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El testimonio de la futura santa Madre María del Socorro, en El Espejo

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NoticiaEl Espejo

Apertura de la fase diocesana de la causa de canonización de Madre María del Socorro

Publicado: 07/12/2024: 97

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COPE Málaga

La superiora de la comunidad de las religiosas Mínimas de Archidona, Madre Lourdes, ante la clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación y canonización de Madre María del Socorro, explica algunas de las características de la futura santa que siguen dando luz a los cristianos de hoy día. Es una de las protagonistas del programa de este semana. Aquí tienes el podcast.

El Espejo de esta semana:

  • te invita a la II Muestra de Dulces de Convento que se celebra en el Palacio de Congresos de Ronda del 6 al 9 de diciembre
  • te cuenta los titulares de la semana
  • te relata lo que Málaga aportó a las Semanas Sociales
  • entrevista al sacerdote diocesano Rafael Vázquez, delegado de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Diócesis de Málaga y director de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, que explica las razones de la publicación de la nota doctrinal sobre la práctica de la sanación intergeneracional
  • entrevista a Madre Lourdes, superiora de las religiosas Mínimas de Archidona, que nos invita a participar en la clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación y canonización de la Madre María del Socorro, el sábado 14 de diciembre, a las 10.00 horas, en el Santuario de la Victoria
  • te cuenta cómo celebra el Seminario Diocesano la Solemnidad de la Inmaculda Concepción con el testimonio de los seminaristas David y Huberto, que reciben los ministerios de lectorado y acolitado, respectivamente. 
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El Espejo Andalucía, 6 de diciembre de 2024

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Encarni Llamas Fortes

Encarni Llamas Fortes es madre de tres hijos. Periodista que desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. Bachiller en Ciencias Religiosas por el ISCR San Pablo.

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Merche Vega, laica de la parroquia de la Amargura, recibe el Premio Voluntaria del Año 

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El Teatro Cervantes de Málaga acogió la gala de entrega de los XX Premios ‘Málaga Voluntaria’, organizada por el Ayuntamiento, en la que se reconoció la labor de los colectivos y personas que destacan en el campo de la acción voluntaria organizada, entre ellos, Merche Vega, feligresa de la parroquia de la Amargura, en Málaga, implicada en diversas actividades parroquiales y diocesanas, que recibió el Premio Voluntaria del Año.

Esta cristiana comprometida lleva más de 20 años llevando el Evangelio al mundo como voluntaria en diversas instituciones: oncología infantil, el Teléfono de la Esperanza y la Fundación Cudeca. En esta última lleva más de 10 años y es por ello por lo que recibió el premio. En palabras del jurado: «desde hace más de diez años su labor ha transformado la vida de los pacientes y sus familias, aportando no sólo apoyo, sino también una calidez y empatía que van más allá de lo esperado. Para ella el bienestar y la dignidad de cada persona son la prioridad. Su ejemplo recuerda el poder transformador de la compasión y la solidaridad».

En esta gala, organizada por el Área de Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Málaga, y con la presencia del alcalde Málaga, Francisco de la Torre, se premió además a asociaciones Nena Paine, Marroquí para la Integración de los Inmigrantes, Afibroma, Incide, la Fundación Alonso Quijano y el Grupona de la Policía Local de Málaga. 

Los Premios Málaga Voluntaria distinguen la labor desarrollada por personas y colectivos que destacan por su dedicación voluntaria y desinteresada, impulsando la práctica del voluntariado como forma de subrayar el papel activo de la ciudadanía en el gobierno de la ciudad y de fomentar valores democráticos esenciales.

Por una ciudad más compasiva

Hace sólo dos meses, Merche Vega presentaba en el programa El Espejo de COPE Málaga la iniciativa “Por una ciudad más compasiva”, «con el objetivo de concienciar sobre la importancia de los cuidados paliativos al final de la vida, el acompañamiento emocional, médico y espiritual a personas en situación de enfermedad avanzada y terminal; y a fomentar la mirada compasiva de los ciudadanos».

Una iniciativa en la que están implicadas la Hermandad de Salutación y Patrocinio de Málaga, la Fundación Cudeca, la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), la Pastoral de Salud de Málaga, la Fundación Dignia y Fundación Lágrimas y Favores. 

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Mons. Argüello: “Ofrezcamos experiencias de amistad civil, social y de fraternidad universal”

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Mons. Argüello: “Ofrezcamos experiencias de amistad civil, social y de fraternidad universal”

El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, ha presidido la Eucaristía ante la imagen de la Virgen de Consolación, patrona de la localidad de Utrera. La Misa, que se ha celebrado en el altar del Jubileo de la Catedral de Sevilla, ha cerrado la tercera sesión del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular.

Junto al prelado vallisoletano, han concelebrado el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses; el nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza; monseñor Madila, arzobispo emérito de Kananga; monseñor Ulloa, arzobispo metropolitano de Panamá; monseñor Gil Tamayo, arzobispo de Granada; monseñor Garciandía, obispo de Palencia; y los obispos auxiliares de Sevilla, monseñor León y monseñor Valdivia.

En su homilía, el arzobispo de Valladolid se dirigió a la asamblea para destacar que “hacéis que resuene con especial fuerza la Iglesia, como asamblea de llamados, como pueblo que peregrina y viene aquí a este cenáculo”. Saludo de forma especial a los fieles procedentes de Utrera, “que ofrecéis el regalo de la Virgen y madre de Consolación”, y en alusión a la lectura del Evangelio, ahondó en el término ‘tocar’, que “une liturgia y lo que vivimos en la devoción popular”. En este contexto, afirmó que “mirando al Señor y a la Virgen, sentimos cómo su mirada no solo se dirige a nosotros en la distancia, sino que también nos toca, y al tocarnos nos salva”.

