Una treintena de personas visitó la Mezquita Catedral y el Palacio Episcopal el miércoles 21 de mayo
El Delegado diocesano de Ecumenismo y para el Diálogo Interreligioso, Antonio Navarro, recibió el miércoles 21 de mayo en el Obispado a un grupo interconfesional procedente de Estados Unidos. Un total de veintiocho personas de distintas religiones, católica, protestante, judía y musulmana, visitaron la Mezquita Catedral y posteriormente el Palacio Episcopal. Durante su estancia en el Obispado tuvieron la oportunidad de conversar acerca de las actividades de diálogo interreligioso que hay en España y EE. UU. Los participantes tenían gran interés en contemplar nuestra riqueza histórica y conocer la situación que se vive hoy día en nuestro país en torno al pluralismo cultural y religioso, los retos que plantea y la manera en que la Iglesia Católica española los aborda.
El grupo estaba formado por personas muy activas en el ámbito del diálogo interreligioso en Estados Unidos, sobre todo en Pensilvania y Nueva York, a través de sus respectivas instituciones. Los convocantes y coorganizadores de esta visita son Peace Islands Institute Pennsylvania (PIIP), Peace Islands Institute New York (PIINY) y National Council of Synagogues, coordinados en España por la organización Arco Forum.
La presentación de “Introducción al islam. Una perspectiva cristiana” tuvo lugar el lunes 19 de mayo en el Rectorado
El sacerdote diocesano Antonio Navarro ha presentado esta semana su nuevo libro “Introducción al islam. Una perspectiva cristiana” en la sala Mudéjar del Rectorado de Córdoba. Antonio Arenas Casas, vicerrector de Formación Continua, Empleabilidad y Emprendimiento fue el encargado de presidir el acto, en el que además intervinieron el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la UCO, Juan Pedro Monferrer y el director de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), Juan Carlos García Domene.
Este último, subrayó la apuesta de la editorial BAC, perteneciente a la Conferencia Episcopal Española, de impulsar este tipo de publicaciones que consiguen un avance en el conocimiento y el diálogo interreligioso en un país cada vez más plural. Por su parte, Juan Pedro Monferrer expuso un contexto académico de la obra y habló de las publicaciones anteriores dedicadas a esta temática.
Antonio Navarro expuso las motivaciones que le llevaron a escribir el libro, las partes que lo componen y el público al que va dirigido. El sacerdote animó a asistentes a profundizar en el conocimiento de los que creen distinto a nosotros, pues solo desde ese saber se eliminan barreras y prejuicios y se pueden establecer relaciones positivas.
Vamos avanzando en nuestro itinerario pascual y constatamos que la Iglesia naciente no está exenta de conflictos que tratan de resolverse armoniosamente con la luz del Espíritu, mediante el discernimiento comunitario marcado por la búsqueda de la verdad y la edificación de la Iglesia.
“Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros…” (Hch 15, 1-2.22-29)
El texto de la primera lectura nos presenta una parte de la asamblea de Jerusalén, centro del libro de los Hechos. Este encuentro de las autoridades de la comunidad cristiana constituye un hito en los inicios del caminar de la Iglesia.
En la comunidad de Antioquía, comunidad mixta de judíos y gentiles, se produce un conflicto con la llegada de unos hermanos de Judea. Estos, como buenos judíos, insisten en la necesidad de la circuncisión para la salvación. Tras una discusión con ellos, Pablo y Bernabé, que disienten de tal argumento, enviados por la comunidad, deciden subir a Jerusalén, para tratar esta cuestión con los apóstoles y los presbíteros.
En el llamado “concilio de Jerusalén” se legitima la apertura de la iglesia a los gentiles, tomando la decisión que, para formar parte de la comunidad cristiana, no es necesaria la circuncisión. Así el movimiento de los seguidores de Jesús se independiza de la tutela de la religión mosaica, de la que hasta ahora había formado parte.
