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X Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús (Iglesia del Dulce Nombre de Jesús-Antequera)

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Homilía de Mons. Jesús Catalá en la Eucaristía con motivo del X Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús.

DÉCIMO ENCUENTRO NACIONAL DE HERMANDADES Y COFRADÍAS DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS

(Antequera, 18 enero 2025)

Lecturas: Is 62, 1-5; Sal 95, 1-3.7-10; 1 Co 12, 4-11; Jn 2, 1-12.

(Domingo Ordinario II-C)

1.- Celebramos el décimo Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús. Acoge este encuentro la “Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y María Santísima de la Paz coronada de Antequera”, coincidiendo con el 157 Aniversario de la consagración de esta iglesia del Dulce Nombre de Jesús, que es su sede, que tuvo lugar un 19 de enero de 1868. En nombre del entonces Obispo de Málaga bendijo la iglesia Mons. Pablo Benigno Carrión, obispo de Puerto Rico.

Hoy bendecimos el nuevo altar, que es símbolo de Jesucristo, que se ofrece en sacrificio para salvar a toda la humanidad. Cristo es Sacerdote, que ofrece al Padre; Víctima, que se ofrece; y Altar, donde se ofrece. Ofrezcámonos también nosotros como oblación al Señor uniéndonos al sacrificio de Jesús en la cruz, que de manera incruenta se celebra y se actualiza en la Eucaristía. El sacrificio de Cristo en la cruz fue sangrienta, cruenta, violenta y dolorosa; mientras que la Eucaristía es un sacrificio incruento.

2.- En el pueblo del antiguo Israel eran los padres quienes solían imponer el nombre de sus hijos, como también suele suceder en nuestra cultura. Pero el nombre de Jesús fue impuesto por el mismo Dios a la Virgen María, a través del ángel Gabriel en la Anunciación: «Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús» (Lc, 1, 31).

El significado del nombre Jesús es “Dios salva” o “Dios es salvación”, haciendo referencia a la misión de Jesucristo en la tierra, para salvar a la humanidad del pecado y otorgarle la vida eterna.

Felicitamos a las Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús que participáis en este Encuentro Nacional. Y os pedimos que promováis la devoción del Nombre de Jesús, porque «no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos» (Hch 4, 12).

El papa Francisco ha impartido su Bendición Apostólica para este Encuentro “con el deseo de que, siguiendo el ejemplo de san Francisco de Asís, tengan siempre este bendito nombre en sus corazones como miel en la boca”.

Una hermosa manera de rezar son las “jaculatorias”, que son oraciones cortas: de alabanza, de adoración, de perdón, de acción de gracias, de petición de bienes. Podéis hacer oraciones cortas con el nombre de Jesús: “Señor Jesus, tened piedad y misericordia de mí”, “Señor Jesús, te quiero”, “Señor Jesús, gracias”.

3.- Desde los primeros siglos los cristianos empezaron a invocar este bendito nombre. Pero la devoción al Dulce Nombre de Jesús se establece en el Concilio de Lyon (1274), cuando el papa Gregorio X dictó una Bula para desagraviar los insultos que se manifestaban contra el Nombre de Jesús.

Las órdenes religiosas de los dominicos y los franciscanos fueron las encargadas de custodiar y extender esta devoción por toda Europa.

Con el nombre “Sociedad del Santo Nombre de Dios” fue fundada en 1430 por Fray Diego de Vitoria en el Convento de San Pablo de Burgos la primera Cofradía del Dulce Nombre de Jesús de España mediante la Bula “El nombre de Jesucristo, Salvador nuestro” (Salvatoris et Nomini Nostri Iesu Christi).

Como fiesta litúrgica se celebró por primera vez en el año 1530, cuando el papa Clemente VII concedió a la Orden Franciscana el privilegio de poder celebrarlo como Oficio propio.

Con posterioridad, en el año 1721, el papa Inocencia VI la estableció como fiesta para toda la Iglesia latina en tiempo navideño, en el segundo domingo después de la Epifanía. San Pío X la trasladó al primer domingo de enero, si no coincidía con la Epifanía; de lo contrario el Nombre de Jesús se celebraba el día 2. Después del Concilio Vaticano II desapareció como fiesta litúrgica; y, finalmente, el papa Benedicto XVI la puso como fiesta fija el día 3 de enero.