En otro momento de su homilía, monseñor Argüello señaló “la experiencia de la fragilidad, que nos hace decir ten compasión de nosotros”. “Cuántas veces buscamos el rodeo, el rodeo de la Madre”, añadió.

“¿Qué puede ofrecer la Iglesia a la sociedad española?”

Aludió también a la celebración hoy viernes del Día de la Constitución, y se preguntó “qué puede ofrecer la Iglesia a la sociedad española, qué podemos ofrecer las hermandades y cofradías a la hora de contribuir a nuestra nación”. Aludió al papa Francisco para afirmar que la respuesta de la Iglesia y de los cristianos radica en ofrecer “experiencias de amistad civil, social y de fraternidad universal, cómo no ofrecer alegría y esperanza, y una mirada de esperanza a aquellos que sufren”.

Concluyo invitando a los presentes a vivir la liturgia “en la que el Señor nos toca”. “Miremos a nuestras imágenes, en las que el Señor y su Madre nos mira, llevemos la alegría del Evangelio, que se hace luz y salvación, para nosotros que la experimentamos y para nuestros hermanos”, concluyó.

 

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Carlos María Galli: “La piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros”

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Carlos María Galli: “La piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros”

‘La religión católica popular: Expresión inculturada de la fe cristiana’, ha sido el título de la ponencia pronunciada la tarde de este viernes por el sacerdote Carlos María Galli, presbítero de la iglesia de Buenos Aires, profesor ordinario titular y director de doctorado en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina en la que obtuvo el grado de doctor en 1993.

Autor de seis libros, es coeditor de 35 obras colectivas en la Argentina y el exterior. Es una de las voces latinoamericanas que más resuenan en esta nueva evangelización con una aportación fundamental en la profundización del fenómeno de la piedad popular en el mundo. Entre sus libros destacan; ‘La verdad los hará libres: la Iglesia Católica en la espiral de violencia en la Argentina, 1966-1983′ (2003); ‘Dios vive en la ciudad’ (2014), ‘Fe y piedad popular (2015), ‘La reforma y las reformas en la Iglesia’ (2016).

En 2007 fue perito teológico en la Conferencia de Aparecida, colaborando estrechamente junto al entonces cardenal Bergoglio en la redacción del documento final. Esta cercanía al papa Francisco ha influido sustancialmente en algunos aspectos del actual pontífice como es la pastoral en las grandes ciudades o la atención a la teología popular. En la actualidad es miembro de la Comisión Teológica Internacional, socio correspondiente de la Pontificia Academia Teológica y miembro del Equipo de Reflexión teológico-pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

Tres momentos

Citando Evangelii Gaudium, 126, subrayó que “las expresiones de la piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización, porque la teología debe aprender, profundizar, sistematizar las expresiones de la piedad católica popular que representan el sentido de la fe cristiana”. Su reflexión teológica se articuló en tres momentos:  La piedad católica popular como una expresión de la religión cristiana en una cultura (1), que se nutre del sentido de la fe del conjunto de los fieles (2); y constituye un lugar eclesial para pensar una teología teologal e inculturada (3).

La religión católica popular

Para Galli, “el cristianismo popular atraviesa la historia de la Iglesia y marca la fisonomía del catolicismo latino, ibérico e hispanoamericano. En América Latina la revalorización de la piedad popular comenzó entre las conferencias episcopales de Medellín (1968) y Puebla (1979), y se manifestó a nivel mundial en el Sínodo de los Obispos de 1974 sobre La evangelización del mundo contemporáneo”.

Así, “la valorización de la piedad popular tuvo eco en la exhortación Evangelii nuntiandi de san Pablo VI en 1975. El número 48 es la carta magna de la piedad popular o religión del pueblo”, porque “la religión popular latinoamericana, en su forma cultural más característica es expresión de la fe católica, una expresión privilegiada de la inculturación de la fe católica”. En línea con lo afirmado por san Pablo VI, “la Conferencia de Aparecida comprende la piedad popular como una forma de encuentro con Cristo. La llama ‘espiritualidad o mística popular’ porque es una viva experiencia espiritual, una verdadera experiencia del amor teologal que penetra delicadamente la existencia personal de cada fiel y, aunque también se vive en una multitud, no es una espiritualidad de masas”.

Añadió que “la religión es la dimensión más importante de la vida del ser humano y de la cultura de un pueblo. La piedad popular no es la sola actitud interior de la fe, ni la mera práctica religiosa exterior. Incluye las creencias, las actitudes y la oración. Genera una espiritualidad o una mística, la que en el cristianismo es obra del Espíritu de Dios. La piedad popular no es un residuo de devociones tradicionales o marginales, sino la expresión de la fe del Pueblo de Dios en un ethos cultural determinado. Las manifestaciones visibles de la fe constituyen un signo de pertenencia espontánea de los miembros de un pueblo a la Iglesia y una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo”.

