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Homilía en la Eucaristía de institución de nuevos acólitos

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Homilía en la Eucaristía de D. José María Gil Tamayo, en la S.A.I Catedral, el 10 de noviembre de 2024, en la que se instituyeron cuatro nuevos acólitos procedentes del Seminario Diocesano San Cecilio y del misionero Redemptoris Mater. Ese mismo día se celebraba en la Iglesia en España el Día de la Iglesia Diocesana, con el lema “¿Y si lo que buscas está en tu interior?”.

Queridos rectores y formadores del Seminario Diocesano San Cecilio, del Seminario Diocesano Redemptoris Mater de nuestra diócesis de Granada:

Quiero, ante todo, empezar dándoos las gracias por vuestro servicio, vuestra tarea. La vuestra y la de los que os han antecedido en la formación de estos candidatos al sacerdocio que hoy recibirán el Ministerio de Acólito.

Queridas familias, como les decía a los padres y familiares de Lenon, vosotros y vuestras comunidades, como la viuda del Evangelio, no sólo habéis dado una limosna, no sólo habéis dado algo, habéis dado a alguien: lo más grande que teníais, que son vuestros hijos. Gracias, en el nombre del Señor.

Queridos Lenon, Iván, Juan Pablo, Javier, hoy es un día de alegría para la Iglesia de Granada. Y lo es para vuestras familias y para vosotros, para vuestras parroquias, para vuestras comunidades.

Queridos hermanos y hermanas de las Comunidades Neocatecumenales, de nuestras parroquias, del movimiento que nos presenta a Lenon, sed hoy gratificados en el nombre del Señor:

Son varias las celebraciones que concurren en esta Celebración con mayúscula, de la Eucaristía Dominical. Y lo hacemos también en un ambiente todavía sobrecogidos por la desgracia de la DANAS, en Valencia, en Albacete; por el sufrimiento acarreado a tantas y tantas personas. Muchas de ellas han perdido la vida. El dolor y la herida abierta en sus familiares, muchas veces incomprensible absolutamente. “¿Por qué nos ha tocado a nosotros?”. Y al mismo tiempo, esa devastación material produce esa herida en el corazón. Vamos a pedir por ellos. Vamos a tenerlos muy presente. Al mismo tiempo, confortados por ese movimiento de solidaridad, de cariño, de tantas y tantas gentes en que esa semilla de Dios les abre a vivir lo más esencial, que es la fraternidad, que es la caridad. Y que han salido ayuda de todas partes de España, especialmente los jóvenes, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, nuestras Fuerzas Armadas, tantos y tantos servidores públicos, bomberos, tanta y tanta gente y tanta gente de Iglesia. Es un motivo para dar gracias al Señor. Y al mismo tiempo que pedimos, que haya concordia y que haya coordinación y cooperación entre los políticos y quienes nos gobiernan en beneficio del bien común de los ciudadanos.

Seamos generosos. Como sabéis, la Iglesia en España ha establecido una colecta especial el domingo, día 24 de noviembre, para los damnificados por la DANA. Que seamos generosos, porque necesitan mucho.

Y hoy también concurre en nuestra celebración el día de la Iglesia Diocesana, de nuestra Iglesia de Granada. Tenéis un folleto que, si no lo habéis cogido, si no lo habéis tomado, os pido que lo leáis, porque da noticia de la realidad de nuestra Iglesia de manera concreta. Creemos en la Iglesia, vamos a confesar, que es “una, santa, católica y apostólica”. Es la Iglesia universal de Cristo, extendida por toda la tierra que preside en la caridad el Obispo de Roma, el Papa Francisco. Pero esa Iglesia está presente, porque Dios lo ha querido así, por institución divina, en las Iglesias particulares. En las Iglesias locales, que llevan el nombre de los sitios. Y la nuestra de Granada desde los tiempos apostólicos, desde San Cecilio.

Esta Iglesia que tiene tras de sí una historia larga, una historia con momentos de sufrimiento y de martirio, con sufrimiento en tantos santos de la puerta de al lado. Pero, al mismo tiempo, esos santos insignes para la Iglesia Católica, desde san Juan de Dios, desde antes san Gregorio Bético. También aquí hemos tenido san Juan de la Cruz. Aquí hemos tenido san Juan de Ávila. Aquí hemos tenido tantos y tantos santos que nos han dado testimonio de Jesús, que han predicado el Evangelio. Y también, santos contemporáneos, como Conchita, como la madre Riquelme, como la hermana Estela, declarada ya Venerable. Los santos no son cosa del pasado, están vivos en la Iglesia. Pero hay tanta realidad, tanto servicio, tantas personas atendidas, tantas personas evangelizadas que nos acostumbramos y parece que eso es normal. Pero mantiene la fe apostólica en esta Iglesia y en sus gentes.

Tanto y tanto que se ayuda a personas desfavorecidas en las obras sociales, en las obras educativas. Tantos y tantos que celebran al Señor en la liturgia. Tantas realidades nuevas de movimientos presentes con la frescura del Evangelio y de la renovación de la Iglesia.

No seamos pesimistas, queridos hermanos. No estamos administrando la decadencia de una Iglesia, aunque parezca que el Señor ha desaparecido del horizonte y parece que hay un secularismo que nos invade. Que es verdad. Pero hay tanto bien, hay tanta gente buena, hay tanta gente que hace presente a Jesucristo en sus vidas. En nuestra Iglesia de Granada. Hoy es un día para pedir por la Iglesia en Granada.

No sólo con la limosna, que sí os digo que va a estar dedicada íntegramente a lo sacerdotal. A renovar el lugar donde los sacerdotes mayores pueden pasar los últimos momentos, los últimos años de su vida. Sed generosos.

Pero lo que os pido, sobre todo y lo voy a coincidir con esta celebración en que cuatro hermanos nuestros venidos de América… Yo siento hoy, queridos familiares de Iván y Lenon, que os hayamos dado el madrugón esta mañana por el cambio horario entre Brasil y Argentina, pero merece la pena. Y son también dos hijos de Granada, Juan Pablo y Javier. Es expresión de la universalidad de la Iglesia, que es un cuerpo. Y nosotros también le traemos lo que tenemos al Señor. No nos faltará el aceite, no nos faltará la harina, como nos dice el Primer Libro de los Reyes. Esa pobre viuda que el profeta le pide de comer y su generosidad es premiada por Dios. Y vemos también la viuda del Evangelio, esa viuda que se acerca y antes Jesús nos ha advertido.

Queridos Lenon, Iván, Juan, Juan Pablo y Javier, este no es un camino de sobresalir, de relumbrón, de carrera, de honores. Este es un camino de servicio. Y el Señor nos advierte permanentemente de esto. No estamos para que nos aplaudan, estamos para servir. Y este servicio tiene estos momentos en ese caminar vuestro hacia el sacerdocio ministerial. Y hoy es una estación que os aproxima ya con más proximidad, para participar de ese sacerdocio de Cristo del que participamos todos y que nos lo ha descrito la segunda Lectura de la Carta a los hebreos: “Jesucristo es el único Sumo y Eterno Sacerdote”. De Él participamos por nuestra condición de bautismo, en el sacerdocio real. Para ofrecer sacrificios espirituales, para hacer de nuestra vida una ofrenda a Dios, porque estamos tomados, poseídos por Cristo, revestidos de Cristo. Y esa es nuestra grandeza y nuestra dignidad, como decía san Agustín. Pero Dios, como dice el prefacio de la ordenación, ha querido escoger entre los hombres de su pueblo, aquellos que participen de la capitalidad de Cristo para guiar a la Iglesia.