4.- El evangelista Juan nos ha narrado con detalle las Bodas de Caná de Galilea, en las que participaban Jesús, su madre y sus discípulos (cf. Jn 2, 1-2), compartiendo la alegría de los novios, que empezaban su nueva vida en común y el encuentro con los amigos.

En una fiesta no puede faltar el vino, que es símbolo de alegría, de fraternidad, de compartir, de generosidad; el vino saca la chispa que crea júbilo y fiesta.

Pero en esas Bodas el vino se terminó; y María, la Madre de Jesús, siempre atenta a las necesidades de los demás, se dio cuenta. Entonces acudió a Jesús, quien parece que no le hizo mucho caso (cf. Jn 2, 3-4); pero ella se dirigió a los sirvientes diciéndoles: «Haced lo que él diga» (Jn 2, 5).

Y Jesús convirtió el agua en vino, renaciendo la alegría en aquella fiesta nupcial. Todos quedaron maravillados por el vino excelente y abundante.

5.- Es muy significativo que el primer milagro de Jesús fuera en una fiesta de boda, para significar que él había venido a desposarse con la humanidad, para llegar al corazón de cada persona en su dimensión más honda, la esponsal, y llenarla de sentido. La relación más profunda entre dos personas es la esponsal. Jesús es el Esposo de la Iglesia y de la humanidad, por quien da la vida.

Jesús ha venido a restaurar lo que el pecado había roto y saciar la sed de inmortalidad del corazón humano. En nuestra sociedad parece que todo termina cuando se dice que se acaba el amor entre los esposos; y la única solución a este fracaso sea rehacer cada cual su propio camino. Pero esta no es la solución, porque el amor no termina. Finalizan, claramente, los deseos, los sentimientos, los gustos, las pasiones, los placeres; pero el amor es eterno; porque el amor es “darse”; no es tomar al otro para el propio placer.

Si Jesucristo está presente en la familia y entre los esposos, se puede recurrir a María para que le diga a su Hijo que “no tienen vino”. Jesús puede sacar el buen vino, para que el amor y la felicidad no acaben nunca. Si el amor primero entre esposos se ha enfriado, puede reavivarse con la petición humilde a Jesús, que ha venido para llenar el corazón humano de gozo y recomponer la dimensión esponsal.

6.- Cristo ha instituido el sacramento del matrimonio por el que los esposos son consagrados por la acción del Espíritu Santo, para amarse mutuamente durante toda la vida con una entrega plena. En ese proceso es preciso cada día renovar el amor, aprender a perdonarse y aceptarse mutuamente.

Jesús ha santificado el matrimonio, cuyas raíces están en la misma creación del ser humano: «Varón y mujer los creó (…) y les dijo Dios: Sed fecundos y multiplicaos» (Gn 1, 26-28), elevando el matrimonio a la categoría de sacramento y significando la unión de Cristo con su esposa la Iglesia, como dice san Pablo: “Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a su Iglesia” (Ef 5, 32). Cristo es el verdadero Esposo que se desposó con la Iglesia para siempre y entregó su vida por ella; y continúa entregándose a la Iglesia, cuyos miembros somos nosotros.

Y, aunque os parezca un poco atrevido, teológicamente es cierto que nosotros somos la Esposa de Cristo; y en nuestra relación con Jesús, de Dulce Nombre, hay una relación esponsal. Su amor hacia nosotros es esponsal y el amor con que debemos corresponderle es esponsal; que quiere decir de entrega total.

7.- Para llevar adelante este proyecto los esposos necesitan de la gracia de Dios, porque no son capaces de ello con sus solas fuerzas. Jesús ha venido para hacerlo posible.

Queridos cofrades, mantened la fe bautismal junto con la esperanza y el amor, en esta sociedad que cada vez se aleja más de Dios; que el centro de vuestra vida sea Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios Salvador. Mantened y promoved la devoción al Dulce Nombre de Jesús.

Como María nos invita, hagamos «lo que el Señor nos diga». Y agradezcamos que, en nuestro tiempo, el vino nuevo nos haga recuperar la alegría de la fiesta, el gozo de la familia y la fraternidad de las hermandades. Amén.

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Carta a un cura bueno que ya ha llegado

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Semblanza de D Alfonso Arjona Artacho preparada por su amigo y compañero, el también canónigo D. Francisco Aranda y leída durante la Misa Corpore Insepulto celebrada en la Catedral de Málaga el sábado 18 de enero de 2025.