“Vendremos a Él y haremos morada en Él” (Jn 14,23-29)
El texto que nos propone el Evangelio lo encontramos en la primera parte del libro de la gloria, en los llamados discursos de despedida (Jn 13-17). Jesús va a partir hacia el Padre, pero esto no debe ser causa de desolación o temor, pues Jesús retorna al Padre, pero volverá (Jn 14,28). En este estado de transición, el Señor hace una serie de promesas a sus discípulos:
a) Promesa de la inhabitación (vv. 23-24)
Aunque Jesús se vaya, permanecerá en los suyos de otra forma. Será necesaria una condición: guardar su Palabra, pero aquel que la cumpla, el Padre lo amará y ambos, Jesús y el Padre, harán morada en él. Escuchar, acoger y vivir la Palabra implicará la inhabitación del mismo Dios. La morada de Dios ya no es el templo sino el ser humano. El ser humano no estará solo porque Dios habitará en él (23-24).
b) Promesa del Espíritu (vv. 25-26). En el futuro será el Paráclito quien recordará todo lo que Jesús ha dicho y les instruirá en todas las cosas. Los discípulos no quedan abandonados, el Espíritu será el nuevo maestro que les enseñará y les recordará lo que han aprendido con Jesús.
c) Promesa de la paz (v. 27).
La paz, Shalom, era el saludo habitual de un judío. Sin embargo, la paz que da Jesús es una paz diferente de la que el mundo pueda ofrecer. El don de la paz será un fruto del Espíritu, presencia continuada de Jesús durante su ausencia (Gal 5, 22).
La Palabra hoy
Jesús antes de partir de esta realidad histórica hacia el Padre hizo tres promesas a sus discípulos que se cumplieron tras su resurrección. Nosotros, creyentes del siglo XXI, disfrutamos ya de esos tres regalos.
a) La presencia de Dios en nosotros, que la tradición cristiana ha denominado inhabitación. Dios no habita en un templo, ni en un monte, ni en un santuario, sino que habita en el corazón de cada uno de nosotros/as. Ya no estamos solos/as, una presencia nos habita.
b) Nuestro tiempo es el tiempo del Espíritu. Él hace que la Palabra de Dios en nuestro corazón se vuelva viva y vaya transformando nuestra vida. Él nos consuela en nuestras aflicciones y sufrimientos; Él nos ilumina especialmente cuando nuestra vida se ve inmersa en crisis o encrucijadas. Él nos fortalece en nuestras debilidades.
c) LapazesotrodelosregalosrecibidosporJesús,yapresenteenlabendición del Señor del libro de los Números: “Que el Señor te conceda la Paz” (Nm 6,26). Pero este regalo tan preciado que nos equilibra interiormente y armoniza nuestras desarmonías, conlleva también una tarea, construir la paz a nuestro alrededor, en nuestra sociedad, en nuestro planeta. Sin olvidar que la justicia y la paz van de la mano: “la justicia y la paz se besan” (Sal 84).
Nacido en Jerez de la Frontera en 1822, este prelado fue hijo de la Archidiócesis de Sevilla, al no existir hasta 1980 la Diócesis de Asidonia-Jerez, teniendo como sede la ciudad donde nació el que fuera Obispo de Córdoba entre otras Diócesis.
Cercanos todavía al Cónclave celebrado en Roma para la elección del Papa León XIV, nos acercamos al Cardenal Sebastián Herrero Espinosa de los Monteros, nacido en Jerez de la Frontera el 20 de enero de 1822. Quien fuera hijo de la Archidiócesis de Sevilla, debido a la inexistencia de la Diócesis de Asidonia-Jerez, este jerezano fue pastor de las Diócesis de Cuenca, Vitoria, Oviedo, Córdoba y Valencia, siendo en esta última sede donde recibiera por parte del Papa León XIII el cardenalato.