Y esa es vuestra vocación. Ya reconocida por la Iglesia, sellada en el Ministerio del Lector y hoy en el Ministerio del Acólito, que os aproxima al altar, porque el sacerdote, como nos dice la Carta a los hebreos también, está tomado de entre los hombres para servirnos en las cosas que a Dios refiere. Y vuestro culto, ahora, como acólitos, vinculados estrechamente al altar, a la Eucaristía, están para hacer la Eucaristía sirviendo y ayudando a los sacerdotes, ayudando a los diáconos en el servicio de la Eucaristía, al pueblo de Dios, repartiendo el Cuerpo de Cristo, especialmente a los enfermos. Y se unirá Eucaristía, que es donde se nos muestra el amor supremo de Cristo, porque nos amó hasta el extremo. Y es donde se renueva ese sacrificio único que nos ha hablado la Carta a los hebreos, que Cristo ofreció de una vez para siempre en el ara de la cruz y que se renueva de manera incruenta cada vez que se celebra la Eucaristía.

Vosotros vais a ser repartidores, servidores del Cuerpo de Cristo. Pero, al mismo tiempo, queridos hermanos, estáis llamados a que el servicio se marque en vuestras vidas. Ser sacerdote es una expropiación. Ya no nos pertenecemos, somos de Cristo. Eso que nos dice San Pablo: “Todo es vuestro, vosotros de Cristo, Cristo de Dios”. En el sacerdote ya no tiene primera persona, ya es Cristo, que un día impersonaréis a Cristo al celebrar la Eucaristía, al perdonar los pecados. Seréis otros cristos.

Y eso, queridos amigos, exige una responsabilidad grande por vuestra parte, sabiendo que somos poca cosa, que sólo tenemos los cinco panes y los dos peces, que sólo tenemos ese panecillo que le lleva a la viuda al profeta, que sólo tenemos las dos monedillas de la viuda del Evangelio. Pero el Señor sabrá multiplicarlo si no nos ponemos las medallas, si no nos atribuimos a nosotros su fuerza. Es el Señor el que pone el incremento.

Así, queridos amigos, tomar esto en cuenta: no vais a hacer carrera, no vais a tener grandes premios o grandes aplausos. Vais a pasar a un segundo plano. Vais a ser como la alfombra, para que vuestros hermanos pisen blando. Y es eso a lo que estamos llamados. Y es esa nuestra vida. Pero eso exige una fibra cristiana. Eso exige una vida de identificación con Jesucristo. Eso exige lo que San Pablo en la carta a los Filipenses nos dice: “Tener los sentimientos propios de una vida en Cristo”. Y a continuación, nos pone el himno cristológico de Filipenses II, la kénosis, el abajamiento de Cristo. “Yo estoy en la mesa como el que sirve”, dice el Señor. “No he venido a ser servido, sino a servir y a dar mi vida en rescate por muchos”. Os aproximáis. Que este tiempo de estudio y de servicio sea también de maduración para vosotros, porque se aproxima.

Queridos hermanos, familiares, amigos, comunidades de Shalom, Comunidades Neocatecumenales, rezad por estos hermanos nuestros. No es fácil ser sacerdote hoy. Acompañadlos, no me dejéis solo a los curas, cuidarlos en este ambiente de sospecha; que hay unos jóvenes que son valientes. No seáis espectadores de una decisión valiente. Sed imitadores y, sobre todo, los más pequeños, rezad a Jesús para que haya curas, para que haya sacerdotes. Y si alguno, el Señor le llama, que no se haga el sordo, como cuando mamá o papá os mandan las cosas (“luego, ya lo haré”). Con el Señor, no. Y el Señor nos habla al corazón.

Queridos fieles, en este día de la Iglesia diocesana, sí, os voy a pedir dinero para la Casa Sacerdotal, para el Hogar sacerdotal. Pero, sobre todo, os voy a pedir que recéis por las vocaciones sacerdotales. Nuestra diócesis está necesitada de sacerdotes. Gracias que algunos vienen de fuera. Este año han venido dos, de los que han expulsados de Nicaragua, por la dictadura de Ortega y su mujer. Han venido también algunos sacerdotes de Colombia. Vendrá otro. Y de África. Están nuestros hermanos del Congo en el Seminario, formándose. Y después, se quedarán cuatro años. Pero, vamos a hacer producción propia, ¿no? Vamos a trabajar el asunto. Vamos a ser generosos, porque el Señor pone de su parte todo. Pero, al menos hay que traer los cinco panes, las dos monedas y la torta de aceite.

Eso es lo que Le vamos a pedir al Señor hoy. Así que vamos a rezar por vosotros. Os entregaré la patena con el pan, para ser consagrado. Identificaros con la Eucaristía, vivir la piedra eucarística en este tiempo, especialmente. Servid a los pobres, sed generosos y sed agradecidos.

Queridos hermanos, pidámosle a la Virgen, Nuestra Señora, que Ella nos ayude. Que Ella nos proteja. Que Ella, Nuestra Señora de Luján, Nuestra Señora de Aparecida, la Virgen de las Angustias, son los nombres con los que el pueblo cristiano invoca desde sus mayores esa fe que nuestra en Iglesia es apostólica, y a mucha honra. Pero no podemos vivir sólo del pasado, queridos granadinos, hay que mirar al futuro.

Gracias, gracias, muito obrigado. Que todos vivamos esta ceremonia con un verdadero sentido de fe y ahora pidamos especialmente por estos jóvenes.

+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada

10 de noviembre de 2024
S.A.I Catedral de Granada

Los delegados de Familia y Vida de la diócesis de Guadix participaron en las jornadas nacionales de pastoral familiar

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Los delegados de Familia y Vida de la diócesis de Guadix participaron en las jornadas nacionales de pastoral familiar

Los delegados de Pastoral de Familia y Vida de la diócesis de Guadix han participado en la XLII Jornada de delegados diocesanos de Pastoral de Familia y Vida, que se celebra anualmente en Madrid, organizada por la subcomisión episcopal de la CEE para la Familia y Defensa de la Vida. En esta ocasión, el eje del encuentro ha sido ofrecer claves que ayuden a los responsables de la pastoral familiar en las diócesis para afrontar la cuestión de género, y cómo no, compartir las experiencias, necesidades y propuestas de las delegaciones diocesanas de Familia y Vida.

En la sesión de la mañana, pudimos disfrutar de la ponencia “La Familia ante los retos que plantea la cuestión de género”, impartida por Marta Rodríguez Díaz, profesora de Filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.