CARTA A UN CURA BUENO QUE YA HA LLEGADO

Si el que canta ora dos veces… cuántos rezos acumulados por este pequeño cordobés, luego asentado en Málaga, que vio la luz en Benamejí en aquel oscuro verano del 36 y que se cría en los complicados años que transcurren desde ahí hasta… muchos años después en la postguerra española.

Si un cristiano triste es un triste cristiano, que gigante de la alegría compartida fue este enclenque hijo de María y Jacinto:

Ya de niño apuntaba maneras y se arrancaba entre verdiales, soleares, bulerías o lo que terciara, en su pueblo y en su otra casa, la del Seminario de Málaga, -aquí por Gregoriano y otros menesteres- que soñó el obispo  de los Sagrarios Abandonados, de la Eucaristía, de la Inmaculada  y de los curas- a los que quería de verdad-, para que no fueran “funcionarios con sotana”, para que vivieran “de balde y con todo lo nuestro”.

En el centenario de la apertura académica del Seminario Conciliar Diocesano, origen y fundamento de su “Sueño Pastoral”. ¡Tan cerca de la celebración de esta efeméride …se nos fue…! ¿Coincidencias del azar?, Puede ser, aunque esta que es la rúbrica con la que Dios firma sus actos.

También en tantos lugares- campos de nuestra diócesis tan esmirriados, escuelas rurales, alquerías, parroquias de costa, mar y ciudad- centros de formación … Con un leve guiño a su inolvidable Torre del Mar y sus torreños  pescaores de las Mimosas y aledaños. Al alborear el dia se levantan con un deje  de esperanza y miedo ante el misterio del mare Nostrum, hoy por desgracia Mare mortuum.

Tocaba todos los palos, porque ha sido un cura poliédrico

He andado muchos caminos,

he abierto muchas veredas;

he navegado en cien mares,

y atracado en cien riberas

Y en todas partes he visto

gentes que danzan o juegan,

Nunca, si llegan a un sitio,

preguntan a dónde llegan.

Cuando caminan, cabalgan

a lomos de mula vieja,

y no conocen la prisa

ni aun en los días de fiesta.

Donde hay vino, beben vino;

donde no hay vino, agua fresca.

Son buenas gentes que viven,

laboran, pasan y sueñan,

y en un día como tantos,

descansan bajo la tierra

Y, sobre todo, normal.

Me lo aconsejaba en mis años jóvenes, recién estrenado de cura, en la Parroquia de San Gabriel que fue su gloria y su cruz:

Paco -me decía en la antigua capilla del sagrario que diseñó Vincet- cada día lo primero que le pido al Señor es que sea normal.

Y lo fue: humano, tal vez demasiado humano; cordial, alegre, sincero, bragado en las alegrías y las penas, en el triunfo y en el fracaso, contra viento y marea, que de todo hubo en la viña del Señor.

Y amigo, muy amigo, de los amigos. En su casa cabíamos todos, todos, todos y siempre hasta hoy que nos dejas. Gracias Jadilla por tanto.

Y muy amigo de Jesús y de María.

Mas todavía: Para mí, escribía, Jesús es todo: El camino, la verdad y la vida. Siempre por recorrer, siempre por quien comprometerse, siempre por vivirse. Trato de correr… ¿Llegaré algún día?, se preguntaba.

Y conoció el dolor. Claro que sí. En una entrevista en la revista Diócesis, en abril de 2019, dejaba algunos flecos: el peor pecado, respondía, es el poco afecto y preocupación humana para con los sacerdotes, pese a su preocupación por el mundo del dolor o las migraciones. Señala que lo más complicado que ha vivido como sacerdote es tener que haber tomado decisiones con la ayuda de Dios pero sólo, y la desidia y dejadez que existe entre los curas y advierte contra el peligro de la soledad. Una llamada de atención a cuidar de nuestra fraternidad.

Finalmente cierra esa entrevista con este regalo, con este recuerdo de la infancia: el mejor olor que recuerda, el  día de matanza en la casa de su familia; su flor favorita , la rosa roja; la más bella  palabra: la esperanza, tan necesaria, añadiría yo.

Te preguntabas Alfonso: trato de correr ¿Llegaré algún día? Pues ya has llegado y nosotros, con alegría, damos gracias al Dios de la Vida por tu vida. Como lo has sido tú, somos “Peregrinos de la Esperanza” ¿me permites unos “malos” consejos para esa nueva y definitiva aventura que acabas de iniciar?  