Por tanto, “la piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros, donde se recogen las más hondas vibraciones de la América profunda. La teología católica valora la piedad popular sin reducirla a las motivaciones de orden sicológico o sociológico que la generan, como en toda vivencia. Esta teología de la fe y la religión ayudó a la Iglesia latinoamericana a revalorizar la piedad popular como una expresión de la fe católica inculturada. Entre nosotros se dio un original círculo hermenéutico entre la noción eclesiológica de Pueblo de Dios y la experiencia viva de la religión popular. Esta se manifiesta al dar o pedir una bendición, peregrinar al santuario, festejar un aniversario, hacer una promesa, o celebrar un bautismo, que es, a la vez, liturgia y piedad popular”, destacó.

Una expresión inculturada de la fe cristiana

Galli desarrolló el segundo aspecto de su ponencia basándose en esta afirmación: “La piedad católica es una expresión teologal y cultural del encuentro con Cristo, que contiene un potencial de santidad, justicia y misión”. Citando Evangeli Gaudium refirió que “en ese amado continente, donde gran cantidad de cristianos expresan su fe a través de la piedad popular, los obispos la llaman también espiritualidad popular, o mística popular”.  Con el papa Francisco, “la teología del Pueblo de Dios recupera el lugar central que tuvo en el Concilio Vaticano II y que se desdibujó después de 1985 en documentos del magisterio. Esta eclesiología se vincula a un pensamiento gestado en las dos facultades teológicas de la Argentina, en Buenos Aires y en San Miguel”.

En la exhortación Evangelii gaudium del Santo Padre, el tema de la piedad católica popular se encuentra en dos secciones sobre la misión evangelizadora. El capítulo II discierne signos de nuestro tiempo e incluye los Desafíos de la inculturación de la fe. El III incluye una sección sobre La fuerza evangelizadora de la piedad popular. El capítulo histórico señala el valor de la piedad en “una cultura marcada por la fe… una cultura popular evangelizada en las culturas populares de los pueblos católicos”. El capítulo teológico enseña que la inculturación genera expresiones de la fe según la idiosincrasia de cada pueblo. “Cuando en un pueblo se ha inculturado el Evangelio, en su proceso de transmisión cultural también transmite la fe de maneras siempre nuevas; de aquí la importancia de la evangelización entendida como inculturación”.

Una fe hecha cultura

En España hay muchísimas manifestaciones de la fe popular en Cristo. “Desde el Niño en brazos de su Madre hasta el Señor Crucificado, el cual recibe muchos nombres: nuestro Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad, Jesús del Gran Poder, Jesús de la agonía o del entierro, Cristo de la Expiración, Cristo yacente, Cristo de Amor o del Silencio. En el inicio de la modernidad la espiritualidad franciscana comenzó a celebrar la humanidad de Dios en la Navidad y en la Pasión generando devociones y cofradías. La riqueza de las expresiones de la piedad popular, sobre todo en la Semana Santa, muestran su valor teologal, su índole religiosa, su identidad cultural, su fuerza evangelizadora, su riqueza artística. La unidad del sentido religioso se diversifica en muchas formas locales. Los cortejos procesionales con las imágenes de Jesús y su Madre, y el abrazo simbólico entre la Virgen de los Dolores y el Jesús Nazareno, expresan visiblemente una fe hecha cultura o una cultura hecha fe”.

El sentido de la fe de los fieles

Carlos María Galli ha destacado que “la mirada de la fe animada por el amor pastoral reconoce la riqueza teologal de la mística popular”. Por tanto, “para entender esta realidad hace falta acercarse a ella con la mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar sino amar. Sólo desde la connaturalidad afectiva que da el amor podemos apreciar la vida teologal presente en la piedad de los pueblos cristianos, especialmente en sus pobres. Pienso en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo que se aferran a un rosario, aunque no sepan hilvanar las proposiciones del Credo, o en tanta carga de esperanza derramada en una vela que se enciende en un humilde hogar para pedir ayuda a María, o en esas miradas de amor entrañable al Cristo crucificado. Quien ama al santo Pueblo fiel de Dios no puede ver estas acciones sólo como una búsqueda natural de la divinidad. Son la manifestación de una vida teologal animada por la acción del Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones”.

En 1531 sucedió el acontecimiento guadalupano, donde María, la gran discípula misionera, “trajo el Evangelio a nuestra América. En Guadalupe, Dios le regaló América Latina a la Virgen y la Virgen a América Latina. Esto se percibe en la vida cotidiana, en el arte religioso y en la cultura común de muchas personas, familias y pueblos. La Iglesia latinoamericana tiene una piedad mariana moderna de raíz ibérica y con rostro mestizo, que no se gestó del cristianismo antiguo ni de la cristiandad medieval, sino que es una síntesis original. El rostro moreno de la Virgen de Guadalupe lleva a su pueblo en la pupila de sus ojos. Ella ha gestado y acompañado un profundo y cálido sentido de pertenencia al Pueblo de Dios”.

Un lugar teologal y teológico

Galli puntualizó que “los laicos participan de la función profética de Cristo y de toda la Iglesia y aportan al discernimiento orante desde sus carismas y competencias”. En tal sentido, “la piedad popular tiene sentido eclesiológico. Para el Santo Padre “es un espacio libre en el cual los fieles siguen la guía del Espíritu sin la tutela del clericalismo. Dios enriquece en la fe a los pobres de este mundo. La fe hecha religión los lleva a poner su esperanza en Dios. Por eso, la opción por los pobres es una categoría teológica y debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria. Esta verdad funda la autonomía en comunión propia de las hermandades y cofradías, y llama al acompañamiento amoroso de los pastores”.