A continuación, se celebró una Eucaristía en la parroquia Santa María del Bosque.  

En la sesión de la tarde, se llevó a cabo la exposición de los trabajos de la subcomisión episcopal para la Familia y Defensa de la Vida. También hubo informaciones varias sobre el Jubileo de las Familias 2025 en Roma, la Semana del Matrimonio 2025, el Congreso de Vocaciones, el nuevo itinerario de formación prematrimonial “KTNovios” y el encuentro Guadarrama 2025.

La jornada concluyó compartiendo las experiencias, necesidades y propuestas de las delegaciones diocesanas de Familia y Vida asistentes al encuentro.

 

Jesús Galera Martínez

Mª Inmaculada Triguero García

Delegados de Pastoral de Familia y Vida

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Primer encuentro de formación de los catequistas del arciprestazgo La Sagra- Huéscar

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Primer encuentro de formación de los catequistas del arciprestazgo La Sagra- Huéscar

El pasado sábado 9 de noviembre tuvo lugar, en la Casa Pastoral Obispo Ignacio Noguer, de Huéscar, el encuentro de catequistas del arciprestazgo La Sagra-Huéscar. El encuentro comenzó a las 11 de la mañana con una oración, fundamental para alimentar la propia vida cristiana y la misión. Las catequistas presentaron los tres símbolos que representan la labor catequética: la vela encendida, iluminando el misterio de Cristo; la sal, que da sabor y conserva el modo de vida cristiano) y las semillas, que hacen fructificar la experiencia de fe. En efecto, como el aceite antiguamente en las lámparas, la oración es el aceite que alimenta la llama de nuestra vida y hace alumbrar nuestra misión.

A continuación, el delegado de Catequesis, José Antonio Robles, presentó varios documentos de la actualidad catequética en España:

  • El nuevo Directorio de Catequesis, con su análisis del actual contexto socio-cultural y su propuesta de conversión misionera en el ámbito catequético
  • El Motu proprio del Papa Francisco Antiquum ministerium, sobre la institución del ministerio de catequista.
  • El nuevo Catecismo de Adultos de la Conferencia Episcopal Española
  • Los materiales para las celebraciones litúrgicas que comprenden los pasos que se van dando en catequesis.
  • La Bula de convocación del Jubileo 2025 Spes non confundit
  • Los materiales de formación para catequistas “Apuntes sobre la oración”, que el Dicasterio para la Evangelización ha confeccionado con motivo del Jubileo 2025.
  • Las guías para catequistas de catequesis inclusiva, para las catequesis a personas con dificultad cognitiva.

La sesión de formación terminó con un intercambio de impresiones entre los catequistas y el delegado de catequesis.

Guillermo P. Parra Sánchez

Secretario del arciprestazgo de La Sagra-Huéscar

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Rafael Vázquez presenta una nueva obra centrada en la unidad

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El salón de actos del Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo acoge el lunes 25 de noviembre la presentación de una nueva obra publicada por la BAC (Biblioteca de Autores Cristianos) cuyo editor y uno de sus autores es el sacerdote diocesano Rafael Vázquez, delegado diocesano de Ecumenismo y vicedirector del CESET.

Esta nueva obra es el segundo volumen de los Comentarios a los documentos del Concilio Vaticano II. Ha sido publicada por la editorial BAC, en su colección BAC Maior, y se enmarca dentro de la preparación del Jubileo del año 2025, en el que también se conmemorará el 60 aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. En este volumen, concretamente, los documentos comentados son «Unitatis redintegratio», decreto sobre el ecumenismo, y «Nostra aetate», declaración sobre las relaciones de la Iglesia son las religiones no cristianas, por Rafael Vázquez; y «Dignitatis humanae», declaración sobre la libertad religiosa, por Gerardo del Pozo, profesor en la Facultad de Teología de la Universidad San Dámaso.

 

La presentación tendrá lugar el lunes 25 de noviembre, a las 19.00 horas, en el salón de actos del Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo, en calle Abadía de Santa Ana, 4, en Málaga. La entrada es libre hasta completar el aforo. 

Intervendrá el autor y editor de la obra, Rafael Vázquez, que también es Secretario técnico de la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe; el Pastor Rubén Bernal, de la Iglesia Evangélica Española; y el Sr. Obispo de la Diócesis de Málaga, D. Jesús Catalá, quien cerrará el acto. 

Sobre la obra

En palabras de Rafael Vázquez: «fui llamado a participar en este proyecto por el profesor jesuita recientemente fallecido Santiago Madrigal, coordinador de la obra, al que le estoy muy agradecido. Haber trabajado con él, así como con el resto de miembros del Comité Científico (Gonzalo Tejerina, Salvador Pié-Ninot y Vicente Botella), todos ellos autores de renombre en el campo de la teología, ha sido toda una experiencia de aprendizaje. Nuestro deseo común ha sido, por un lado, impulsar una relectura de los documentos del Concilio para aquellos que lo estudiaron hace tiempo, teniendo en cuenta su recepción en estos últimos 60 años; y, por otro, facilitar una primera lectura a las nuevas generaciones de cristianos que viven en una Iglesia que no se entiende sin el Concilio. Estamos convencidos de que de ahí surgirán creativas iniciativas para seguir acercando la alegría del Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro tiempo».

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El Obispo de Málaga expresa su cercanía a los afectados en nuestra diócesis por la DANA

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Con motivo de las fuertes lluvias e inundaciones, algunos templos y casas parroquiales han sufrido daños.

Con este motivo, D. Jesús Catalá ha expresado su cercanía a todos los sacerdotes ante los que afirma sentirse muy unido. En su mensaje, ha pedido que se haga lo que se pueda porque los daños materiales se irán resolviendo pero lo más importante son los presbíteros y sus feligreses. Ha expresado, así mismo, su unión en la oración.

Comenzó algo más tarde de lo previsto pero la DANA llegó a Málaga capital y provincia y en muchos de sus templos, párrocos y fieles han achicado agua. Así se vivió por arciprestazgos. 

Arciprestazgo de Axarquía Interior

La tromba de agua que cayó en la primera parte de la mañana del 13 de noviembre dejó 45 litros en pocos minutos en el interior de la Axarquía, sobre todo en la zona de Los Romanes y en el río de la Cueva, un caudal que va directo hacia el embalse de La Viñuela.   

El río se desborda a su paso por Benamargosa

El río se desborda a su paso por Benamargosa

En Benamargosa, en cambio, el río se ha desbordado en varios lugares de la localidad y el agua sigue subiendo de nivel en sus calles. El agua y el barro salían por la puerta del templo sin poder hacer nada, «es muy duro ver cómo ha quedado el templo, cómo están todos los bancos, el confesionario, incluso nos ha costado trabajo abrir la puerta de la iglesia para poder entrar» expresa el recién llegado párroco, Carlos Samuel, con la voz entrecortada. Además, la casa parroquial se quedó sin luz, «duele ver la situación en la que se encuentra el pueblo», añade. 