Canónigo de la Colegial de Jerez de la Frontera por aquel entonces, fue ordenado Obispo en 1875, no sería hasta 1902 donde recibiría la púrpura cardenalicia de San Bonifacio de Alessio. De esta forma, vivió en primera persona el Cónclave donde se elegiría como Papa a Pío X. Sus últimos días los viviría en Valencia donde fallecería en el año 1903.
El 7 de junio, día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, se celebrará en nuestra diócesis la Vigilia de Pentecostés bajo el lema: “Testigos de esperanza en el mundo”.
A las 17:00 h., el obispo Nivariense presidirá la Eucaristía en el Seminario Diocesano. Posteriormente, habrá un espacio dedicado al encuentro y, tras el descanso, se celebrará la referida vigilia a las 20:00 h.
Para participar en esta jornada es necesario confirmar la asistencia.
El convenio, rubricado por D. Juan Pedro Virella Sánchez, Ecónomo Diocesano en representación del Obispado de Huelva, y por D.ª Soledad Fernández Doctor, Directora General de la AEAT, permitirá a la diócesis actuar como colaborador social en la presentación por vía telemática de declaraciones, autoliquidaciones, comunicaciones, recursos de reposición y otros documentos tributarios en nombre de terceros.
Esta iniciativa se enmarca en el artículo 92 de la Ley General Tributaria, que promueve la colaboración social en la gestión de los tributos, y responde a la creciente apuesta por parte de la Administración por el uso de las nuevas tecnologías para simplificar los trámites administrativos.
Mediante este acuerdo, el Obispado de Huelva queda autorizado para realizar estas gestiones electrónicas, siempre que disponga de la representación expresa de los contribuyentes y emplee los certificados electrónicos cualificados conforme a la normativa vigente. Asimismo, se compromete al cumplimiento riguroso de las disposiciones en materia de protección de datos, de acuerdo con el Reglamento General de Protección de Datos (UE) 2016/679 y la Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales.
La firma de este convenio supone un paso más en la modernización de los procedimientos administrativos del Obispado, en línea con su voluntad de servicio y cercanía a las comunidades parroquiales, entidades religiosas y demás personas vinculadas a la vida diocesana.
El acuerdo tendrá una vigencia inicial de un año, prorrogable automáticamente salvo denuncia expresa por alguna de las partes, y se aplicará conforme a lo previsto en la legislación tributaria y administrativa aplicable.
Con esta colaboración, la Diócesis de Huelva continúa avanzando en la mejora de la gestión y en el fortalecimiento de la transparencia y la legalidad en todas sus actuaciones.
Homilía en la Eucaristía del Sacramento de la Confirmación de manos del arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, celebrada en la S.A.I Catedral el 21 de mayo de 2025.
Queridos sacerdotes concelebrantes; responsables de la acción catequética de estos grupos que hoy se presentan; queridos catequistas; queridos padres y padrinos; queridos confirmandos; queridos familiares y amigos todos:
Estamos en esta ceremonia solemne de nuestra Catedral, que simboliza la Iglesia de Granada con su esplendor; en esta Catedral, que nos hace recordar que somos miembros de la Iglesia: que somos templos del Espíritu Santo. El templo material es una imagen del templo que somos cada uno de nosotros. Nos dice San Pablo en la Carta a los Romanos que “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado”. Ese es el amor cristiano, el amor que Dios nos tiene. Dios mismo es Amor. Así lo define el evangelista Juan en su Primera Carta. Y él dice también, “nosotros hemos conocido el amor de Dios y hemos creído en Él”.