Una teología teologal y compasiva desde la fe popular

A lo largo de su disertación, Carlos María Galli acentuó que “el Papa mira, valora y quiere a la Virgen como la mira, la valora y la quiere un cristiano sencillo. El amor al pueblo implica valorar y aprender de su fe encarnada y de su amor filial”. Por eso, “una teología inculturada desde abajo y desde adentro parte de la fe expresada en la piedad popular”. Esta, a su vez, “es el fruto de una evangelización histórica y culturalmente situada en cada lugar. En América Latina ha sido el resultado de una catequesis mariana ya dada en la primera evangelización de América, desde California hasta Chile y Argentina, por medio de los catecismos y los devocionarios escritos en castellano y en lenguas indígenas. Sobre esa base teologal e histórica es necesario ocuparse teológicamente de la religión del pueblo católico”.

Por lo tanto, “el pueblo creyente mira a la Virgen y en ella ‘lee’ todas las verdades trasmitidas por Dios y resumidas por la Iglesia en el Credo”. Esta sentencia es conforme con la tradición patrística y monástica “que presentó a María como el libro abierto en el cual podemos leer a Cristo, el Verbo legible de Dios. Hay que leer a Cristo en María y leer a Cristo y a María desde la fe del Pueblo de Dios”. En definitiva, “una teología inculturada busca concretar el desafío lanzado por el Concilio Vaticano II al pedir que en las iglesias locales se indague por qué caminos puede llegar la fe a la inteligencia teniendo en cuenta la filosofía o la sabiduría de los pueblos”.

En cuanto a los pueblos creyentes y pobres “viven la fe mirando a María, Reina y Madre de la Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, y le piden: vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos… muéstranos a Jesús. La compasión de María, sabiduría del corazón y corazón de la sabiduría, nos enseña a amar a Dios en el Pueblo de Dios, a gestar una evangelización creativa, a hacer una teología compasiva recogiendo la fe popular.  La Madre de Dios vive la compasión que sienten los andaluces que buscan escaleras para subir al madero y sacarle los clavos al Jesús de la agonía para aliviar su dolor.

El Papa Francisco afirma que el estilo de Dios “es la cercanía, la compasión y la ternura. Invita a ser misericordiosos como Dios, nuestro Padre, es misericordioso. Y como la Madre de Dios sintió compasión de la Pasión y Muerte de su Hijo. María siempre vuelve a nosotros sus ojos misericordiosos. En la encíclica Dilexit nos, al exponer el amor de Jesús hasta el don de su vida en la cruz, el Papa ruega que nadie se burle de las expresiones de fervor creyente del santo pueblo fiel de Dios, que en su piedad popular intenta consolar a Cristo, porque al consolar, somos consolados. Si sufrimos, podemos vivir el consuelo interior de saber que el mismo Cristo sufre con nosotros. Deseando consolarle, salimos consolados”. Quien es consolado por Dios, debe consolar a sus hermanos y hermanas en el Pueblo de Dios. “¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!”, concluyó.

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Lecturas del Domingo II de Adviento (Ciclo C)

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Lecturas del Domingo II de Adviento (Ciclo C)

Primera Lectura

Génesis 3, 9-15. 20

Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer

Después de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo: «Dónde estás?».

Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».

El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».

Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».

El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?».

La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí».

El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Salmo

Salmo 97, 1-4

R./ Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.

El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia. Se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.

Segunda Lectura

Filipenses 1, 4-6. 8-11

 Que lleguéis al Día de Cristo limpios e irreprochables

Hermanos: Siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.

Ésta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena la obra, llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.

Testigo me es Dios del amor entrañable con que os quiero, en Cristo Jesús.

Y esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.

Así llegaréis al Día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.

Evangelio

Lucas 21, 25-28. 34-36

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel: «Cómo será eso, pues no conozco varón?».

El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».

María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

Comentario

La primera lectura nos sitúa en el origen del pecado y las consecuencias del mismo: se rompe la amistad con Dios y nace con ello la desconfianza entre los hombres. Dios no se queda con los brazos cruzados y promete arreglar esto desde la raíz para recuperar la amistad perdida. Establece así una hostilidad perpetua entre la serpiente, símbolo del mal, y la estirpe de la mujer. La promesa está en que el mal sólo podrá herir el talón, mientras que el linaje aplastará la cabeza de la serpiente, vaticinio de la victoria final de Cristo sobre el pecado. El canto agradecido del salmo 97 anticipa la acción que Dios hará en María: ofrecer la salvación a todos por puro amor a nosotros.

El ángel reconoce a María como la “llena de gracia”, que literalmente sería la “colmada de gracia”, acentuando que la iniciativa parte de Dios. Esta plenitud de gracia es la preparación de un don del Señor todavía más grande: María se convertirá en la madre del Hijo del Altísimo, el que traerá el Reino de Dios, el Salvador del mundo. Ante tal misión, María expresa su total disponibilidad, manifestando así su humildad y su generosidad sin par. Una generosidad doble, pues se entrega a Dios para colaborar y, a su vez, entrega a su hijo para nuestra salvación. El Sí de María confirma que estaba “colmada de gracia”, que Dios estaba con ella. El Espíritu de Dios, el mismo Espíritu que estuvo en la Creación, se cierne sobre ella y la convierte en la nueva Eva, madre de la nueva creación, madre del hombre nuevo, madre de Jesucristo el Señor. El Sí de María alimenta la esperanza de que un día seremos totalmente de Dios como lo fue la madre de Nuestro Señor.

