus vidas, para así tener una vida plena, tal y como Dios la pensó para cada uno: “Jóvenes, Jesús también se detiene en vuestro camino y os llama a cada uno de vosotros. Os llama a levantaros, a salir de vuestra ceguera, de vuestras comodidades, y a seguirle con valentía. Este encuentro en Caravaca ha sido una llamada para cada uno de nosotros, una invitación a dejar atrás las sombras que a veces nos paralizan y a caminar hacia la luz de Cristo, hacia una vida llena de sentido y de propósito”. Además, Don Sebastián les pidió que estos días de encuentro y vivencias diera fruto personal que compartir en su círculo más cercano: “Queridos jóvenes, nuestra peregrinación no termina aquí ¡La Iglesia cuenta contigo! Al regresar a vuestras casas, a vuestras parroquias, a vuestras diócesis, estáis llamados a llevar con vosotros la esperanza que habéis recibido, al contemplar la Cruz de Cristo. Ser testigos de esperanza significa vivir con la convicción de que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, que nuestra vida tiene un sentido y que, con Cristo, podemos transformar el mundo que nos rodea”.
Aunque la mayor sorpresa, para los que íbamos desde Jaén, fue cuando nuestro obispo durante esa eucaristía formalizó su petición ante los delegados de juventud y los obispos del sur para que el Santuario de Ntra. Señora de la Cabeza sea la próxima sede para el II encuentro de jóvenes del sur en el año 2026.
Han sido dos días en los que hemos tenido momentos de encuentro y oración, de compartir, ponencias muy interesantes, y también música, pero sobre todo de descubrir lo bonita que es nuestra Iglesia en cada rostro joven y en cada carisma.
Hace bastantes años leí el libro de Hawthorne, ‘Musgos de una vieja casa parroquial’ (1846) y quedé fascinado. El autor te sumerge, con una densa prosa, ungida de tintes poéticos, tanto por los senderos de la espiritualidad como de la superstición, de los dilemas morales y de la culpa, de la crítica social y del puritanismo. El mismo Allan Poe reconoció su magistral obra literaria (lo dicen los críticos, no yo).
Esta mañana he estado en una vieja casa parroquial que ha dejado atrás sus humedades y una decoración decadente y sin alma. Ha sido reformada y decorada para acoger a madres, con hijos pequeños a su cargo, para ayudarlas a salir de esta exclusión en la que se encuentran. Una madre y sus dos niñas vienen de un asentamiento. La casa se ha transformado del abandono y de la triste y mohosa oscuridad a la luminosidad de un espacio abierto y claro donde poder vivir con dignidad. No hay color.
La casa se llama ‘Hogar Marta y María’. Hermoso nombre para un lugar de acogida de mujeres. En medio del que acoge siempre está Jesús. Y una casa deshabitada y abandonada en el tiempo ha pasado a ser icono de las personas que la van a habitar. De la oscuridad a la luz.
Un numeroso grupo de personas implicadas estaban a la puerta cuando llegué. Su sonrisa delataba que era un día especial para todos: Cáritas con sus responsables, trabajadores y voluntarios, distintas instituciones, sacerdotes, vida consagrada, tan inmersa en la vida de los barrios, personas de parroquias… han hecho posible un sueño que rompe la desidia y nos saca de la decadencia.
Cuando estábamos celebrándolo con un ágape fraterno, al ver las botellas de vino, los vasos, las bandejas… no pude por menos de pensar en la Cena Pascual y en sus cuatro copas de vino, que representan las promesas de Dios en el Éxodo 6,6-7: os sacaré de la opresión, os libraré de la esclavitud, os rescataré con gran poder, os tomaré como mi pueblo. Las cuatro acciones necesarias para cualquier proyecto que se precie.
Jesús, en la Última Cena, cuando se abre la puerta para acoger al que, por cualquier causa, ha quedado excluido, toma la cuarta copa, la de la esperanza mesiánica, de la que no bebe, ‘hasta el día que beba con vosotros un vino nuevo en el Reino de mi Padre’ (Mt 26,29). Sigamos abriendo las ventanas. Ánimo y adelante.