En palabras de Cortázar:

No aceptar otra orden que la de las afinidades,

otra cronología que la del corazón y otro horario, que el de los encuentros a deshora, los verdaderos

Gracias Alfonso, gracias, Sr Arjona.

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Los cofrades de la diócesis se preparan para vivir en profundidad el Año Jubilar

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Hdades. y Cofradías

Hermanos y hermanas de las Hermandades y Cofradías de diversos puntos de la diócesis se han dado cita en la Casa Diocesana para celebrar su Encuentro Jubilar Diocesano bajo el lema «Cofrades en el Jubileo». El Sr. Obispo, quien abrió el encuentro invitó a todos los cofrades a «vivir el Jubileo de manera que implique toda nuestra vida».

El Encuentro, organizado por la Delegación de Hermandades y Cofradías con la colaboración de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, tuvo lugar en Casa Diocesana y en él participaron cofrades de todos los puntos de la diócesis. 

«Un día para convivir, trabajar y profundizar juntos en cómo podemos vivir este Jubileo desde nuestras realidades particulares», afirmaba el delegado de Hermandades y Cofradías de Málaga, el sacerdote Salvador Guerrero. 

La mañana comenzaba con las palabas de bienvenida del delegado y la apertura del Obispo de la diócesis, D. Jesús Catalá, quien explicó el sentido del Año Jubilar y expuso las claves para vivirlo: «acción de gracias, perdón, alegría, conversión y esperanza».

 

Después tuvo lugar la primera mesa redonda de la mañana, bajo el título «Vivir y celebrar el Jubileo: de los textos del Evangelio a la caridad», en la que participaron el sacerdote diocesano y párroco de San Pedro, Alfonso Crespo, y María Gracia Día, vocal de Enfermos y de la Obra Social de la Hermandad de la Salud, moderados por Encarni Llamas, periodista de la Delegación de Medios de Comunicación de la diócesis. 

 

La segunda mesa redonda tuvo como hilo conductor: «Roma: una peregrinación para las hermandades en el Año Jubilar», y en ella participaron Paloma Saborido, miembro de la Comisión del Jubileo; José Luis Aldea, hermano mayor de la Hermandad del Cachorro; y Sergio Morales, hermano mayor de la Archicofradía de la Esperanza. La mesa estuvo moderada por Gonzalo León, responsable de comunicación de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga. 

Tras las dos mesas redondas tuvo lugar una ponencia titulada «Cómo afrontar el Jubileo desde nuestra hermandad. Una visión práctica», impartida por Alejandro Cerezo, hermano mayor de la Archicofradía de los Dolores de San Juan.

Tras el almuerzo, proyectaron el documental «Jubileo 2000» y celebraron juntos la Eucaristía, con la que se cerró el Encuentro. 

  

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Inicio de la rehabilitación de la Iglesia de la Encarnación de Olvera

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Diputación aportará más de 140.000 euros para iniciar las obras.

La próxima semana se iniciarán las obras de rehabilitación de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Encarnación, de Olvera. La intervención -a la que la Diputación de Cádiz ya ha transferido 143.853,72 euros– comenzará en las cubiertas. La presidenta de la institución provincial, Almudena Martínez, ha visitado el templo junto a la alcaldesa de Olvera, Remedios Palma; el senador Javier Arenas; la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Tania Barcelona; el obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés y el párroco José Arjona.

La presidenta de Diputación ha valorado la alianza entre instituciones que se ha gestado para propiciar esta intervención en la Iglesia de la Encarnación; unidad que convierte dicha iniciativa en “un proyecto de todos y para el pueblo”. En relación a la inversión que asume la institución provincial añadió: “Estoy convencida de que tendrá un retorno en el pueblo de mucho más valor. Creo que tendrá un alto impacto a nivel artístico-patrimonial, a nivel emocional para los olvereños y a nivel turístico para Olvera y la Sierra. Para muchos de nosotros también a nivel espiritual”.

 El obispo de Asidonia-Jerez ha agradecido la unidad institucional que caracteriza a este reto: “Una inestimable implicación en la conservación de un patrimonio cuyo interés desborda el valor religioso del templo parroquial por su gran importancia histórica”.