Para la reflexión:

  1. En la Eucaristía resuena “El Señor esté con vosotros”. Contempla la celebración litúrgica como el espacio donde crecemos en la amistad del Dios que nos ama incondicionalmente.
  2. El ángel reconoce que “El Señor está con María”, ¿reconocen los demás en mí que el Señor está conmigo?
  3. La presencia de Dios en María provoca disponibilidad y generosidad. ¿Cómo ando yo de generosidad?

Antonio J. Guerra

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HOJA PARROQUIAL ITER VITAE para el tiempo de ADVIENTO

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HOJA PARROQUIAL ITER VITAE para el tiempo de ADVIENTO

Presentamos la Hoja parroquial de San Francisco y San Eulogio. Como siempre, es un sencillo y útil instrumento para conocernos y compartir lo que somos y hacemos en nuestra parroquia. ¡Compártela! ¡Muchas gracias!

ITER VITAE ADVIENTO 2024

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Deán de la Catedral de Jaén: “Las hermandades son un magnífico y eficaz antídoto contra el secularismo” 

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Deán de la Catedral de Jaén: “Las hermandades son un magnífico y eficaz antídoto contra el secularismo” 

La sexta ponencia del amplio programa del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular ha corrido a cargo del sacerdote Francisco Martínez, deán de la Catedral de Jaén bajo el título “Memoria fraternitatis. Culto, caridad y evangelización como expresión de fe y devoción en la historia de la Iglesia”.

Francisco Juan Martínez Rojas (Vilches, 1961). Delegado episcopal de Patrimonio Cultural, Archivos y Bibliotecas de la Diócesis de Jaén y deán del Cabildo Catedral, es doctor en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana; Diplomado en Archivística por la Escuela Vaticana de Diplomática y Archivística; Diplomado en Arqueología Cristiana por el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana de Roma, ocupa desde junio de 2002 el cargo de Canónigo Archivero Diocesano.

Entre su rica producción bibliográfica destacan: Incunables e impresos latinos en las Bibliotecas de Jaén (Jaén, 1994), Los primeros proyectos de fundación del Seminario Conciliar. Episodios de la vida religiosa en Jaén postridentino (Jaén, 1997), Historia de la Diócesis de Jaén (vol. 8 de la “Historia de las Diócesis Españolas”, Madrid, 2003); El resurgir de la Academia Bibliográfica Mariana Virgen de la Capilla: más de tres décadas de investigación mariana en la provincia de Jaén (Jaén, 2019);

Synodicon Baeticum IV: Constituciones conciliares y sinodales de la Abadía de Alcalá la Real y de las diócesis de Jaén y Málaga (Sevilla, 2021). Asimismo, publica en numerosas publicaciones periódicas como Memoria Ecclesia, Anuario de Historia de la Iglesia Andaluza, Giennium o Studia Philologica Valentina.

Fraternitas surgens

Martínez ha estructurado en tres puntos su intervención: Origen y primer desarrollo de las cofradías, tiempos de esplendor y crecimiento y la sombra de la sospecha sobre las cofradías.

Ha destacado tres líneas de fuerza que convergen en el nacimiento y desarrollo de las cofradías, “vínculo comunitario, amor [a Dios] y caridad para con los hombres. Con ello tenemos los rasgos primordiales de estas asociaciones, que se plasmaron en sus textos legislativos particulares: el culto divino y la caridad”.

Por su parte, “las cofradías penitenciales han sido las de mayor pervivencia a lo largo del tiempo y conmemoran la Pasión y Muerte de Jesucristo”. Asimismo, “para dar respuesta a exigencias espirituales más fuertes surgen las congregaciones, cuyos miembros, que se caracterizaban por una mayor formación y nivel de compromiso cristiano más intenso, practicaban la oración mental, la meditación, los ejercicios espirituales”.

Advirtió que “cualquier tipificación de las cofradías, a lo largo de su dilatada historia, debería partir de una triple base, que señalaba Benedicto XVI en su primera encíclica, Deus caritas est: La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (kerygma-martyria), celebración de los Sacramentos (leiturgia) y servicio de la caridad (diakonia). Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra”.

Así, “siendo expresión de la Iglesia como familia de Dios en el mundo, las hermandades y cofradías se autoconcebían, en cierto modo, desde esa triple apoyatura, aunque es cierto que, en la época en que analizamos, no se producía proporcionalmente esa implicación e interdependencia de las tres vertientes de la vida cristiana y había una preponderancia notable del aspecto cultual y del caritativo frente a la evangelización, ya que en una sociedad homogéneamente cristiana, la enseñanza de la doctrina cristiana casi se daba por supuesta, sin que, fuera de los cauces habituales de la predicación y la catequesis, hubiese una necesidad acuciante de arbitrar otros medios específicos de evangelización”.

Tiempos de esplendor y crecimiento

Destacó que la edad moderna pivota sobre dos realidades históricas que tuvieron -y tienen aún- gran repercusión en la vida de la Iglesia. “Por un lado, el nacimiento del espíritu laico y su emancipación con respecto al poder espiritual, al que, cuando se configure el Estado absoluto, terminará controlando”. Y, en segundo lugar, “el estallido de la Reforma protestante, con la ruptura religiosa de Europa y la confesionalización de las diferentes naciones del Viejo Continente. Ambas realidades históricas también influyeron, como no podía ser de otro modo, en la vida de las cofradías y hermandades”.

Añadió que en este período de esplendor experimentaron también un auge inusitado las cofradías sacramentales, las del Rosario, y finalmente las de Ánimas, “en gran parte también como respuesta al cuestionamiento protestante a la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la legitimidad de su adoración en las especies eucarísticas, el lugar de la Virgen María en la vida de los fieles como intercesora, y la validez de la oración por los difuntos, especialmente con la celebración de misas por los fallecidos. En este período, las tres cofradías se convirtieron en obligatorias en la mayor parte de las parroquias”.