La parroquia de San José, en Vélez-Málaga, también se ha inundado. Una vez más, el agua ha vuelto a entrar en las instalaciones de la dicha parroquia, inundando y filtrándose en su interior y causando daños tanto en la parroquia como en el entorno de Camino Algarrobo tras lluvias intensas, como ya ocurrió el 15 y 29 de octubre pasados. La comunidad reitera su llamamiento a las autoridades competentes para que implementen una solución mediante el encauzamiento adecuado del arroyo subterráneo de la zona, aplicando medidas preventivas que eviten que estos problemas persistan y causen mayores daños en el futuro en la zona, explica el arcipreste de la zona y párroco de San José, Wilfer Darío Alzate. 

Arciprestazgo de la Victoria

Párrocos y fieles achicaron agua en las parroquias del arciprestazgo de la Victoria de Santiago Apóstol, San Juan, San Dámaso, San Lázaro, la Divina Pastora, El Buen Pastor, el Sagrado Corazón, San Felipe Neri, La Victoria y Los Mártires, en el centro. En Santiago, según explica el arcipreste de la zona, el sacerdote Antonio Aguilera, «el agua ha llegado hasta la segunda columna desde el fondo, y no han sufrido daños personales, sólo la tarea de sacar el agua acumulada»; y en la parroquia de San Antonio María Claret también ha entrado agua en los salones. Por su parte, en la Catedral apenas se han registrado incidencias significativas.  

Iglesia de Santiago tras el paso de la DANA
Iglesia de Santiago tras el paso de la DANA

Arciprestazgo de los Ángeles 

En el arciprestazgo de Los Ángeles, compuesto por las parroquias de Fátima, Los Ángeles, el Pilar, la Purísima, San Francisco Javier, San Pablo, Santa Ana y San Joaquín, la Amargura, la Trinidad, Santo Domingo y Santo Tomás, algunos párrocos han ofrecido las dependencias parroquiales a los vecinos que viven en bajos, ante la posibilidad de inundaciones de sus hogares, pero todo se ha solventado bien. 

Arciprestazgo de San Cayetano

En el arciprestazgo de San Cayetano, la parroquia de la Visitación, en su barriada de El Tarajal, se ha vuelto a quedar incomunicada como ya ocurriera en las inundaciones de 1989, de las que se cumplen justo el 14 de noviembre 35 años. «Están haciendo todos los esfuerzos para que se pueda acceder de nuevo a la barriada lo antes posible», explica su párroco, José Manuel Bacallado, quien también relata cómo el templo de la parroquia en la barriada de Intelhorce agrava sus goteras con estas fuertes lluvias. También tienen goteras, una de ellas junto al altar, en la parroquia de Santa María Goretti, como explica su párroco, Fernando Bar; y en la parroquia de Santa Rosa de Lima, en la que también han podido solucionarlas según cuenta su párroco, José Luis Munilla. 

En este mismo arciprestazgo, la parroquia de San Fernando y la barriada del Cónsul, en la que está situada, es una de las más afectadas. Su párroco, Jesús Hurtado explica que «no es la primera vez que se inunda esta parroquia y hace unos años se le hizo una obra para poder drenar el agua con facilidad. En esta ocasión, la DANA ha conseguido que los salones parroquiales se vuelvan a inundar y sé que muchos feligreses de la zona están también desalojando los sótanos de sus hogares, así que la iremos sacando como podamos. Lo que más sufrirá serán las puertas con el agua cogerán humedad».

En el pueblo de Almogía su párroco, Fernando Luque, vicerrector del Seminario Diocesano, explica cómo las lluvias han dejado una huella grande en algunas pedanías como el Barranco del Sol, donde se han quedado sin agua y sin luz, y en algunos hogares del pueblo. En el templo sólo una gotera localizada que se ha solventado con rapidez.

Arciprestazgo de Virgen del Mar

En la zona del Limonar, también en la capital, los vecinos han visto cómo la lluvia provocaba una inmensa crecida del arroyo Toquero, habitualmente seco. La inmensa cantidad de agua avanzaba a gran velocidad por el Paseo del Limonar y del Miramar, y en el propio cauce con un caudal atemorizante hacia la desembocadura. La parroquia de San Miguel, de la que es párroco el arciprestre, Guillermo Tejero, no ha sufrido daños. Él traslada que no ha habido grandes incidencias en su templo ni en otros del arciprestazgo. «En la de San Miguel alguna gotera, pero nada grave. En el colegio de las religiosas carmelitas de Madre Asunción, la comunidad ha podido evitar que el agua, que ha anegado el patio exterior, llegara al edificio», cuenta. En la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, el agua sí que ha entrado en el templo, y es que las calles próximas se han convertido en un auténtico río, de banda a banda, en las horas centrales de la mañana, arrastrando hasta el templo una inmensa cantidad de agua. El párroco, José Manuel Caselles, claretiano, ha compartido imágenes del suelo cubierto de agua, tanto en el templo como en la entrada a los salones, que han sacado miembros de la comunidad y fieles. 

Entrada a la parroquia del Carmen, en Málaga capital

Entrada a la parroquia del Carmen, en Málaga capital

Arciprestazgo de Álora

El arciprestazgo de Álora reúne a las poblaciones de Gibralgalia, Álora, El Chorro, Zalea, Cerralba, Carratraca, Ardales, Campanillas, Cártama y Cártama-Estación, Aljaima, Pizarra, Alozaina, Santa Rosalía-Maqueda y Casarabonela. Su arcipreste, Francisco González, explica que lo que más atareados les tiene es el arreglo de la huella dejada por la DANA anterior, de finales de octubre. «En esta ocasión, no ha sido tan grave hasta el momento. Los desalojos han sido mayoritariamente de segundas viviendas que los vecinos tienen en las zonas de la huerta o junto a los ríos, por lo que no es que las familias se encuentren en la calle, como ha pasado en Valencia. Esa DANA sí produjo daños aquí también, en la zona de Doña Ana, que está pegando al río, y a las casas bajas les afectó, como a otra parte de Álora». El martes pasado se reunieron las Cáritas del arciprestazgo con el nuevo director y secretario de la diocesana, para valorar las necesidades. La parroquia de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, en Cártama Estación, sufrió en aquella ocasión varios daños reseñables. «Una pequeña terraza que tenemos arriba hizo que colara agua a la zona de entrada y a los ascensores, y tuvieron que venir los bomberos para acceder y arreglar el problema», cuenta González. En la zona baja de Campanillas vecinos y feligreses han pasado el día asustados vigilando el río, temiendo por un posible desbordamiento, informa el arcipreste.

Bomberos en la parroquia de San Isidro y Santa María de la Cabeza, en Cártama-Estación, en las lluvias de octubre

Bomberos en la parroquia de San Isidro y Santa María de la Cabeza, en Cártama-Estación, en las lluvias de octubre

Arciprestazgo de San Patricio

La carretera de Cádiz se ha convertido en un auténtico río, muchos de los vecinos han tenido que desalojar los bajos y trasteros de sus hogares, pero los templos de la zona no han sufrido inundaciones. El agua sí ha entrado en la sacristía de la parroquia del Santo Ángel y se han presentado algunas goteras en la parroquia de María Madre de Dios, según explica el arcipreste, Antonio Eloy Madueño. 