 En términos similares se expresaba la alcaldesa de Olvera, quien ha destacado que la Iglesia de la Encarnación es una cuestión de identidad y que por tanto está arraigada “para los que tienen fe y para los que no”. Remedios Palma ha valorado el primer paso que afronta la Diputación y confía en la cobertura de las instituciones para las sucesivas fases. El Ayuntamiento, según indicó, reserva 30.000 euros para la segunda de ellas, obtenidos por el premio que obtuvo el municipio tras imponerse en el concurso televisivo Gran Prix.

 El senador Javier Arenas se mostró “encantado” por la rehablitación que ahora comienza en una sede religiosa “donde se acumulan vivencias y recuerdos: En estos tiempos convulsos es de agradecer comprobar la unidad institucional en torno a un proyecto en el que no hay aristas”. El párroco José Arjona y Jerónimo Villalba intervinieron en el preámbulo de este acto para explicar los antecedentes históricos de la iglesia y las adhesiones que ha sumado la iniciativa.

 Almudena Martínez conoció el proyecto restaurador en mayo de 2024. De inmediato mostró la adhesión de Diputación a esta iniciativa, en concordancia con la defensa del patrimonio de valor arquitectónico y cultural que ejerce el gobierno provincial, y que se manifiesta en restauraciones de bienes eclesiásticos localizados en Jerez, Torre Alháquime, Arcos, El Puerto de Santa María y Villamartín. En septiembre el Pleno de la Corporación Provincial aprobó la cobertura económica para esta intervención en Olvera y en noviembre se adoptó el convenio para regular la concesión de la subvención.

 La rehabilitación de la Encarnación comprende tres fases y las siguientes localizaciones: las cubiertas, el interior de la parroquia y sus revestimientos exteriores. Con la actuación en las cubiertas se pretende eliminar la humedad que se evidencia en esta Iglesia por filtración del agua de lluvia. Al respecto se contempla una limpieza general de las cubiertas, cornisas y pretiles; un repaso general por el techo inclinado que corona la nave central -donde confluyen la linterna, el mirador y los campanarios- con sustitución de las tejas curvas que estén deterioradas; la impermeabilización de las cubiertas curvas laterales; así como la limpieza e impermeabilización de canales, gárgolas, pretiles y cornisas de evacuación.

En definitiva, se proyecta la limpieza de toda la superficie de la cubierta con actuaciones específicas en los elementos constructivos que sean precisos para un desagüe eficaz del agua de lluvia.

 La Iglesia Parroquial de la Encarnación se localiza en el casco histórico de Olvera y se incluye en el catálogo de bienes inmuebles protegidos. De estilo neoclásico, su construcción concluyó en 1843. Junto al Castillo conforma la cota más alta de la localidad, es visible desde la lejanía y constituye una de las imágenes icónicas de la villa. Es célebre la frase del poeta Romero Murube quien, al describir Olvera, citaba: “Olvera es una calle, una iglesia y un castillo pero… ¡qué calle, qué iglesia y qué castillo!”. En los próximos días se iniciarán las obras que necesita esta emblemática iglesia, en una población que está inmersa en la conmemoración del VII Centenario de la Toma de la Villa de Olvera.

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ARCHISEVILLA 7 días. Edición del 17-01-2025

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ARCHISEVILLA 7 días. Edición del 17-01-2025

Una nueva edición de ARCHISEVILLA7días, un resumen de la actualidad semanal de la Iglesia en Sevilla.

 

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Lecturas del II Domingo del Tiempo Ordinario- Ciclo C

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Lecturas del II Domingo del Tiempo Ordinario- Ciclo C

Primera lectura

Isaías 62, 1-5

Se regocija el marido con su esposa

Por amor a Sion no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi predilecta», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá un esposo.

Como un joven se desposa con una doncella, así te desposan tus constructores.

Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo.

Salmo

Sal 95,1-2a. 2b-3. 7-8a. 9-10a

R./ Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

– Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre.

– Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.

– Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor.

– Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. Decid a los pueblos: «El Señor es rey: él gobierna a los pueblos rectamente».

Segunda lectura

1 Corintios 12, 4-11.

El mismo y único Espíritu reparte a cada uno en particular como él quiere

Hermanos:

Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.

Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.

Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A este le ha concedido hacer milagros; a aquel, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.

El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Evangelio

 Juan 2, 1-11

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.

Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino».

Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».

Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga».