Fraternitas suspecta. La sombra de la sospecha sobre las cofradías

Tras el esplendor, “la sospecha y la desconfianza, la crítica, el control obsesivo y los intentos incluso de supresión de las cofradías y hermandades”. El deán de la Catedral de Jaén resaltó que, si el período anterior fue de plenitud, “por no decir de saturación, en cuanto a la vivencia religiosa se refiere, con el s. XVIII se inicia un período en que todavía nos encontramos. Ahora se impone una separación. Se dice que lo religioso es algo de la conciencia, algo privado e interior, y que, por lo tanto, cualquier manifestación exterior no está de acuerdo con la razón”.

Lamentó que “el racionalismo imperante intenta encauzar todas las manifestaciones a-rracionales de la religión. Todo debe ser mesurado, medido, de acuerdo con el recto entendimiento. De ahí que en este Siglo de las Luces (y en parte, también en el siguiente), se combata extremadamente lo que consideraban los ilustrados como excesos del barroquismo”.

El resurgir de la piedad popular y las cofradías y hermandades

Para terminar su conferencia, Francisco Rojas acentuó que “con la celebración y, sobre todo, con la aplicación o recepción del concilio Vaticano II se inicia, una etapa disyuntiva entre religiosidad popular y fe cristiana”. En este sentido, “el valor de la piedad popular para la evangelización y la articulación de la vida cristiana, y dentro de ella el indudable protagonismo de las cofradías y hermandades, ha cuestionado afortunadamente esas sombras de sospecha y el cuestionamiento a que este modo de vivir la fe y estos colectivos eclesiales fueron sometidos desde mediados del s. XVIII hasta tiempos no muy lejanos”.

 

A ello hay que añadir, “limitándonos ya al ámbito andaluz, las aportaciones del magisterio de los obispos del Sur, los primeros en nuestro país en volver a colocar la piedad popular, y las cofradías y hermandades como objeto de atención pastoral, valorando muy positivamente la fuerza evangelizadora que la piedad popular, las cofradías y hermandades tienen, y que, como repite el actual Pontífice, son un magnífico y eficaz antídoto contra el secularismo esterilizante en que vivimos”.

Concluyó su intervención citando el último documento de los obispos del Sur, que lleva por título María, Estrella de la evangelización. La fuerza evangelizadora de la piedad popular, carta pastoral al cumplirse los 30 años del viaje de San Juan Pablo II a Sevilla y Huelva, con fecha 14 de junio de 2023.

“En este documento, los obispos del Sur recuerdan que las cofradías y hermandades deben ser escuelas de vida cristiana -donde se celebre la fe-, refugios de misericordia -actualizando el carisma caritativo que siempre las distinguió a lo largo de la historia-, y portadoras de esperanza -de la esperanza del evangelio de la vida, la única esperanza capaz de llenar de alegría el corazón humano”.

Finalmente, “el deseo que expreso, como broche que cierra mi ponencia, es que este II Congreso Internacional de Piedad Popular y Hermandades, y el ya cercano Jubileo de la Esperanza sean para nuestras cofradías, por decirlo con palabras del papa Francisco, un renovado impulso para que, como toda la Iglesia, las hermandades se dejen animar por el Espíritu Santo y caminen abiertas a los signos de los tiempos y a las sorpresas de Dios, y construyan así, nuevas y bellas páginas de la memoria fraternitatis con ‘evangelicidad’, es decir, caminando tras las huellas de Cristo; ‘eclesialidad’, entendida como caminar juntos; y ‘misionariedad’, o sea, caminar anunciando el Evangelio”.

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Liturgia, historia y derecho, temas centrales de la segunda mesa redonda del Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular

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Liturgia, historia y derecho, temas centrales de la segunda mesa redonda del Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular

La mañana de este viernes ha tenido lugar la segunda mesa redonda titulada ‘Liturgia, historia y derecho’ moderada por Manuel García, profesor de la Universidad de Sevilla. Es esta mesa de conferencias intervinieron Martín Serrano, profesor titular de la Universidad de Sevilla; Gonzalo Guzmán, director de la revista PHASE; Fermín Labarga, sacerdote de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño y Silvia María Pérez, profesora de la Universidad Pablo de Olavide.

La disertación de Martín Serrano ha versado sobre las ‘Cofradías y Derecho en el siglo XXI: ¿Hacia un cambio de paradigma?’. Serrano ha desempeñando su labor docente e investigador en la Facultad de Derecho, en el Departamento de Ciencias Jurídicas Básicas, área de conocimiento de Derecho Romano de la Universidad de Sevilla.

Durante su intervención, Serrano ha manifestado que “la reflexión jurídica que se hacía a finales del siglo XX en Sevilla en el ámbito del Derecho se refería a la naturaleza de las cofradías, si eran de derecho privado o público, no solamente un debate teórico, sino que llegó también a la Santa Sede. Además de la incorporación de las mujeres en el cortejo procesional, eran estos los principales temas internos de los que se hablaban”.

En este sentido, “había muy poca reflexión jurídica y, poca relación con la sociedad civil. Esto ha evolucionado en los últimos años. Una relación que se ha convertido en problemática”, subrayó.