Queridos amigos, no olvidéis esto nunca: Dios nos ama. Es lo que está repitiendo, desde el inicio, hace poco más de una semana de su pontificado, el Papa León. Ésta es la gran verdad cristiana, la gran verdad que transforma los corazones y que aquellos que siguieron a Jesús, que no eran gente muy valiosa. Los propios evangelios nos muestran sus defectos innegables, se pelean entre sí a ver quién va a ser el primero; esos apóstoles que dejan a Jesús, lo abandonan, sólo el más joven permanece; que el jefe de ellos lo niega y que uno de ellos lo vende. Ningún jefe de personal habría escogido ese equipo. Pero Jesús los escogió, conocedor de sus defectos. Jesús mismo había dicho que no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos, y que no ha venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, y ahí entramos nosotros. Y aquellos primeros cristianos que recibieron el Espíritu Santo el día de Pentecostés y hoy se va a repetir ese prodigio, aunque de manera insensible, no os vais a dar cuenta, pero a través del signo de la imposición de mis manos, sucesor de los apóstoles, de aquellos que estaban allí, y que de manera ininterrumpida por la sucesión episcopal ha llegado hasta mí, ahora como arzobispo vuestro, y con la oración en la que le pido al Espíritu Santo que os consagre con el Crisma, que significa “el Ungido”: Cristo es el Ungido.
Nosotros somos crismados también. Somos santificados. Somos algo grande. Somos hijos e hijas de Dios. Esta es nuestra grandeza, ya por el bautismo. Y ahora, queridos confirmandos, cada uno de procedencia distinta, cada uno con edad distinta, los hay desde jóvenes que estáis en los estudios de la ESO, de bachillerato, hasta personas ya mayores, que están ya en una tarea profesional; que los hay he visto hasta una madre, vais a hacer un compromiso cristiano de seguimiento de Jesucristo. Os habéis preparado cada uno en vuestra comunidad de referencia, sean desde los franciscanos, las Escuelas de la Ave María, la delegación de Enseñanza, de Educación, la parroquia de Las Gabias, la parroquia de San Gregorio Bético, la de Víznar, los salesianos, no sé si me quedo alguno más por ahí, habéis ido preparando (perdonadme si me dejo alguno, no tengo la lista), os habéis ido, como comunidad de referencia, cogiendo el estilo de Jesús.
Y ahora, vais a recibir el Espíritu Santo como aquellos primeros cristianos, para dar testimonio de Jesús en el mundo, para dar testimonio en nuestra época, sin avergonzaros de él, para ser cristianos no sólo de nombre, sino en vuestra vida, cada uno con su manera de ser, en sus circunstancias, en el trabajo, en la vida social, en la vida de familia, en la diversión, en los estudios, ser cristiano. Y eso no significa que seamos perfectísimos, sino que el Señor va a venir en vuestra ayuda, y si estamos unidos a Él, como nos ha dicho Jesús en el Evangelio –“como el sarmiento a la vida”-, Él no nos va a dejar, Él os va a ayudar, Él os va a dar la fuerza para responder como cristianos en los distintos momentos y circunstancias. Podemos pasar, como pasamos todos, temporadas más difíciles, incluso crisis de fe. Podemos como apagarnos o enfriarnos, pero esa semilla que hoy va a revertecer en vosotros, esa semilla que ha puesto ya Dios en vuestro corazón por el bautismo, el don de la fe, y que hoy revitaliza el Espíritu Santo. Es Jesús mismo el que os va a mover, nos mueve. Dice la Sagrada Escritura que no podemos ni tan siquiera decir Jesús es el Señor, si no es por el Espíritu Santo. Es el mismo Jesús el que nos lo recuerda hoy en el Evangelio: “Sin Mí no podéis hacer nada”. Y así aquellos pobres hombres, aquellos pobres apóstoles, aquellos pobres cristianos, junto con las santas mujeres, cambiaron el mundo.
Y por eso hoy llenamos nuestra catedral. Por eso, a lo largo de los siglos, como ahora, en muchas partes del mundo está presente la Iglesia de Cristo, están presentes los cristianos, incluso algunos sufriendo el martirio. Desde el año 2022 al 2025, han muerto 10.000 cristianos en Nigeria. Hoy ser cristiano es jugarse el tipo, no es tener un carnet, no es apuntarse porque me gustan las cosas de la Iglesia, o no simplemente es un requisito. No vale eso de ser creyente, pero no practicante. No vale ser cristiano a temporadas si me van las cosas bien y después Dios como si fuese para usar solo en caso de emergencia. Sino, como decía Santa Teresa de Jesús, lo decía de sus tiempos, en el siglo XVI -decía ella- “en estos tiempos recios hacen falta amigos fuertes de Dios”. Nuestros tiempos necesitan también amigos y amigas de Dios, amigos de Jesús y amigas de Jesús, que den la cara por Él, que no se escondan de sus convicciones cristianas o no las guarden y no se avergüencen de rezar. Que den con el testimonio de Jesús que nace del Sacramento y de la fe, de la gracia definitiva, den testimonio de Él.