La Hermandad del Padre Rubio de Dalías ha llevado a cabo su peregrinación anual al sepulcro del santo daliense en Madrid. La expedición, compuesta por más de cincuenta devotos, fue encabezada por el párroco D. Raúl del Águila.
El recorrido incluyó visitas a lugares significativos como Chinchón y Toledo, donde los peregrinos asistieron a una Eucaristía en la Catedral Primada. El acto principal de la peregrinación se celebró el domingo, con una Eucaristía en la iglesia de los Jesuitas de Madrid. Al concluir la misa, los asistentes se trasladaron al claustro donde descansa el Padre Rubio. Allí rezaron el Santo Rosario, realizaron una emotiva ofrenda floral y entonaron el himno dedicado al santo, en un ambiente de profunda devoción y recogimiento.
La jornada concluyó con una comida de hermandad que mantiene vivo el legado de este ilustre hijo de su tierra.
El pasado 8 de Octubre, se hacía pública la designación episcopal de Xavier Gómez, padre dominico y director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal. Estaba prevista su participación en la jornada organizada por la comisión diocesana para el Jubileo 2025 el próximo 9 de Noviembre en la casa de espiritualidad Reina y Señora de Aguadulce. Ante la imposibilidad de asumir este compromiso, tomará el relevo su sucesor en el cargo Fernando Redondo, sacerdote de la diócesis de Getafe, delegado diocesano de Migraciones.
La jornada girará en torno al siguiente programa:
09:30 h Acogida
10:00 h Oración inicial y presentación de la Jornada presidida por Nuestro Obispo D. Antonio.
10:30 h Ponencia a cargo del Presidente secretariado Migraciones Conferencia Episcopal, Fernando Redondo.
11:30 h Descanso-café
12:00 h Exposición de las distintas entidades participantes en la jornada.
14:00 h Comida
15:30 h Trabajó por grupos
16:15 h Puesta en común
17:00 h Testimonio a cargo de Jaime Barón protagonista de la película documental “Vivo, ¿Quién anda ahí? y oración de conclusión de la jornada.
Las inscripción en la jornada está abierta a todos los interesados y puede hacerse en el siguiente enlace https://forms.gle/TZD1UoDa85JkJ8cp8
Con la llegada del último domingo del mes de octubre, ha terminado en Oria la ancestral tradición del Rosario de la Aurora, una antigua costumbre que congrega a los vecinos de este pueblo del norte de la provincia en el alba de todos los domingos de octubre. . Siguiendo la tradición, el último Rosario llegó a la Ermita del patrón, San Gregorio, a quien se rezó, se cantó su himno y se imploró la protección del pueblo. Salvo este último domingo, la climatología ha acompañado este año al Rosario, que no ha dejado de celebrarse un solo domingo, y como es habitual ha discurrido por los itinerarios de costumbre, incluido el cementerio.
Antes de que lleguen las primeras claras del día, las campanas convocan a feligreses y vecinos que acuden a la Basílica de Nuestra Señora de las Mercedes, de donde parte la comitiva con la imagen de la Virgen de Fátima que alumbrada con la luz de las velas recorre las calles de la localidad en diferentes trayectos.
Las Ave Marías y las letanías se suceden entre los misterios que desgrana el párroco, padre Theodore Lejeune, quien dirige el rezo y canto de este madrugador Rosario que a pocos deja indiferentes y que forma parte del gran acervo religioso de Oria conservado durante siglos. Cada misterio se intercala con coplillas, algunas de ancestrales orígenes: “El demonio a la oreja te está diciendo/ no vayas al rosario sigue durmiendo/ viva María, viva el rosario/ viva santo Domingo que lo ha fundado”. Cantan al amanecer las mujeres y hombres que conforman la comitiva del Rosario de la Aurora que, como todos los octubres, despierta al día las calles de Oria en una sucesión interminable de heredados hábitos cristiano. Estas coplas, que tienen mucho que ver con las auroras murcianas y levantinas, antes siempre se acompañaban con música de cuerda y de percusión y sobre todo con una campanilla de bronce.
Estas piadosas manifestaciones se remontan a tiempos inmemoriales de este municipio del Almanzora, en donde los vecinos no han querido privar sus vidas de usos y tradiciones, asumidos con un compromiso cristiano de transmisión generacional más allá de los años.