Liturgia y piedad popular

Seguidamente, tuvo la palabra el sacerdote Gonzalo Guzmán, director de la revista PHASE, quien desarrolló una intervención sobre la ‘Liturgia y la piedad popular. Un caso serio’. Durante su alocución ha manifestado que “La relación entre la liturgia y la piedad popular es definitivamente compleja para la teología que ha existido desde los primeros siglos. La piedad popular con sus multifacéticas manifestaciones hace verdadera explosión. Ante una liturgia separada del pueblo ésta se transformó en el gran elemento espiritual celebrativo, entre la liturgia y la piedad popular es posible reconocer algunas contradicciones, las más complejas de todas son aquellas teológicas”.

Actualmente es administrador de la Parroquia de San Juan de Ávila en la Archidiócesis de Barcelona y profesor del Instituto de Liturgia ad instar Facultatis del Ateneo Universitario «Sant Pacià» de la misma ciudad. En su alocución dijo que “la piedad popular debe estar siempre en permanente purificación, porque han sido muchas las ocasiones en que su teología subyacente se aleja o directamente contradice el dato relevado”. En este sentido, “existen otras contradicciones de tipo celebrativo, como, por ejemplo, el exuberante uso de la mímesis por parte de unas y la escueta sobriedad de la anamnesis (memorial), de las otras. También contradicciones de carácter pastoral”.

Sacrosanctum Concilium, pasando por Evangelii Nuntianti hasta Evangeli Gaudium “el avance teológico ha sido importante y la valoración hacia la piedad popular ha crecido considerablemente, aun se está aprendiendo a apreciarla, pero ya se han perdido algunos miedos, si bien no todos y ya se ha afirmado con contundencia que es expresión del sacerdocio común, por ende, ejercicio del sacerdocio de Jesucristo y lugar teológico necesario a considerar al momento de pensar la evangelización”.

Sobre la connaturalidad popular en el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo, dijo que “este notable avance en el magisterio reflejo del quehacer teológico de los últimos 60 años es importante comenzar afirmando la ya aceptada  connaturalidad entre piedad popular y sagrada liturgia , connaturalidad que definiremos como popular, ya que el sujeto celebrante de ambas es el pueblo de Dios, cuya cabeza,  Cristo mismo, gracias al misterio de la Encarnación, ejerce su sacerdocio, así, en ambas, el sujeto celebrante es el Cristo total”.

Connaturalidad en el misterio celebrado

“que no es otro que el misterio de Cristo desplegado multifacéticamente, toda la acción sacerdotal de Jesucristo tiene como punto culminante el misterio pascual, no hay celebración cristiana, litúrgica o no, cuyo centro no sea el sacrificio de Cristo en la cruz y su glorificación, desde los inicios de Cristo, esta centralidad celebrativa fue primordial”.

Guzmán destacó también la connaturalidad pneumatológica, referente al Espíritu Santo, “agente principal de las dos. Liturgia y piedad popular son reflejo del pneuma divino y el pneuma humano, si bien el Espíritu Santo es garante de encuentro con Cristo, su acción epiclética en una y otra es diversa”.

Connaturalidad también en el contenido teológico “con sus dimensiones trinitarias, cristológicas y eclesiales. La liturgia y la piedad popular no responder a dos revelaciones divinas paralelas, sino mediante a la única realizada mediante palabras y hechos intrínsecamente conexos querida por Dios cono economía de salvación, para darse a conocer a sí mismo y a su voluntad, fruto de ese entramada histórico cultural, divino y humano surge la liturgia con sus ritos y oraciones y también surge la piedad popular con sus múltiples manifestaciones. La Sagrada Liturgia es paradigmática y modélica por su carácter performativo sacramental”.

En este sentido, destacó que la “piedad popular, para que sea tal, debe ser un encuentro eclesial con Cristo en el Espíritu de un pueblo que camina al Padre”.  El presbítero Gonzalo Guzmán enunció diversas connaturalidades más, entre ellas, en el lenguaje simbólico. Concluyó que “la relación entre la liturgia y la piedad popular encuentra su punto y camino de armonía necesariamente en Cristo y sus misterios históricos – salvíficos”. Refirió que “se debe trabajar para que entre ambas realidades del único culto del pueblo sacerdotal de Dios se produzca una preciosa sinergia; la anámnesis litúrgica y la memoria contemplativa popular están llamadas a convivir en una sana osmosis cultual, comprendiendo el lugar, similitudes y diferencias de cada una de ellas en la sacramentalidad de la Iglesia”.

Así, “es siempre el Espíritu Santo quien despierta la memoria en los fieles suscitando la acción de gracia la alabanza y realizando su santificación. Como se ha dicho, esta relación teológicamente ha dejado de ser ‘paralela’ o ‘contraria’ y se le comprende como necesaria y estrecha, es decir, connaturales por su sujeto, misterio, contenido y celebración. Se puede decir, desde la perspectiva litúrgica, que una, en cuanto memoria contemplativa – mímesis (piedad popular), prepara y prolonga y, la otra, en cuanto memorial celebrativo – anámnesis, realiza”.

Finalmente, “la aproximación desde la evangelización abre caminos de encuentro y diálogo para que pastores, teólogos y todo el Pueblo de Dios, evitando ‘reduccionismos’, prejuicios y ‘pasiones’, puedan, desde la connaturalidad afectiva, seguir ejerciendo su sacerdocio y celebrar los misterios de Cristo con la noble sencillez litúrgica y con la exuberancia de la piedad popular”.