Vais a recibir el don de sabiduría, el don de entendimiento, el don de ciencia, el don de piedad, el don de consejo, el don de fortaleza, el don de temor de Dios. Vais a recibir esa gracia y esa fuerza de Jesús, para que oréis como un hijo ora a su padre, no sólo como si fuese una cosa mágica, no mirando para los lados a ver si alguien me ve o no me ve. Vais a recibir la fuerza de Jesús para manifestaros como cristianos en vuestros ambientes, para tener los criterios de Jesús que habéis aprendido en la catequesis, en vuestra formación y que no es una cosa para examinarse de un examen como puede ser la selectividad o puede ser cualquier otro examen. Es para vivirlo, es para mostrarlo, porque el mejor predicador es ‘fray ejemplo’ y porque el Señor nos quiere así, amigos suyos de verdad. Y vuelvo a repetir, no es que seamos perfectísimos, mejores que los demás, pero el Señor nos da su fuerza si estamos unidos a Él.
Y cuando no estamos unidos a Él, cuando nos desgajamos por nuestro pecado, por nuestro egoísmo, por nuestro materialismo, por nuestras ideologías, cuando nos separamos de Él, al mismo tiempo se produce una falla de humanidad. Al mismo tiempo, ya no amamos como debiéramos, con el amor y la ternura de Jesús en nuestro corazón. Yo os animo y le pido hoy al Señor, mientras han ido diciendo cada uno de vuestros nombres, he pedido por vosotros, por cada uno y por cada una, para que seáis amigos fuertes de Dios, cristianos de verdad.
Que la Santísima Virgen, la Madre Nuestra, a la que invocamos como Nuestra Señora, la Virgen de las Angustias, os acompañe, os cuide siempre, y no os olvidéis de Ella nunca.
Que seáis buenos hijos, buenos amigos de Dios, y, como Ella le dijo a aquellos criados en las bodas de Caná, “haced lo que Él os diga”, lo que os diga Jesús. Vivid, por favor, como Dios manda.
Así sea.
+ José María Gil Tamayo Arzobispo de Granada 21 de mayo de 2025 S.A.I Catedral de Granada
Un total de 131 personas recibieron el Espíritu Santo, de manos del arzobispo, en la primera de las distintas celebraciones que continuarán la semana que viene, con grupos procedentes de parroquias, colegios, grupos diocesanos, congregaciones, Arzobispado Castrense y Pastorales.
La S.A.I Catedral de Granada acogía ayer miércoles día 21 la primera de las distintas celebraciones del Sacramento de la Confirmación que se llevarán a cabo en los próximos días, durante la semana que viene.
Hasta 131 personas, procedentes de distintas parroquias, colegios, grupos, Arzobispado Castrense y delegación para la Educación Católica y Enseñanza Religiosa recibieron este Sacramento de iniciación cristiana de manos de nuestro arzobispo D. José María Gil Tamayo.
Numerosos familiares, amigos y fieles en general acudieron también a la celebración del Sacramento, completando la catedral hasta su última bancada. Asimismo, se ofrecieron las palabras durante toda la celebración en lenguaje de signos.
Los confirmandos proceden de las parroquias de Santo Domingo (Realejo), de Las Gabias, de San Agustín, Sagrada Familia, de Víznar, de Cenes de la Vega y de San Gregorio Bético; del Grupo de San Francisco; de los Salesianos; del Arzobispado Castrense; del Colegio Ave María Vistillas (Casa Madre); y de la delegación episcopal para la Educación Católica y Enseñanza Religiosa.