Arciprestazgo de Ronda y Serranía

En la zona de Ronda y Serranía la alerta no era tan grave como en Málaga ciudad, de hecho, en principio sus alumnos eran los únicos que iban a asistir a clase. «Las lluvias han sido intensas, pero no peligrosas», afirma el arcipreste, el sacerdote Manuel Arteaga. Es más, las imágenes que se han difundido con una gran cantidad de agua que pasaba por el Tajo, «son imágenes muy impactantes, pero eran de las aguas recogidas en la zona de la sierra, que es donde más ha llovido, sin causar, en esta ocasión, destrozos», concluye el arcipreste.

Aciprestazgo de Archidona-Campillos

En el arciprestazgo de Archidona-Campillos, «la lluvia está cayendo con tranquilidad. Esta mañana habían caído 50 litros pero no está siendo una lluvia que lleve por delante destrozos, al menos por ahora, por lo que damos gracias a Dios», afirma su arcipreste, Francisco Sánchez. 

Arciprestazgo de Axarquía Costa

Lo mismo ocurre en la zona de la Axarquía Costa que, siendo uno de los lugares donde la DANA ha dejado más litros, la lluvia no ha provocado destrozos en sus pueblos ni en sus templos. En algunas de sus localidades se vieron sorprendidos por el granizo.

Arciprestazgo de Cristo Rey

El arcipreste de Cristo Rey, Ismael García OMI, ha traquilizado con el informe de su zona. A pesar del agua que ha circulado con fuerza por las vías en las horas de máxima precipitación, luego se ha despejado todo y, según cuenta, no hay «ninguna parroquia afectada ni vecinos, al menos que haya llegado a nosotros». Y es que, al no desbordarse el río, la zona de Ciudad Jardín no ha sufrido situaciones graves de momento.

Arciprestazgos de Fuengirola-Torremolinos, Marbella-Estepona y Antequera

Los arciprestazgos de Fuengirola-Torremolinos, Marbella y Antequera no han comunicado hasta el momento consecuencias de las últimas lluvias acaecidas, más allá de la suspensión de actividades debido a la alerta.

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Párrocos y fieles achican agua en los templos de Málaga y provincia

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Comenzó algo más tarde de lo previsto pero la DANA llegó a diversos puntos de la geografía malacitana y en muchos de sus templos, párrocos y fieles han achicado agua. Te contamos la última hora.

Axarquía Interior

La tromba de agua que cayó en la primera parte de la mañana del 13 de noviembre dejó 45 litros en pocos minutos en el interior de la Axarquía, sobre todo en la zona de Los Romanes y en el río de la Cueva, un caudal que va directo hacia el embalse de La Viñuela.   

El río se desborda a su paso por Benamargosa

El río se desborda a su paso por Benamargosa

En Benamargosa, en cambio, el río se ha desbordado en varios lugares de la localidad y el agua sigue subiendo de nivel en sus calles. El agua y el barro salían por la puerta del templo sin poder hacer nada, «es muy duro ver cómo ha quedado el templo, cómo están todos los bancos, el confesionario, incluso nos ha costado trabajo abrir la puerta de la iglesia para poder entrar» expresa el recién llegado párroco, Carlos Samuel, con la voz entrecortada. Además, la casa parroquial se quedó sin luz, «duele ver la situación en la que se encuentra el pueblo», añade. 

La parroquia de San José, en Vélez-Málaga, también se ha inundado. Una vez más, el agua ha vuelto a entrar en las instalaciones de la dicha parroquia, inundando y filtrándose en su interior y causando daños tanto en la parroquia como en el entorno de Camino Algarrobo tras lluvias intensas, como ya ocurrió el 15 y 29 de octubre pasados. La comunidad reitera su llamamiento a las autoridades competentes para que implementen una solución mediante el encauzamiento adecuado del arroyo subterráneo de la zona, aplicando medidas preventivas que eviten que estos problemas persistan y causen mayores daños en el futuro en la zona, explica el arcipreste de la zona y párroco de San José, Wilfer Darío Alzate. 

Arciprestazgo de la Victoria

Es el caso de las parroquias del arciprestazgo de la Victoria de Santiago Apóstol, San Juan, San Dámaso, San Lázaro y Los Mártires, en el centro. En Santiago, según explica el arcipreste de la zona, el sacerdote Antonio Aguilera, «el agua ha llegado hasta la segunda columna desde el fondo, y no han sufrido daños personales, sólo la tarea de sacar el agua acumulada»; y en la parroquia de San Antonio María Claret también ha entrado agua en los salones.

Arciprestazgo de los Ángeles 

En el arciprestazgo de Los Ángeles, compuesto por las parroquias de Fátima, Los Ángeles, el Pilar, la Purísima, San Francisco Javier, San Pablo, Santa Ana y San Joaquín, la Amargura, la Trinidad, Santo Domingo y Santo Tomás, algunos párrocos han ofrecido las dependencias parroquiales a los vecinos que viven en bajos, ante la posibilidad de inundaciones de sus hogares, pero todo se ha solventado bien. 

Arciprestazgo de San Cayetano

En el arciprestazgo de San Cayetano, la parroquia de la Visitación, en su barriada de El Tarajal, se ha vuelto a quedar incomunicada como ya ocurriera en las inundaciones de 1989, de las que se cumplen justo el 14 de noviembre 35 años. «Están haciendo todos los esfuerzos para que se pueda acceder de nuevo a la barriada lo antes posible», explica su párroco, José Manuel Bacallado, quien también relata cómo el templo de la parroquia en la barriada de Intelhorce agrava sus goteras con estas fuertes lluvias. También tienen goteras, una de ellas junto al altar, en la parroquia de Santa María Goretti, como explica su párroco, Fernando Bar; y en la parroquia de Santa Rosa de Lima, en la que también han podido solucionarlas según cuenta su párroco, José Luis Munilla. 

En este mismo arciprestazgo, la parroquia de San Fernando y la barriada del Cónsul, en la que está situada, es una de las más afectadas. Su párroco, Jesús Hurtado explica que «no es la primera vez que se inunda esta parroquia y hace unos años se le hizo una obra para poder drenar el agua con facilidad. En esta ocasión, la DANA ha conseguido que los salones parroquiales se vuelvan a inundar y sé que muchos feligreses de la zona están también desalojando los sótanos de sus hogares, así que la iremos sacando como podamos. Lo que más sufrirá serán las puertas con el agua cogerán humedad».

En el pueblo de Almogía su párroco, Fernando Luque, vicerrector del Seminario Diocesano, explica cómo las lluvias han dejado una huella grande en algunas pedanías como el Barranco del Sol, donde se han quedado sin agua y sin luz, y en algunos hogares del pueblo. En el templo sólo una gotera localizada que se ha solventado con rapidez.