Cofradías penitenciales

Por su parte, el sacerdote Fermín Labarga dialogó sobre ‘El nacimiento de las primeras cofradías penitenciales españolas’. En su disertación manifestó que “las cofradías de penitencia son el resultado de una serie de fenómenos que convergen en el siglo XVI, un periodo crucial para la Iglesia católica en el que tiene que promover una reforma interna de hondo calado y amplitud”

Labarga es sacerdote de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Doctor en Teología (2000) y en Filosofía y Letras (2012) por la Universidad de Navarra, institución en la que desempeña su actividad como Profesor Ordinario de Historia de la Iglesia, así como Director del Instituto de Ciencias Religiosas. Pertenece además al Grupo de Investigación TrentUN: Trento en el mundo hispánico. Renovación individual, social y cultural.

“¿Cuándo es posible afirmar que nos encontramos ante una cofradía penitencial?” – se interrogó – “Solo cuando existe una cofradía que reúne los cuatro siguientes requisitos: Está dotada de una estructura y organización estable, su advocación está relacionada con la Pasión y celebra una procesión de penitencia durante la Semana Santa”.

Sobre la penitencia resaltó que consistir en el ejercicio de la disciplina, “portar una cruz u otras semejantes, así como en el hecho de ir descalzos y con un hábito específico”, Existen, por tanto, “penitencias cruentas (disciplina, cilicio, golpes, corona de espinas, e incruentas (descalcez ritual, portar cruces al hombro o en forma de empalado, cadenas, u otros elementos)”.

En general, “las cofradías optaron por formas de penitencia no escandalosas ni excesivas, buscando la modestia y la moderación de los penitentes que, por otro lado, debían asegurar su anonimato cubriendo su rostro con un antifaz. El hábito consistía normalmente en una túnica larga de tela basta, al estilo de las camisas o hábitos utilizados por los penitentes públicos”.

Mujeres y hermandades

Silvia María Pérez, pronunció una ponencia titulada ‘Mujeres y hermandades desde la Edad Media hasta la actualidad’.  Natural de El Puerto de Santa María -Cádiz- (1970), es licenciada en Geografía e Historia sección de Historia Antigua y Medieval por la Universidad de Sevilla y doctora en Historia por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. En la actualidad es profesora titular del departamento de Geografía, Historia y Filosofía de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

Su tesis doctoral, leída el treinta y uno de octubre de dos mil uno y titulada “Iglesia y Sociedad en Sevilla en la baja edad media”, obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude por unanimidad.

Destacó queen la mayoría de las grandes religiones las mujeres han tenido un trato diferente al de los hombres con los que comparten creencias”.

Pero hubo excepciones que permitieron a las mujeres medievales tener un papel más amplio a pesar de las limitaciones. “Una opción que tenían las mujeres de finales de este periodo para ampliar sus creencias personales, sus prácticas religiosas y su individualidad era pertenecer a una cofradía. Las cofradías en cualquiera de sus tipos, devocionales, penitenciales o asistenciales, son una de las instituciones más importantes de los grupos laicos. Se podían encontrar tanto en parroquias como en conventos”.

En su exposición, Pérez González, hizo un repaso de los vínculos entre las mujeres y las cofradías en Andalucía a finales de la Edad Media, especialmente los vínculos tras la muerte establecidos a partir de las últimas voluntades y en las reglas de las cofradías, las relaciones de género relacionadas con los rituales funerarios en perspectiva comparada muestran cómo las mujeres tenían el mismo tratamiento que los cofrades varones. La muerte y las cofradías proporcionaron a las mujeres uno de los pocos espacios para la igualdad de género a finales de la Edad Media.

 

 

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Joaquín de la Peña, secretario general del congreso: “La piedad popular no se entendería sin la caridad, que está en la esencia de las hermandades”

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Joaquín de la Peña, secretario general del congreso: “La piedad popular no se entendería sin la caridad, que está en la esencia de las hermandades”

Este mediodía se ha celebrado una rueda de prensa en la que Joaquín de la Peña, secretario general del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular ha asegurado que “nunca antes la Catedral ha sido tan Iglesia Madre de la Diócesis como ahora durante el congreso, porque nunca antes nos habíamos dado cita tantos cofrades bien de la capital como de la provincia, como de fuera de Sevilla”.

Por su parte, Francisco Vélez, presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías, ha confesado que “cuando empezamos hace dos años a organizar el congreso éramos ambiciosos, pero se están superando nuestras expectativas. No podíamos imaginar que llegaríamos a estos niveles”. En esta línea, ha añadido que del congreso puede salir un “corte doctrinal interesante para su estudio posterior y su debate, para que esto no acabe aquí, sino para que tengamos un material y unas herramientas que nos sirvan en el futuro. En definitiva, para que los beneficios de este congreso continúen multiplicándose los próximos meses y años”.

Al respecto, ambos ponentes han destacado el “gran trabajo, esfuerzo e ilusión de las cientos de personas que están trabajando para que esto sea posible”, desde los voluntarios a miembros de las distintas comisiones organizadoras.

Por otro lado, Francisco Vélez, preguntado por la procesión de clausura ha afirmado que “no hay novedades y todo está bajo control. El único imponderable hubiera sido el clima y también este colabora. Además, el acceso a las sillas estará debidamente acotado e identificado”.

Finalmente, De la Peña ha declarado que “la piedad popular no solo es materia de estudio, sino es, sobre todo, materia de sentido, de abrazo, de acogida, de alegría, de fraternidad, de encuentro… Y esta piedad popular no se entendería sin la caridad, que está en la esencia de las hermandades. Quien dice que ama a Dios y no al hermano, miente”.

 

 

 

 

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