RECIBIR EL ESPÍRITU SANTO
El arzobispo incidió en sus palabras durante la homilía en el don del Espíritu Santo y en el significado de este Sacramento, con el que se completa los Sacramentos administrados de iniciación cristiana. “Ahora vais a recibir el Espíritu Santo, como aquellos primeros cristianos para dar testimonio de Jesús en el mundo, para dar testimonio en nuestra época, sin avergonzarnos de él; para ser cristianos, no sólo de nombre, sino en vuestra vida, cada uno con su manera de ser, en sus circunstancias, en su trabajo, en la vida social, en la vida de familia, en la diversión, en los estudios: ser cristiano”, señaló el arzobispo Mons. José María.
En sus palabras, dirigidas especialmente a los confirmandos, les recordó que ser cristianos no significa ser “perfectísimos, sino que el Señor va a venir en vuestra ayuda. Y si estamos unidos a Él, como nos ha dicho Jesús en el Evangelio, como el sarmiento a la vida, Él no nos va a dejar”. “Y Él os va a dar la fuerza para responder como cristianos en los distintos momentos y circunstancias”, afirmó.
En este sentido, el arzobispo apuntó que a lo largo de la vida pueden suceder situaciones que nos lleven a alejarnos de Dios –“podemos apagarnos o enfriarnos”, señaló-, pero “esa semilla que ha puesto ya Dios en vuestro corazón por el bautismo, el don de la fe, y que hoy revitaliza el Espíritu Santo, es Jesús mismo el que os va a mover, nos mueve”.
“Vais a recibir la fuerza de Jesús para manifestaros como cristianos en vuestro ambiente, para tener los criterios de Jesús que habéis aprendido en la catequesis, en vuestra formación y que no es una cosa para examinarse de un examen como puede ser la selectividad o puede ser cualquier otro examen. Es para vivirlo. Es para mostrarlo, porque el mejor predicador es ‘fray ejemplo’ y porque el Señor nos quiere así, amigos suyos de verdad. Y vuelvo a repetir, no es que seamos perfectísimos, mejores que los demás, pero el Señor nos da su fuerza si estamos unidos a Él”. (LEER HOMILÍA)
PRÓXIMAS CELEBRACIONES
En la oración de los fieles, entre otras intenciones, se rezó por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, así como por la paz en el mundo.
Las próximas celebraciones del Sacramento de la Confirmación en la Catedral este mes de mayo, administrado por el arzobispo, son las siguientes:
Lunes, 26: Colegio Virgen de Gracia, parroquia de San Francisco de Sales, congregación de las Jesuitinas, Colegio Regina Mundi, Pastoral Universitaria y Centro de Magisterio La Inmaculada).
Martes, 27: Colegios Lux Mundi, Sagrado Corazón de Jesús, El Carmelo, “La Asunción”, “Sagrada Familia” y Divino Maestro del Albayzín.
Miércoles, 28: Colegios Santo Tomás de Villanueva, La Presentación de Granada, Compañía de María, “Nuestra Señora del Rosario” (Dominicas), parroquia de Santa María Magdalena y parroquia del Sagrario-Catedral.
Jueves, 29: Colegios Monaita, Mulhacén, “San Juan Bosco”, Arzobispado Castrense, y de las parroquias San Justo y Pastor y San Gregorio Bético).
Viernes, 30: Colegio Ave María (Casa Madre), de la comunidad de los redentoristas, y de las parroquias de Ogíjares, Guéjar Sierra, Monachil, Huétor-Santillán, Beas de Granada, Santo Ángel Custodio, Valderrubio, San Juan María Vianney, Pinos Puente, San Gil y Santa Ana, y San Isidro.
Esta semana ha comenzado su andadura el Consejo General de la Iglesia en la Educación. El martes 20 quedó constituido el Pleno del Consejo (CGIE) y el miércoles 21 se celebró la sesión constitutiva del Seminario Permanente.