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.

Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua».

Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».

Ellos se lo llevaron.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Comentario bíblico de Álvaro Pereira

¿Hay algo más festivo que unas bodas? Para el antiguo Israel desde luego que no. En este domingo tan alegre, la simbología nupcial recorre la liturgia de la palabra.
En la primera, de Isaías, el profeta es un centinela, que ve romper la aurora de la salvación por el horizonte. Jerusalén, ciudad desolada por la conquista de Nabucodonosor y el destierro de sus hijos, ahora resplandece. Sus torreones iluminados por el sol, cual corona fúlgida en la mano del Señor, testimonian su alegría recobrada. Jerusalén es presentada como la esposa del Señor. El gozo es tan grande que el profeta no la presenta como la mujer adúltera y reconciliada (léase Ezequiel 16), sino como una chica joven en el día de su boda: todo es nuevo, el amor divino es tal que es capaz de rejuvenecer a su elegida, la doncella desposada con su Señor.
En el Evangelio, leemos el primer signo de Juan: la abundancia milagrosa del vino en las bodas de Caná. Los profetas habían utilizado la simbología nupcial para anunciar la renovación de la alianza (léase Oseas 2, 21-22; Isaías 54,4-8; 62,5). También habían vaticinado que en los tiempos mesiánicos el vino sería muy abundante (Isaías 25, 6; Amos 9,13-14; Joel 4,18). Estos anuncios venturosos se cumplen en la actuación misteriosa de Jesús en Caná. Con Él llega la alegría de la salvación, Él es verdadero novio que trae el vino óptimo. Por eso su gloria comienza a manifestarse y sus discípulos creen en Él.
Aunque la segunda lectura aparentemente no tiene nada que ver con la simbología nupcial, puede ser leída en concordancia con las otras lecturas. El don excelso de los tiempos mesiánicos, el regalo que el rey Esposo trae a su pueblo, es el Espíritu Santo, las arras de las bodas del Cordero. San Pablo realiza en esta lectura un elenco de los carismas, con los que el Espíritu fecunda la Iglesia de Corinto. Estas manifestaciones espirituales, aún siendo muchas y variadas, proceden del mismo Espíritu, quien persigue la comunión eclesial.

1. En la primera lectura, el Señor es presentado como un esposo casadero, ¿te sientes amado/amada por Él con un amor exclusivo y desbordante?
2. El Señor también te concede a ti sus carismas, ¿qué don espiritual recibes o has recibido en tu vida? ¿Lo agradeces y empleas para el bien de los demás?
3. Con Jesús el vino es abundante, el pan se multiplica y los peces desbordan la barca. Él quiere que tengas vida y la tengas en abundancia. Reconoce y agradece.

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Mons. Gil Tamayo habla del Plan Pastoral diocesano, en “El Espejo”

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Programa emitido en COPE Granada y COPE Motril el 17 de enero.

En el programa emitido hoy 17 de enero en COPE Granada y COPE Motril, el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo habla del Plan Pastoral diocesano, que se encuentra en su segunda fase, dedicada a la Comunión, hasta completar las cuatro diseñadas, a cargo de la Vicaría para el Plan Pastoral diocesano, que finaliza en 2028.

También entrevistamos al director del Secretariado de Relaciones Interconfesionales sobre la Semana de oración por la unidad de los cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero. D. Sorín Catrinescu nos cuenta el significado de esta Semana, a qué está dedicada este año y el recorrido por la diócesis.

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El Movimiento de Cursillos de Cristiandad celebra su primer cursillo en el centro penitenciario de Botafuegos

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El Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) de la Diócesis de Cádiz y Ceuta ha celebrado su Cursillo de Cristiandad número 511 en el centro penitenciario de Botafuegos, del 13 al 16 de enero de 2025. Este evento no solo representa un paso adelante en la misión del MCC, sino que también es el primero de su tipo en este centro penitenciario, que alberga a aproximadamente 1.400 internos en 17 módulos.

La idea de llevar el Cursillo a los privados de libertad surgió el año pasado, en momentos de oración y reflexión. Los miembros del secretariado del MCC comenzaron un proceso de acercamiento y consultas con la Pastoral Penitenciaria y la dirección del centro, lo que culminó en un trabajo de adaptación del Cursillo a la realidad de los internos. Este esfuerzo fue finalmente aprobado por la dirección del centro, permitiendo que la experiencia se hiciera realidad.