Arciprestazgo de Virgen del Mar

En la zona del Limonar, también en la capital, los vecinos han visto cómo la lluvia provocaba una inmensa crecida del arroyo Toquero, habitualmente seco. La inmensa cantidad de agua avanzaba a gran velocidad por el Paseo del Limonar y del Miramar, y en el propio cauce con un caudal atemorizante hacia la desembocadura. La parroquia de San Miguel, de la que es párroco el arciprestre, Guillermo Tejero, no ha sufrido daños. Él traslada que no ha habido grandes incidencias en su templo ni en otros del arciprestazgo. «En la de San Miguel alguna gotera, pero nada grave. En el colegio de las religiosas carmelitas de Madre Asunción, la comunidad ha podido evitar que el agua, que ha anegado el patio exterior, llegara al edificio», cuenta. En la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, el agua sí que ha entrado en el templo, y es que las calles próximas se han convertido en un auténtico río, de banda a banda, en las horas centrales de la mañana, arrastrando hasta el templo una inmensa cantidad de agua. El párroco, José Manuel Caselles, claretiano, ha compartido imágenes del suelo cubierto de agua, tanto en el templo como en la entrada a los salones, que han sacado miembros de la comunidad y fieles. 

Entrada a la parroquia del Carmen, en Málaga capital

Entrada a la parroquia del Carmen, en Málaga capital

Arciprestazgo de Álora

El arciprestazgo de Álora reúne a las poblaciones de Gibralgalia, Álora, El Chorro, Zalea, Cerralba, Carratraca, Ardales, Campanillas, Cártama y Cártama-Estación, Aljaima, Pizarra, Alozaina, Santa Rosalía-Maqueda y Casarabonela. Su arcipreste, Francisco González, explica que lo que más atareados les tiene es el arreglo de la huella dejada por la DANA anterior, de finales de octubre. «En esta ocasión, no ha sido tan grave hasta el momento. Los desalojos han sido mayoritariamente de segundas viviendas que los vecinos tienen en las zonas de la huerta o junto a los ríos, por lo que no es que las familias se encuentren en la calle, como ha pasado en Valencia. Esa DANA sí produjo daños aquí también, en la zona de Doña Ana, que está pegando al río, y a las casas bajas les afectó, como a otra parte de Álora». El martes pasado se reunieron las Cáritas del arciprestazgo con el nuevo director y secretario de la diocesana, para valorar las necesidades. La parroquia de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, en Cártama Estación, sufrió en aquella ocasión varios daños reseñables. «Una pequeña terraza que tenemos arriba hizo que colara agua a la zona de entrada y a los ascensores, y tuvieron que venir los bomberos para acceder y arreglar el problema», cuenta González. En la zona baja de Campanillas vecinos y feligreses han pasado el día asustados vigilando el río, temiendo por un posible desbordamiento, informa el arcipreste.

Bomberos en la parroquia de San Isidro y Santa María de la Cabeza, en Cártama-Estación, en las lluvias de octubre

Bomberos en la parroquia de San Isidro y Santa María de la Cabeza, en Cártama-Estación, en las lluvias de octubre

Arciprestazgo de San Patricio

La carretera de Cádiz se ha convertido en un auténtico río, muchos de los vecinos han tenido que desalojar los bajos y trasteros de sus hogares, pero los templos de la zona no han sufrido inundaciones. El agua sí ha entrado en la sacristía de la parroquia del Santo Ángel y se han presentado algunas goteras en la parroquia de María Madre de Dios, según explica el arcipreste, Antonio Eloy Madueño. 

Arciprestazgo de Ronda y Serranía

En la zona de Ronda y Serranía la alerta no era tan grave como en Málaga ciudad, de hecho, en principio sus alumnos eran los únicos que iban a asistir a clase. «Las lluvias han sido intensas, pero no peligrosas», afirma el arcipreste, el sacerdote Manuel Arteaga. Es más, las imágenes que se han difundido con una gran cantidad de agua que pasaba por el Tajo, «son imágenes muy impactantes, pero eran de las aguas recogidas en la zona de la sierra, que es donde más ha llovido, sin causar, en esta ocasión, destrozos», concluye el arcipreste.

Aciprestazgo de Archidona-Campillos

En el arciprestazgo de Archidona-Campillos, «la lluvia está cayendo con tranquilidad. Esta mañana habían caído 50 litros pero no está siendo una lluvia que lleve por delante destrozos, al menos por ahora, por lo que damos gracias a Dios», afirma su arcipreste, Francisco Sánchez. 

Arciprestazgo de Axarquía Costa

Lo mismo ocurre en la zona de la Axarquía Costa que, siendo uno de los lugares donde la DANA ha dejado más litros, la lluvia no ha provocado destrozos en sus pueblos ni en sus templos. En algunas de sus localidades se vieron sorprendidos por el granizo.

Arciprestazgo de Cristo Rey

El arcipreste de Cristo Rey, Ismael García OMI, ha traquilizado con el informe de su zona. A pesar del agua que ha circulado con fuerza por las vías en las horas de máxima precipitación, luego se ha despejado todo y, según cuenta, no hay «ninguna parroquia afectada ni vecinos, al menos que haya llegado a nosotros». Y es que, al no desbordarse el río, la zona de Ciudad Jardín no ha sufrido situaciones graves de momento.

Arciprestazgos de Fuengirola-Torremolinos, Marbella-Estepona y Antequera

Los arciprestazgos de Fuengirola-Torremolinos, Marbella y Antequera no han comunicado hasta el momento consecuencias de las últimas lluvias acaecidas, más allá de la suspensión de actividades debido a la alerta.

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Homilía en la Misa de Acción de Gracias por la beatificación del padre José Torres Padilla

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Homilía de Monseñor José Ángel Saiz Meneses en la Misa de Acción de Gracias por la beatificación del P. José Torres Padilla. Catedral de Sevilla, 10-11-24. Lecturas: Jer 1, 4-5.17-19; Sal 22; Gal 2, 18-21; Mt 5, 1-12.

El Evangelio que hemos escuchado presenta el primer gran discurso que el Señor dirige junto al Lago de Galilea a la multitud que le seguía. Comienza la predicación de su Reino señalando hacia la expectativa, hacia el objetivo principal que alberga el corazón humano: alcanzar una felicidad plena y duradera. Él anuncia y promete la felicidad, ciertamente, pero la sitúa donde el hombre no podía imaginar: proclama felices, dichosos, bienaventurados, a los pobres de espíritu, los afligidos, los misericordiosos, los que tienen hambre y sed de justicia, los limpios de corazón, los perseguidos, los humildes y sencillos que confían siempre en Dios. Las Bienaventuranzas son el camino para llegar a la alegría, a la felicidad, y, en definitiva, a la santidad. La práctica de las bienaventuranzas nos introduce en el sentido profundo de la vida, que sólo es posible descubrir desde la fe, desde la confianza absoluta en el Señor. El mejor comentario a este Evangelio de las Bienaventuranzas lo encontramos en la vida de los santos. Así se cumple en la vida del P. José Torres Padilla.