El pasado martes, 20 de mayo, quedó constituido el Pleno del Consejo General de la Iglesia Educación, con la asistencia de la práctica totalidad de sus 60 miembros que representan los diversos ámbitos educativos en los que la Iglesia está presente. La sesión, celebrada en Madrid, fue presidida por Mons. Alfonso Carrasco Rouco, presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura. En esta primera sesión de trabajo del Consejo se presentó su regulación y los consejeros fueron identificando algunos desafíos, en cada uno de sus ámbitos, en este momento actual, que los proyectos educativos de la Iglesia deben atender.
Al día, siguiente, miércoles 21 de mayo, se celebró la sesión constitutiva del Seminario Permanente de este Consejo que será el encargado de organizar los trabajos y hacer el seguimiento de sus objetivos. El trabajo se centró en priorizar los desafíos sobre los que el CGIE deberá trabajar haciendo un diagnóstico riguroso del momento presente y formulando posibles respuestas desde la misión educativa de la Iglesia.
Fruto del Congreso La Iglesia en la Educación
Este Consejo, que está dando sus primeros pasos, todavía ad experimentum, es fruto del Congreso La Iglesia en la Educación, celebrado en febrero de 2024, y es expresión de la urgencia sentida de cuidar la presencia y el compromiso de la Iglesia en la Educación en el momento actual. Se espera que a lo largo de este año 2025 comience a desarrollar su naturaleza y sus fines. El CGIE es un espacio para ahondar la misión educativa de la Iglesia en todas sus presencias, aprendiendo unos de otros, y enriqueciéndonos del camino compartido para mejorar nuestro servicio a la sociedad.
El Consejo General de la Iglesia en la Educación es expresión de la responsabilidad que los obispos españoles asumen con la educación Católica en España, a la luz y en el espíritu de la Declaración del Concilio ecuménico Vaticano II Gravissimum educationis, sobre la base de las normas del Código de Derecho Canónico, en particular de los cánones 793-821, y según las indicaciones de la Instrucción La identidad de la escuela católica para una cultura del diálogo de 2022 de la Congregación para la educación católica.
La finalidad del Consejo es dotar a la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de un instrumento de relación, coordinación, participación y reflexión de las entidades e instancias eclesiales implicadas en la educación católica.
Con el CGIE, la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura ofrece un ámbito de participación, diálogo y trabajo en común que pretende implicar a las asociaciones, federaciones y entidades de los numerosos actores que contribuyen a la misión educativa de la comunidad cristiana; con la finalidad de apoyar el camino de la educación católica y promover una coordinación orgánica que permita mejorar la acción educativa de la Iglesia en la sociedad y su articulación en la pastoral.
Monseñor Demetrio Fernández entregó el Decreto al párroco, al hermano mayor y miembros de la comisión preparatoria
La Hermandad de Ntra. Sra. del Carmen de Montoro recibió el pasado 19 de mayo el Decreto de Coronación Pontificia de la Santísima Virgen del Carmen. El administrador apostólico de la diócesis de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, hizo entrega del mismo al párroco de Ntra. Sra. del Carmen, Carmelo Santana, al hermano mayor de la Hermandad y a los miembros de la junta directiva y la comisión organizadora de la Coronación de la Virgen. Está previsto que la Coronación de la Virgen tenga lugar el 27 de septiembre, fecha hasta la que están previstas distintas actividades.
Algunas de estas actividades ya se han llevado a cabo y la semana pasada Nuestro Padre Jesús nazareno y Nuestra Señora del Carmen visitaron la residencia de ancianos de la localidad y el barrio ribereño del Retamar. Quedan por delante meses de celebraciones durante el Año Jubilar que con tantas ganas ha preparado la Hermandad. Un acontecimiento histórico que quedará guardado para siempre en la memoria de los fieles de Ntra. Sra. del Carmen.