Aunque no es la primera vez que se realizan Cursillos de Cristiandad en cárceles españolas, la prisión de Botafuegos presenta desafíos únicos debido a su nivel de seguridad. Sin embargo, el compromiso y la dedicación del equipo de laicos y sacerdotes, junto con el apoyo de numerosas personas que se unieron en oración, hicieron posible esta experiencia transformadora.

Los participantes, un grupo de hombres de diferentes módulos, vivieron esta experiencia por primera vez, acercándose más a Cristo y recibiendo el mensaje del amor y la esperanza de conversión que Dios les ofrece. Su interés y entusiasmo fueron palpables, y muchos expresaron que esta vivencia les ha dejado una huella profunda en sus corazones, marcando el inicio de un nuevo camino en su fe.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad llegó a la diócesis de Cádiz y Ceuta en 1958, y desde entonces ha tenido un impacto considerable en la formación de laicos y en la vivencia de la fe de miles de personas. Actualmente, el MCC ofrece varios cursillos en sus tres escuelas: en Ceuta, Cádiz-Bahía y Campo de Gibraltar, continuando con su misión de llevar el mensaje cristiano a todos los rincones de la sociedad.

Este Cursillo en Botafuegos no solo es un testimonio del poder transformador de la fe, sino también un recordatorio de que la esperanza y el amor de Dios están siempre al alcance de todos, sin importar las circunstancias.

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Comparto lo que tengo

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“Comparto lo que tengo” es el lema de la Jornada de la Infancia Misionera que celebramos el domingo 19 de enero de 2025. Un día muy importante, en el que los niños son invitados a ayudar a otros niños, especialmente a los que no tienen lo necesario para vivir o no conocen a Dios. Todos somos misioneros, y estamos llamados a colaborar con nuestra oración y nuestros bienes materiales. Con esta Obra Pontificia, el papa Francisco implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños en las misiones; y cuenta también con adultos comprometidos para que los misioneros sigan proporcionando educación, salud y formación cristiana a más de cuatro millones de niños en 120 países.

La Jornada de la Infancia Misionera es una celebración impulsada por la Iglesia Católica para fomentar en los más pequeños una conciencia misionera y un espíritu solidario. Esta iniciativa, organizada por las Obras Misionales Pontificias, les invita a ser protagonistas del anuncio del Evangelio, ayudando a otros niños que viven en situaciones de necesidad alrededor del mundo. Bajo el lema «Comparto lo que tengo», la jornada de este año resalta la importancia de la generosidad y el compartir como valores fundamentales en la vida cristiana. Este lema no solo alude a compartir bienes materiales, sino también a ofrecer tiempo, talentos y oración por quienes más lo necesitan, conscientes de que tal como nos enseña el Señor Jesús: «Hay más alegría en dar que en recibir» (Hechos 20,35).

Los niños que participan en la Infancia Misionera descubren que su contribución puede ser significativa. A través de actividades educativas, catequesis y proyectos solidarios, aprenden a vivir la fe de manera activa y a comprometerse con el bienestar de otros, especialmente sus coetáneos más vulnerables en países empobrecidos. La Infancia Misionera recuerda que la misión no tiene fronteras. Cada comunidad, desde su realidad, puede ayudar a cambiar las cosas desde el compartir con amor y desprendimiento. Este día no solo busca formar a futuros misioneros, sino también cultivar un espíritu de fraternidad universal en el corazón de los niños. Con gestos sencillos, los pequeños dan testimonio de que el amor cristiano trasciende cualquier barrera y hace del mundo un lugar más justo y solidario.

En esta jornada rezaremos especialmente por las misiones, colaboraremos económicamente con los proyectos que llevan a cabo los misioneros y por medio de diversas iniciativas dinamizaremos la conciencia misionera, sobre todo la de los más pequeños. Se trata de implicarlos, de que sean protagonistas, también ellos, de la misión de la Iglesia. A la vez, es importante despertar en ellos la solidaridad con sus coetáneos del Tercer Mundo. La obra de la Infancia Misionera se extiende por los cinco continentes a través de las parroquias, escuelas y organizaciones infantiles. ¿Cuáles son sus objetivos? Suscitar en los niños una conciencia misionera, invitarles a compartir tanto su fe como sus bienes materiales con una actitud solidaria, y también integrar toda esta realidad en el ritmo del trabajo pastoral habitual.