Jesús exhorta a sus discípulos a confiar en la providencia de Dios, en el amor del Padre celestial que conoce todas nuestras necesidades. Una confianza en la Providencia que no exime de la lucha, del sufrimiento, del trabajo, de las ocupaciones de una vida responsable, pero que libera de la ansiedad, del agobio, de la excesiva preocupación por las cuestiones materiales y también libra del miedo a las dificultades del presente y a la inquietud por el mañana. El Beato José Torres nació en San Sebastián de la Gomera, el 25 de agosto de 1811, siendo el tercero de cuatro hermanos. Fue bautizado pocos días después, el 31 de agosto. En el hogar familiar, el padre instruía a sus hijos sobre el camino a la salvación y la caridad con los necesitados. La madre encaminaba al pequeño José a no buscar otra cosa en la vida que cumplir la voluntad de Dios.

En el convento franciscano de los Santos Reyes de San Sebastián de la Gomera recibió su primera enseñanza escolar. Entre el 31 de marzo de 1821 y el 1 de abril fallecieron su madre y su padre. Su tía materna Paula Padilla Cabeza se hizo cargo de la educación y el cuidado de sus cuatro sobrinos. Recibió la confirmación el 3 de junio de 1827. En septiembre de ese mismo año fue a estudiar a San Cristóbal de La Laguna, en la isla de Tenerife. Continuó su formación en Valencia y Sevilla. El 27 de febrero de 1836 el cardenal Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos le ordenó sacerdote, celebrando su primera misa el 8 de marzo. Ejerció su ministerio sacerdotal como profesor en el seminario conciliar de San Francisco Javier de Sanlúcar de Barrameda y en el seminario conciliar de San Isidoro y San Francisco Javier de Sevilla, adscrito a la parroquia de san Marcos, teólogo consultor del Concilio Vaticano I, canónigo de la Catedral de Sevilla y examinador sinodal.

Contemplamos a lo largo de su existencia una actitud de confianza serena, de fortaleza ante las pruebas, de paciencia en medio de las contrariedades. Su experiencia de la providencia de Dios le llevaba a reaccionar con sentido sobrenatural, a vencer las dificultades y a mantener una actitud de audacia, buscando en cada momento la voluntad de Dios. Así sucedió a la hora de superar los problemas para la fundación de la Compañía de la Cruz, cuando tuvo que afrontar junto a Santa Ángela muchas dificultades, y él le solía repetir: “Tú, quédate en tu nada que Dios lo hará todo”. En muchos momentos de su vida tuvo que sobreponerse a penalidades físicas y enfermedades y también a las más variadas incomprensiones. A pesar de todo, el amor y fidelidad a la Iglesia fueron siempre una constante en su trayectoria, así como la benevolencia con las personas que obstaculizaban el camino. El alimento de su confianza en Dios lo hallaba en la oración y la penitencia.

Nuestro Señor Jesucristo era el fundamento de su vida. Cristo era la roca, el cimiento que le daba consistencia y firmeza. La unión con Cristo le permitió superar las contrariedades e integrar su proyecto de vida desde una relación personal con el Señor. En los Apuntes íntimos de los Ejercicios Espirituales de julio de 1861 escribe: “Pedir constantemente a mi Señor la gracia de imitarle, y llevarle siempre en mi corazón, en mi alma y en todas las acciones”. Su existencia estuvo jalonada por el misterio de la cruz: nacido en una familia ejemplar, experimentó la cruda realidad de perder a sus padres a la edad de nueve años. Pero a lo largo del tiempo halló siempre la fuerza para cargar con la cruz desde su unión con Cristo, que se alimentaba en la oración. Su ideal era imitar al Maestro en su vida de sacrificio, pobreza y desprendimiento de todo lo terreno.

Era consciente de la presencia del Espíritu Santo en su vida como el Maestro interior que le enseñaba a penetrar en el misterio de Dios, de la historia, de la vida y del mundo; el Espíritu Santo que le proveía de la luz y la capacidad para enseñar las cosas de Dios, que le conducía interiormente para vivir como auténtico hijo de Dios; el Maestro que le enseñaba a orar, a entender las palabras de Jesús, que le llenaba de la fuerza necesaria para ser testigo de Cristo ante los hombres. Vivía un profundo amor y devoción a la Virgen María, como madre, como mediadora de todas las gracias, como intercesora por todos sus hijos, desde el cielo, junto a su Hijo Jesucristo. Alentaba a todos para que viviesen el amor y devoción a María. Rezaba diariamente el rosario y, cuando se desplazaba de un lugar a otro, iba recitando una y otra vez el Ave María.

El Beato José Torres fue un auténtico maestro y guía de almas. Su existencia irradiaba humildad, sobre todo en su relación con Dios. También era manso y humilde en la relación con los hermanos. Su recomendación a las Hermanas de la Cruz al respecto es ya un clásico: “No ser; no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera”. Duro y exigente consigo mismo y a la vez paciente y comprensivo con los demás. Su vida estuvo muy dedicada a la formación, a la predicación y al acompañamiento espiritual. Los alumnos le apreciaban por sus conocimientos y pedagogía, y, sobre todo, por su coherencia de vida. Fue nombrado consultor pontificio de la Comisión de Disciplina Eclesiástica del Concilio Vaticano I, en el cual participó.

El Señor le había concedido vida de oración intensa, ciencia, experiencia y penetración psicológica para conocer el corazón humano. Dedicaba incontables horas al ministerio de la reconciliación. Fue confesor y director espiritual de muchas personas en diversos lugares de España, haciendo gala de una gran capacidad de escucha, dedicándoles tiempo y energías, sabiéndolas acompañar, en su circunstancia y su historia, por caminos de santidad, con extraordinaria prudencia. En Sevilla se le llamaba popularmente el «Santero» porque tenía fama de santidad y porque introducía por el camino de la santidad a las personas que dirigía. Entre las almas que acompañó espiritualmente destaca santa Ángela de la Cruz, canonizada por san Juan Pablo II en 2003, con la que colaboró en la fundación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz.

Fue un verdadero Padre de los pobres, un modelo extraordinario de ministerio y vida sacerdotal también por su vivencia de la pobreza, que le llevó a despojarse de todo a favor de los pobres y los enfermos, “nuestros amos y señores”, como él los llamaba. No daba de lo que le sobraba, sino de lo necesario. Cuando cobraba su capellanía iba a las tiendas a pagar comestibles y ropas de personas necesitadas que estaban pendientes de pago. Procuró con amor de padre socorrerlos, aliviar sus sufrimientos y heridas. Compartía con santa Ángela el carisma de “hacerse pobre con los pobres para atraerlos a Cristo”. La contemplación de Cristo, que se ha hecho pobre para llenarnos de la riqueza de su salvación, le movía a vivir pobre como su Maestro. En su pobreza, en su humildad, en su debilidad, se manifestó la gracia y la fuerza de Cristo.