En definitiva, la motivación profunda de esta jornada es una respuesta al envío misionero de Jesús: » Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19). Se trata de conseguir que los niños vivan este dinamismo de acción misionera, que sean también protagonistas de la misión. Muchos de ellos, en los cinco continentes, ya están comprometidos en ella. En la formación de la infancia es importante enseñar a valorar todo cuanto se tiene, todo cuanto se ha recibido; es importante enseñarles a ser agradecidos por todos estos dones; es importante enseñarles a no quedarse egoístamente sólo para ellos todo lo que han recibido, sino a compartirlo con los demás. Es fundamental educar a nuestros niños y niñas en la solidaridad con los del resto del mundo, para que lo compartan todo, su fe y su amistad con Jesús, y también sus bienes materiales.

 

+José Ángel Saiz Meneses

Arzobispo de Sevilla

¿Crees esto? (Jn 11,26)

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¿Crees esto? (Jn 11,26)

Semana de oración por la Unidad de los Cristianos

Del 18 al 25 de enero nos detenemos todos los años a orar especialmente por la Unidad
de los Cristianos. El 25 de enero celebramos la fiesta de la conversión de san Pablo, y
esta fiesta convoca a los cristianos del mundo entero a una oración común, que va
precedida por una semana de oración. Este año, con el lema “¿Crees esto?”, la pregunta
que Jesús dirige a Marta en el contexto de la muerte y resurrección de su hermano
Lázaro. “Tu hermano resucitará…Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí,
aunque muera vivirá; y ninguno de los que viven y tienen fe en mí morirá para siempre.
¿Crees esto?”.
Estamos en el Año jubilar 2025 aniversario del nacimiento de Jesucristo. Año de gracia,
año de perdón y misericordia por parte de Dios, año de solidaridad cristiana para
devolver generosamente a cada uno lo suyo, y especialmente a los pobres, para que
recobren su dignidad. Bajo el lema Peregrinos de esperanza, el Papa Francisco nos
convoca a celebrar la esperanza que brota del Corazón de Cristo.
Y en este año 2025 celebramos también el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea
(325), el gran Concilio Ecuménico, en el que participaron 318 Padres, sobre todo
orientales, presididos todos por el que entonces era obispo de Córdoba, el obispo Osio
de Córdoba (257-359). Es el Concilio referencia para toda la historia posterior de la
Iglesia, especialmente para los 7 concilios ecuménicos de la Iglesia indivisa en el primer
milenio. En este Concilio de Nicea y en los posteriores coincidimos todos los cristianos,
profesando la misma fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo- y en Jesucristo, la
segunda persona de Dios que se hace hombre completo, naciendo de María virgen, por
nosotros los hombres y por nuestra salvación.
La presidencia del concilio de Nicea por parte del obispo de Córdoba no es una
casualidad. Tiene unas razones históricas, y nos hace entender que esta figura –Osio de
Córdoba- es históricamente la persona más destacada de Córdoba a lo largo de los
siglos. Ojalá podamos verle pronto incluido en el calendario litúrgico como santo.
Estamos trabajando en ello y hay buenas perspectivas. Y con motivo de este centenario
del Concilio de Nicea, tendremos una Exposición en la Mezquita-Catedral para los
meses de abril-julio y un Congreso para el mes de junio de este año, con el título
“Símbolo: la fe de Nicea”.
El lema “¿Crees esto?” une la fe en Jesucristo resucitado y la esperanza de nuestra
propia resurrección. Y en esa fe común podemos rezar juntos todos los cristianos en
espera de la deseada unión de todos para participar en una misma Eucaristía.
La división de los cristianos es un drama del que somos más conscientes en nuestro
tiempo. Ello nos permite dar pasos en camino hacia la unidad plena. “Que todos sean
uno, como tú Padre en mí y yo en ti, para que el mundo crea” (Jn 17,20) es la oración de
Jesús, que en estos días resuena especialmente. El concilio Vaticano II ha supuesto un
gran avance en este camino hacia la unidad, favorecido también por la globalización en
todos los sentidos. Pero hace falta más oración, más signos de comunión y de
acercamiento. Es necesario que el mundo, que se aleja de Dios, perciba la unidad de los

cristianos como un signo de que Jesucristo es el enviado del Padre. Oremos y
trabajemos en ello.
Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

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