Vivía con todas las consecuencias su configuración con Jesucristo, las actitudes de Cristo Buen Pastor, la caridad pastoral cuya esencia es la donación total de la propia vida, la entrega hasta el extremo. Su caridad pastoral encontraba el alimento principal y la mejor expresión en la Eucaristía. La celebración de la Eucaristía era el fundamento y la cima de su vida sacerdotal, el misterio que llenaba su existencia, porque configurado a Cristo también le ofrecía su vida, que se iba transformando progresivamente. En la Eucaristía encontraba la fuerza que le llevaba a anunciar la Buena Nueva sin desfallecimiento, que le impulsaba a entregarse a los más pobres y necesitados sin reservas ni cálculos humanos.

La beatificación del Padre Torres proyecta una gran luz en la vida de nuestra archidiócesis, en la vida de la Iglesia y de la sociedad, por su ejemplo como persona, como cristiano y como sacerdote. Nos encomendamos a María Santísima, Virgen de los Reyes, Reina de los sacerdotes, a santa Ángela de la Cruz y santa María de la Purísima, y les pedimos que el ejemplo del Beato José Torres Padilla nos ayude para avanzar decididamente por el camino de la conversión y la santidad, de la humildad, de la oración, de la formación cristiana, del amor a los pobres y la transmisión de la fe a nuestros contemporáneos. Hoy pedimos también al Señor, por intercesión del nuevo Beato, la paz en el mundo, en tantos lugares en los que todavía hay guerra, violencia y destrucción; y pedimos por los fallecidos y damnificados a causa del temporal que ha azotado buena parte de España, especialmente Valencia. Nos ponemos en la situación de lo que el Padre Torres haría en circunstancias semejantes y actuamos con su mismo corazón sacerdotal. Así sea.

La Pastoral Universitaria junto a los afectados por la DANA en Valencia

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El pasado domingo, un grupo de voluntarios de la Pastoral Universitaria de la Diócesis de Cartagena se desplazó hasta el municipio valenciano de Catarroja, una de las zonas afectadas por las lluvias torrenciales, para colaborar en las tareas de limpieza y abastecimiento. Más de 50 personas, entre alumnos y profesores, se unieron en este viaje de cooperación en el que contaron con la colaboración de la Universidad de Murcia. Esta institución contribuyó con la aportación de productos de limpieza, recaudados para la causa, y una furgoneta para su transporte.

«Ahora hay una segunda DANA, de solidaridad, en la que los jóvenes, dolidos por lo que están viendo, están sacando con alegría lo más noble y bueno que llevan dentro», apunta Pedro García Casas, delegado episcopal de Pastoral Universitaria. A pesar de los días que ya han pasado desde que el agua arrasó con todo a su paso, cuenta que, al llegar, encontraron «todo devastado, con un ambiente desolador y un olor desagradable». Los trabajos de estos voluntarios comenzaron en la parroquia Virgen del Pilar, donde estuvieron limpiando. Después, pudieron visitar varias casas «llevándoles lotes de productos básicos» y mostrar su solidaridad a través del acompañamiento y la escucha, «que también hace mucha falta». A lo largo del día pasaron por otras parroquias, como la de San Miguel y la de San José, donde los estudiantes hicieron entrega a la directora de esta Cáritas parroquial los cerca de 6.000 euros recaudados durante los días previos a esta actividad solidaria. Una jornada llena de momentos fraternos y en la que celebraron juntos la Eucaristía en la parroquia Virgen del Pilar, «una forma de aportar esperanza y de hacer presente el cielo en medio de esta situación», expresa el delegado.

Formación para seguir ayudando

«La que se decía que era la generación de cristal se han convertido en la de diamante, y viéndolo es realmente así», dice Pedro García Casas sobre los jóvenes a los que ha visto reconstruyendo los destrozos del temporal. Durante estos días de colaboración y ayuda, especialmente con los hermanos de Valencia, la Pastoral Universitaria «ha sido punta de lanza abriendo un camino». Hoy martes, otros voluntarios de la Universidad de Murcia se han desplazado de nuevo hasta ese mismo emplazamiento para seguir dando apoyo.

Viendo la importancia de la solidaridad, aseguran desde esta delegación que regresarán «en más ocasiones». Además, han organizado una formación de voluntariado para capacitar con las herramientas y las habilidades necesarias a las personas que quieran colaborar con el acompañamiento y la escucha, junto al departamento de Atención a la Diversidad y Voluntariado de esta universidad. Más información sobre este curso en este enlace.

Galería de imágenes (Fotografías de Alfonso Durán)

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El obispo inaugura la ermita de Doña Inés de Lorca después de su reparación

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Coincidiendo con el Día de la Iglesia Diocesana, el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió el domingo la Eucaristía en la ermita de San Isidro de la pedanía lorquina de Doña Inés, una celebración con la que se inauguraba este templo después de dos años de reformas.

«El tejado se caía y no podíamos continuar con el culto en la ermita», explica Daniel Aparicio, responsable de este templo y párroco de las pedanías vecinas de Coy y Avilés. Al acometer la reparación del tejado se realizaron también otras actuaciones para arreglar la ermita, como el enlucimiento de las paredes, la instalación de ventanas nuevas, la renovación del sistema eléctrico, la colocación de cristaleras y de una vidriera, y el arreglo de la fachada; así como la recuperación del coro y de la campana de la ermita, entre otras. Para costear estas obras, se han realizado distintas iniciativas para recaudar fondos, como la elaboración de artesanías por parte de los vecinos. «Ha sido muy gratificante; cada uno ha aportado su granito de arena y durante este tiempo hemos recibido ayudas de prácticamente todos los puntos de la Diócesis, estamos muy agradecidos».

En la celebración, el obispo se dirigió a los presentes para destacar que, en la ermita, los vecinos cuentan con «un lugar para la comunión y para la alabanza, un lugar de paz y de encuentro para escuchar la voz de Dios y darle gracias». Al término de la Eucaristía, además, Mons. Lorca entregó unas láminas con la imagen de la Virgen del Rosario a varios de los fieles que han colaborado en la reparación de la ermita, en representación de todos ellos.

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Equipos de Nuestra Señora se reúne con el Obispo

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El equipo regional de Andalucía Occidental de los Equipos de Nuestra Señora se reunió en el Palacio Episcopal

El pasado viernes, 8 de noviembre, visitaron al Obispo de Córdoba los nuevos responsables regionales de Andalucía Occidental y Canarias de Equipos de Nuestra Señora, Inmaculada  Ramírez y Federico Espejo del sector de Córdoba, junto con miembros del nuevo equipo regional, y su consiliario P. Fray Manuel García López, osst.

En el encuentro intercambiaron información sobre la situación del movimiento en la región y, más concretamente, en la diócesis. También informaron al prelado sobre la ESCAPADAX3, como medio de evangelización para las familias; las actividades, que a nivel regional, se realizaran en la diócesis, y reiteraron la disponibilidad de los ENS y su compromiso para colaborar con la Delegación de Familia y Vida en las distintas diócesis de la región.

Por su parte, el Obispo los animó en este nuevo servicio a trabajar por la familia y a dar a conocer el carisma del movimiento, ofreciéndose a colaborar en todo lo necesario.

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